Miré el sádico hombre con la cara desencajada por el dolor y la incredulidad. No acaba de entender como podía mantener su impertérrita sonrisa mientras colocaba el cuchillo en mi mano y me arrancaba una uña tras otra. Cuando acabó con el meñique de la uña derecha, pensé que iba a desmayarme de dolor, pero él me mojó la cara con agua fresca, y me dio unas leves palmaditas en la mejilla para que no perdiera el sentido.
- Emerald, bonita, no puedes perderte el espectáculo.
Yo intenté protestar, pero me encontraba tan desfallecida, que ni siquiera fui capaz, lo único que pude emitir fue un sollozo ahogado ante la visión de mi mano.
- Eh, eh,no me mires así, tú sola has buscado que te hiciera ésto, te has estado portando como una malcriada, aunque tampoco me sorprende en vista de la figura paterna que has tenido.
- No hables de mi padre
- Tal vez pueda ayudaros.- dijo Clark.- ¿Y por qué querrías hacerlo después de como te hemos tratado? Te hemos asaltado, de madrugada, en tu propia casa, te he dejado la cara amoratada…Danisa me dio un codazo que se clavó en mis costillas, y me hizo rugir de dolor, la miré inquisitivo, pero su expresión de enfado me hizo permanecer callado.- No lo hago por ti, de hecho, si el. Secuestrado fueras tú, creo que hasta me alegraría. Pero me gustaría hacerlo por Emerald, es una buena chica.- Si que lo es.- dijo Danisa.- la única amiga de verdad que he tenido en los últimos años.- Es que tú nunca gustaste mucho a las chicas, Danisa, supongo que te tenían miedo, o envidia, o ambas cosas. Ya desde adolescente eras muy segura, y nunca te detenías cuando querías conseguir algo.Danisa tenía un gesto tierno mientras e
En cuanto Beta Michael y yo leemos la nota, me quedo rígido. Si lo único que quieren para dejar en paz a Emerald es que yo me entregue, no hay problema, lo haré sin pensarlo.- Chico, ya puedes volver a tu puesto.- le digo a guardia que nos ha traído la nota. Él me mira cabizbajo, asiente con la cabeza, y leo el alivio en sus movimientos, cuando le solicito que vuelva a su puesto.- Denzel, espero que no se te ocurra, ni por un momento plantearte la barbaridad que te piden en esa nota.Noto el temblor en la voz de Michael, y sé que está tan furioso yo, pero él siempre ha sido mucho más capaz de controlarse.- Michael, no tengo opción, ya has visto el sufrimiento que está pasando, ¿aún crees que puede estar de acuerdo con esos bárbaros?- Pues claro que no. Ni te imaginas cuanto me duele pensar en el sufr
No sé cuanto tiempo llevo dormitando, y si, digo dormitando, porque lo que estoy haciendo no se puede llamar de otra manera. Mi cuerpo no está descansando, sino que más bien ha entrado en una especie de letargo del que le cuesta salir.Ahora me siento un poco más espabilada, y a pesar de la niebla que empaña mi mente, algo me ha sacado del sopor en el que estaba sumida. Me giro hacia un lado, y veo a una mujer curándome las heridas.- Perdóneme, señorita Emerald, yo nunca quise que usted sufriera ningún mal.- ¿Enfermera?Trato de distinguir los rasgos de la buena mujer, pero me resulta imposible, pues va totalmente tapada. Su voz es idéntica a la de la enfermera de la manada, pero sé que eso no tiene ningún sentido, porque si fuera ella, no estaría aquí,
Cuando entro en la casa de la manada con Michael, ambos nos miramos con orgullo. Yo porque he visto que realmente me es leal, es capaz de dejar que le disparen si de ese modo me salva la vida; él, porque en el fondo está orgulloso de que haya antepuesto a Emerald, porque ese es el modo en que se comporta un buen Alfa, antepone las necesidades de los miembros de su manada, a las suyas.Ambos nos encaminamos hacia su despacho, pues ahora si que si, necesitamos poner en marcha un plan de ataque, y al entrar, nos encontramos con Danisa. Está de espaldas,mirando por la ventana, pero aún así es inconfundible. Su pelo revuelto, su ropa llamativa, y su pierna inquieta, moviéndose, a la espera de que lleguemos.Miro en dirección a Michael, y puedo ver su mirada de afecto al contemplar la silueta de Danisa. Sé que lo que ellos tienen no es algo serio, pero aún así soy consciente de cuanto le importa esta mucha
- Denzel, vamos, te estábamos esperando.- me dice Michael.Me abre la puerta de un coche, y me subo sin siquiera mirar quien viene con nosotros. Una vez en el interior, me encuentro con el líder del anterior grupo de búsqueda, el hombre que encontró el rastro de Emerald por última vez; con el guardia Cupboard, y con Michael como conductor. Yo decido sincerarme con ellos sobre la última información que he recibido, y que imagino que ellos no conocen.- Señores.- comienzo yo.- me encuentro en la obligación de informarles sobre un paquete que ha sido recibido hace menos de media hora. Afortunadamente he podido abrirlo antes de dirigirme hacia el punto de encuentro.- ¿En serio?.- dice Michael.- ¿de qué se trataba?Puedo detectar cierto tono de miedo en su voz, supongo que porque teme que se trate de otra parte de Emerald, pero lo disimula muy bien.- Era un telé
Cuando al fin consigo abrir los ojos, después de lo que e ha parecido una eternidad, me siento terriblemente fatigada, y sedienta. Y asustada, trato de mirar a mi alrededor, pero no reconozco la habitación en la que me encuentro, y por lo que sé, bien podría ser otro ardid de mis captores para hacerme creer que estoy segura, y luego volver a tratarme mal. Giro levemente la cabeza, tratando de no hacer ruido, pues lo único que quiero es observar bien los detalles del cuarto en el que me encuentro. Pero mi movimiento no pasa desapercibido, pues detecto como alguien se pone en movimiento rápidamente. Trato de encogerme en la cama, pero no puedo, y pronto tengo dos ojos fijos en los míos. - Amiga, ¡has despertado! - ¿Danisa?.- pregunto yo con cierto recelo. - Pues claro, ¿quién más iba a ser? - ¿Dónde estoy? - En tu casa. Ya, supongo que esto debe de resultar muy confuso para ti, pero no te
- Idris se ha ido de la casa, Denzel. Me giro hacia Michael, esperando encontrar en su cara un gesto que me indique que sus palabras son una broma, o que es algún tipo de equivocación por su parte; pero nada parece indicarlo, de hecho, está especialmente serio, y en sus facciones se detecta cierto pesar que me conmueve un poco. - ¿Cómo que se ha ido? ¿Ella sola? - Mira, tú eres mi Alfa, y nunca me atevería a criticar tu comportamiento, ni nada parecido. Pero dicho ésto, debo añadir que no has sido justo con ella. ¡La marcaste! Le prometiste convertirla en tu Luna, y luego, de pronto, la dejaste abandonada. - Michael, sé que tienes razón, y sé que desde que tomé el mando de la manada Mar de Sierra no me he comportado como es habitual en mi, pero tampoco es totalmente mi culpa… ella no me quería, nunca me pidió completar el apareamiento, ni siquiera tuvo intención de marcarme, y ahora, en medio de la peor crisis de seguridad que hayamos sufrido, decide
Después de dos semanas postrada en la cama, lo único que deseo es levantarme y correr por el bosque al amanecer. Aunque cada vez que pienso en adentrarme entre la espesa vegetación, y abandonar la seguridad de la casa, siento que mis miembros se entumecen, y me quedo pegada al suelo. Supongo que es un efecto secundario del secuestro.Me levanto de la cama, y por primera vez en muchos días, me siento perfectamente. La idea de salir aún me da miedo, pero al menos, mientras contemplo los árboles por la ventana no tiemblo de pánico.Miro mi mano aún vendada, y me alegro de no sentir el punzante dolor que he tenido hasta hace poco tiempo. Además hoy, tengo hambre, y ganas de hablar con Danisa. De hecho, estoy deseando que se pase por aquí para comentar los últimos desfiles de París. Como he esta