Capítulo 44 —DesapariciónNarrador:—Kat responde.Llevando el teléfono a su oreja, Elektra murmuró mientras marcaba su número de teléfono. La hora de partir al club había llegado, por lo que quería verla antes de irse. El día anterior antes de salir la había notado decaída, por lo que deseaba hablar con ella un poco. La llamada finalizó al no ser respondida, y repitiendo el procedimiento un par de veces más, fracasó en el intento. Un par de horas pasaron en las que Elektra no salió esperando por ella, y llegando casi la media noche, sin saber a quién recurrir, Marlowe tomó sus pertenencias, y salió de casa para buscar a su amiga—Katrina, por favor, responde.Descendiendo del taxi, una vez llegó a la cafetería, Elektra descubrió que esta ya había cerrado, y liberando una bocanada de aire, el miedo de no saber dónde estaba Kat, la empezó a invadir. Katrina no tenía familia, su madre, una mujer viciosa que ya la había vendido una vez, había desaparecido de su vida hacía un tiempo; Nico
Capítulo 45 —CaosDorian:Llegué al despacho de Gideon con una sensación de urgencia que no podía ocultar. Katrina estaba en el hospital, y sabía que él debía saberlo. Entré sin pedir permiso, cerrando la puerta tras de mí con un golpe seco. Gideon levantó la vista de sus papeles, visiblemente molesto por la interrupción.—¿Qué sucede, Dorian? —preguntó con sorpresa al ver que se trataba de mi.—Es Katrina —le solté, sin rodeos —Está en el hospital, en muy mal estado. Tienes que ir a verla.Gideon arqueó una ceja, como si no entendiera la gravedad de lo que acababa de decirle. Cruzó los brazos y me miró con esa frialdad que solía usar cuando no le interesaba lo que alguien le decía.—No voy a ir —dijo, cortante —Ya descubrí quién es en realidad. Me mintió, Dorian. Era una prosti*tuta. No tengo nada que hacer con ella.Sentí cómo la sangre me hervía. No podía creer lo que acababa de escuchar. Katrina estaba al borde de la muerte, y él se preocupaba por su orgullo herido.—¡¿Y qué si lo
Capítulo 46 —Contusiones Narrador:—¿Papá?Permaneciendo estático al quedar al descubierto, la mirada de Gideon pasó de Katrina que se encontraba en cama con evidencias visibles de la paliza recibida, a Elektra quien se colocó de pie al ver a su padre ante ella; intentando abrir su boca Marlowe trato de musitar palabra alguna, y alcanzando a decir.—Yo no soy Nicolás, debe haber un error — Katrina se desplomó por arte de magia, perdiendo el conocimiento enseguida.La golpiza recibida la había lastimado más de lo que parecía por lo que se encontraba un poco delicada, pasando a segundo plano el descubrimiento, Elektra se acercó a ella para tratar de ayudarla, y llamando al médico, en cuestión de segundos, la habitación se llenó de personas, quienes se movían de un lado al otro para auxiliar a la mujer—Elektra, todo saldrá bien.Tratando de calmarla al verla preocupada, Dorian llegó a su lado, pero absteniéndose debido a la presencia de Gideon mantuvo una distancia prudente entre ambos
Capítulo 47 —Verdades a mediasNarrador:Gideon caminaba junto a Dorian por el pasillo del hospital, sus pasos resonaban en la calma tensa del lugar. Las luces blancas y el olor a desinfectante parecían intensificar el silencio incómodo entre ellos. Gideon, con el ceño fruncido, miró a Dorian de reojo.—¿Por qué estás aquí, Dorian? —preguntó finalmente, rompiendo el silencio mientras sus pasos se detuvieron frente a una máquina expendedora.Dorian lo miró por un segundo, sintiendo la presión de la pregunta. No podía decirle la verdad, no en ese momento.—Llamé a Elektra —respondió, con voz firme pero controlada —Estaba coordinando con ella el tema de la cena para la gala de beneficencia. Era importante asegurarnos de que todo esté en orden —Gideon asintió, aunque la explicación no parecía satisfacerlo del todo. Sabía que su amigo no se involucraba tan de cerca en la logística de los eventos, pero no dijo nada más. Sus ojos reflejaban cierta inquietud, como si sospechara que había algo
Capítulo 48 —Un pequeño favorDorian:Entré al hospital y la encontré junto a Katrina, que ya estaba mejorando. Elektra no se apartaba de su lado, siempre pendiente, pero al verme, levantó la cabeza con curiosidad. Me acerqué despacio, consciente de que lo que estaba a punto de pedirle no sería fácil de explicar, pero lo necesitaba. Y más aún, la necesitaba a ella para esto.—Elektra, necesito pedirte un favor —dije, mi tono más casual de lo que me sentía por dentro.Ella alzó una ceja, evidentemente sorprendida por mi tono y por la petición que no había esperado. Se apartó un poco de la cama de Katrina y se cruzó de brazos.—¿Un favor? ¿De qué se trata? —preguntó con cierto escepticismo.Respiré hondo, pensando en cómo formularlo sin sonar ridículo.—Un amigo mío se casa —dije, y la vi fruncir el ceño —Y necesita un testigo... Me preguntó si podía conseguirle uno.Elektra se quedó en silencio, sus ojos entrecerrados como si intentara comprender lo que realmente le estaba pidiendo. El
Capítulo 49 —Me sentí culpableDorian:Me acerqué a la cama de Katrina, me senté junto a ella, tomando aire antes de hablar. No quería sonar condescendiente, pero tampoco sabía cómo manejar bien la situación.—Katrina —dije, rompiendo el silencio con una voz más baja de lo que había planeado —Necesito pedirte algo importante. Sé que no debería pedirte esto, pero es esencial —Ella me miró con ojos cansados pero alerta, como si ya supiera lo que estaba a punto de decir —Es sobre Elektra. Quiero pedirte que no le digas a Gideon la verdad sobre de dónde se conocen. Si te pregunta, dile que la conociste en la cafetería, que ella solía frecuentar el lugar y que se hicieron amigas allí. No puede saber la verdad, no ahora.Katrina respiró hondo, su pecho subiendo y bajando mientras sus ojos se oscurecían con la rabia que claramente intentaba contener. No dijo nada de inmediato, lo cual me hizo pensar que iba a rechazarme.—Descuida, Dorian —dijo finalmente, pero su tono era duro —No le diré na
Capítulo 50 —Al fin la cenaDorian:Nos sentamos finalmente, pero la tensión entre nosotros era palpable, más fuerte que nunca. No era solo por la prensa que nos rodeaba, ni por el restaurante de renombre que ella había elegido. Era algo más profundo, algo que habíamos tratado de enterrar, pero que siempre volvía a resurgir cada vez que estábamos cerca. Elektra jugueteaba con el borde de su copa de vino, sus ojos buscaban los míos con una sonrisa casi burlona en sus labios. Sabía lo que estaba haciendo. Siempre lo sabía. Su vestido negro, ceñido perfectamente a su cuerpo, la hacía destacar en la sala como si fuera la única persona en el mundo. Y para mí, en ese momento, lo era. No pude evitarlo. Sentí una punzada en el corazón cuando la vi entrar, tan segura de sí misma, tan consciente del efecto que tenía sobre mí.—¿Estás cómodo? —me preguntó finalmente, con un tono despreocupado, pero sus ojos destilaban provocación mientras levantaba su copa.Tomé un sorbo de mi vino, fingiendo ca
Capítulo 51—¿Y ahora?Dorian:Elektra permaneció inmóvil por un segundo, mirándome fijamente, como si intentara procesar lo que acababa de escucharme decir. Su respiración se aceleraba, y el brillo en sus ojos, ese brillo que tanto había tratado de ignorar, se hizo más intenso.—Dorian... —murmuró, con su voz quebrada, pero antes de que pudiera decir algo más, la tomé con más fuerza, acercándola aún más a mí. La sentía temblar, pero no de miedo, sino de deseo, el mismo que me consumía. No había vuelta atrás ahora.—Dejaré de luchar contra esto que siento —le dije, con mi voz más baja y cargada de la pasión que me quemaba por dentro —Sé tan bien como tú, que esto no va a desaparecer solo porque lo intente.Elektra suspiró, sus manos se aferraron a mi camisa mientras inclinaba la cabeza, dejando que mi aliento rozara su cuello. Cada fibra de mi ser la deseaba, la había deseado desde el primer momento en que la vi en ese club, y ahora no había nada que pudiera detenerme.—¿Y qué hacemos