Sigo a mi Beta hasta un quad que ha dejado aparcado junto a la garita, y me subo rápidamente en él. Él se coloca en el asiento trasero, y aunque vamos un poco apretados, no me quejo, pues su presencia me tranquiliza.
Me da indicaciones para avanzar por el bosque, y no tardamos mucho en llegar hasta un lugar en el que hay varios guardias formando un círculo. En cuanto detectan nuestra presencia, se apartan, y nos dejan pasar. Yo intento focalizar la vista en lo que ellos contemplan, pero al principio no veo nada, estoy deslumbrado por la cantidad de focos encendidos que hay.
Me concentro en seguir las miradas de todos ellos, y finalmente lo veo. En un de los árboles cuelga un trozo de cuerda, e inmediatamente lo identifico como el tipo de cuerda que se utiliza para elaborar redes de caza.
En el suelo, justo debajo del árbol, hay un rastro de huellas, y marcas indefinidas, que parecen indicar que en ese punto ha habido un
Sigo corriendo entre las casas, de vez en cuando miro hacia atrás por si acaso descubro alguna sombra siguiéndome, pero metro a metro me siento más segura, no he detectado ni un atisbo de movimiento desde que salí de la casa.Distingo la carretera en la distancia, y sé que es la misma que hemos seguido cada vez que hemos viajado desde la casa de la manada hasta la ciudad. Ahora mismo mi objetivo es llegar a la carretera, y una vez este en ella, solo tendré que correr en línea recta para volver a casa.Estoy tan cansada que siento como mi respiración que abrasa al expirar, pero no me importa, porque soy libre, y si nada lo impide, esta lamentable noche se quedará pronto en una anécdota que contar a todo el mundo.Decido acortar la distancia que me separa de la carretera, y salgo a campo abierto, serán menos de dos minutos, y en breve estaré cobijada por la oscuridad. Corro hacia e
Vamos a toda velocidad por la carretera, cuando el móvil que mi Beta me dió antes de salir de la casa de la manada, comienza a sonar. Yo hago un gesto con la mano a mis acompañantes, y ellos entienden rápidamente que les estoy pidiendo que aminoren la velocidad, hasta encontrar un hueco en el que poder detenernos. Saco el móvil del bolsillo de mi chaqueta, y presiono el botón de aceptar la llamada. - ¿Michael? .-Pregunto yo. - Si, Denzel. Verás, uno de los equipos de búsqueda, ha localizado el rastro de Emerald. - ¿Qué? ¿Está bien? ¿Le han hecho daño? - Denzel, escúchame bien, no han localizado a la chica, por el momento lo único que tienen es su rastro, pero todos están seguros de haber captado su olor. Te mando su ubicación a este teléfono para que podáis desplazaros a la zona, ya que sois el equipo más cercano a ellos, y supongo que un poco de ayuda no les vendría mal en caso de que haya que luchar. - Por supuesto, en cuanto estemos allí, t
Después del incómodo trayecto en la camioneta, envuelta en la pestilente manta, y golpeándome por todas partes, cuando el coche se detuvo por fin, me sentí aliviada en cierto modo. Aunque no eran tan ingénua como para no sospechar lo que me aguardaba una vez me hubieran encerrado en la nueva localización, durante unos breves instantes, podría disfrutar de paz.No es que me encontrara cómoda, ni a gusto, pues el cuerpo me dolía horriblemente, y la peste del pescado se había pegado a mi piel, y había inundado mis fosas nasales hasta el punto de no ser capaz de distinguir mi propio olor. Pero al menos así, quieta, me sentía en un estado cercano a la tranquilidad.Aunque pronto perdí eso también, pues unos brazos fuertes me agarraron por la cintura y me arrancaron de la parte trasera del vehículo. Al cogerme, la ma
Entre Albert y Danisa han conseguido crear un retrato del compañero de aula de Emerald, y adicionalmente, Danisa me ha dicho que recuerda lo que ella le contó sobre este hombre de extrañ comportamiento. Al parecer conduce una camioneta, vive en una granja a las afueras de la ciudad, y es varios años más mayor que Emerald. Según él mismo confesó, hasta poco tiempo antes había llevado una vida llena de vicios, que lo habían hecho desviarse de los estudios, y alejarse de amigos y familia.Con esa descripción en mente, empiezo a perfilar en mi mente a un perturbado que se ha acercado a Emerald solo para establecer con ella un débil vínculo y sonsacarle necesaria para secuestrarla poco después.En primer lugar, nos dirigimos al instituto, allí está todo cerrado, y puedo ver varias puertas protegidas con alarmas para evitar robos. Pero no pasa nada, porque tras un
Miré el sádico hombre con la cara desencajada por el dolor y la incredulidad. No acaba de entender como podía mantener su impertérrita sonrisa mientras colocaba el cuchillo en mi mano y me arrancaba una uña tras otra. Cuando acabó con el meñique de la uña derecha, pensé que iba a desmayarme de dolor, pero él me mojó la cara con agua fresca, y me dio unas leves palmaditas en la mejilla para que no perdiera el sentido.- Emerald, bonita, no puedes perderte el espectáculo.Yo intenté protestar, pero me encontraba tan desfallecida, que ni siquiera fui capaz, lo único que pude emitir fue un sollozo ahogado ante la visión de mi mano.- Eh, eh,no me mires así, tú sola has buscado que te hiciera ésto, te has estado portando como una malcriada, aunque tampoco me sorprende en vista de la figura paterna que has tenido.- No hables de mi padre
- Tal vez pueda ayudaros.- dijo Clark.- ¿Y por qué querrías hacerlo después de como te hemos tratado? Te hemos asaltado, de madrugada, en tu propia casa, te he dejado la cara amoratada…Danisa me dio un codazo que se clavó en mis costillas, y me hizo rugir de dolor, la miré inquisitivo, pero su expresión de enfado me hizo permanecer callado.- No lo hago por ti, de hecho, si el. Secuestrado fueras tú, creo que hasta me alegraría. Pero me gustaría hacerlo por Emerald, es una buena chica.- Si que lo es.- dijo Danisa.- la única amiga de verdad que he tenido en los últimos años.- Es que tú nunca gustaste mucho a las chicas, Danisa, supongo que te tenían miedo, o envidia, o ambas cosas. Ya desde adolescente eras muy segura, y nunca te detenías cuando querías conseguir algo.Danisa tenía un gesto tierno mientras e
En cuanto Beta Michael y yo leemos la nota, me quedo rígido. Si lo único que quieren para dejar en paz a Emerald es que yo me entregue, no hay problema, lo haré sin pensarlo.- Chico, ya puedes volver a tu puesto.- le digo a guardia que nos ha traído la nota. Él me mira cabizbajo, asiente con la cabeza, y leo el alivio en sus movimientos, cuando le solicito que vuelva a su puesto.- Denzel, espero que no se te ocurra, ni por un momento plantearte la barbaridad que te piden en esa nota.Noto el temblor en la voz de Michael, y sé que está tan furioso yo, pero él siempre ha sido mucho más capaz de controlarse.- Michael, no tengo opción, ya has visto el sufrimiento que está pasando, ¿aún crees que puede estar de acuerdo con esos bárbaros?- Pues claro que no. Ni te imaginas cuanto me duele pensar en el sufr
No sé cuanto tiempo llevo dormitando, y si, digo dormitando, porque lo que estoy haciendo no se puede llamar de otra manera. Mi cuerpo no está descansando, sino que más bien ha entrado en una especie de letargo del que le cuesta salir.Ahora me siento un poco más espabilada, y a pesar de la niebla que empaña mi mente, algo me ha sacado del sopor en el que estaba sumida. Me giro hacia un lado, y veo a una mujer curándome las heridas.- Perdóneme, señorita Emerald, yo nunca quise que usted sufriera ningún mal.- ¿Enfermera?Trato de distinguir los rasgos de la buena mujer, pero me resulta imposible, pues va totalmente tapada. Su voz es idéntica a la de la enfermera de la manada, pero sé que eso no tiene ningún sentido, porque si fuera ella, no estaría aquí,