Inesperadamente, esa mañana los gemelos entraron a la habitación, encontrando a Brooke durmiendo junto a eu padre. Para los pequeños aquello pareció ser la mejor noticia del mundo, su padre tenía novia y ellos una nueva mamá. —¡Papá, papá! Tú y Brooke, son novios —exclamó emocionada Mery. —Sí, mi amor. Brooke es mi novia. —¿Y será nuestra nueva mamá? —preguntó entusiasmado Max. Massimo miró a Brooke y ella asintió con su cabeza. —Sí, mi amor. Seré una madre para ustedes. —respondió ella y los gemelos saltaron de alegría, disputándose los dos el abrazo de Brooke. Aquello no sólo hizo sentir feliz a los pequeños, sino que el deseo de Massimo se volvía realidad con la ayuda de sus hijos. —Ahora, vayan a arreglarse. Hoy saldremos de paseo a donde ustedes quieran. —Al parque —respondió Max. —No, a la piscina —espetó Mery. —Pónganse de acuerdo con Brooke, yo iré a ducharme y sí para ese momento, no llegan a un acuerdo, seré yo quien escoja. Los niños hicieron pucheros, los planes d
El corazón de Brooke galopaba a millón mientras veía la respuesta a todas sus preguntas justo en frente de ella. Junto a la correspondencia y los periódicos del día, encontró un panfleto publicitario sobre el nuevo gran evento de la empresa de los Robinson, una enorme subasta que supuestamente iba encaminada a recaudar fondos para los orfanatos, una ironía de la vida que no pasó indiferente por la cabeza de ella.Por más que Massimo intentara convencerla de espera un poco más de tiempo para iniciar el camino que la llevaría de vuelta a su pequeña, Brooke no podía esperar más; él la había estado disuadiendo un poco explicándole que sería mejor a que esperara considerando que su carrera acababa de despegar y estaba en su momento de auge. Su vida ya había dado el cambio que tanto había estado esperando, gracias al mismo Massimo, se había convertido en una escritora de renombre, las ventas de su primer libro iban viento en popa y la editorial ya le estaba pidiendo un borrador de la sec
Brooke había intentado prepararse mentalmente para cuando llegara ese momento y, a pesar de que pensó que lo haría bien, nada, absolutamente nada que hiciera, la habría podido preparar para volver a tener frente a ella el hombre que tanto amó una vez, el hombre con el que había imaginado su futuro, junto al que pensó criar a su pequeña, el hombre del que, muy a su pesar, todavía estaba completamente e irrevocablemente enamorada.En el momento en que sus ojos lo vieron lo supo, en todo el tiempo que había pasado, ella pensó que lo repudiaba, que lo odiaba con todas sus fuerzas y sí, esos pensamientos todavía estaban ahí, de no haber sido por él, las cosas hubieran sido mucho más sencillas para ella pero, también la estaba atacando otro sentimiento, otro que habría querido ahogar pero que se liberó en cuanto Esteban apareció en esa tarima, el amor.Brooke lo miró de arriba abajo, detalló cada parte de su cuerpo mientras el suyo propio recordaba lo que se sentía mirarlo, lo que se sent
Aquel encuentro con Brooke provocó en Esteban emociones que se entremezclaban unas con otras. Por una parte, se llenó de rabia, los recuerdos de su abandono revivieron sus dudas, su inseguridad y su dolor. Mas, por otro lado volver a tenerla frente a él, le hizo estremecer por dentro. No la había olvidado, no. No se puede superar lo que se ha amado. Brooke fue para Esteban algo diferente y especial. Él, el multimillonario, al que nada le importaba, el arrogante se había enamorado de una camarera. Pero Brooke era algo más que eso, era la sinceridad, lo genuino, sin poses, sencillamente ella. Tan distinta a Sonia. Eso quizás era lo que Esteban buscaba, alguien diferente a su propia madre.A pesar de que amaba y respetaba a su madre, había cosas de ella que él desconocía, cosas que la convertían en una mujer llena de misterios, de cierta oscuridad. Esteban entró a su oficina, se sirvió un trago, bebió de un sólo sorbo el vaso de licor. Se sentía ansioso, estresado, lleno de dudas. L
Brooke salió como una fiera del hotel en el que se encontraba mientras pensaba una y otra vez con qué derecho Esteban se creía para reclamarle algo a ella cuando había sido él quien creyó en el lavado de cerebro que su madre le había hecho sin siquiera darle a ella el beneficio de la duda, no se puso en contacto ni una sola vez con ella para aclarar las cosas, para preguntarle si aquello había sido cierto, Sonia era su madre, pero ella había sido su mujer y le había demostrado una y otra vez lo mucho que lo amaba.Nacho la estaba esperando en el auto cuando ella entró y tiró la puerta de un solo portazo. Solo cuando estuvo en el interior del coche con los cristales poralizados subidos y fuera de la vista de cualquiera además de Nacho, se dejó llevar por el dolor que su pecho estaba sintiendo y lloró, lloró de forma desconsolada.Los gemidos y sollozos llenaron el interior del coche mientras Ignacio esperaba pacientemente a que ella pudiera recuperarse un poco.“¿Por qué, por qué tuvo
Brooke estaba decidida, tenía que volver a encontrarse con Esteban pero, qué excusa pondría para hacerlo. Tenía que verlo, sin embargo, si algo tenía bien claro en su cabeza era que no se rebajaría al punto de llamarlo y simplemente decirle que tenía deseos de verlo una vez más, el plan era acercarse a él, pero habían diferentes técnicas para hacerlo más allá de humillarse con los Robinson después de todo lo que ellos le habían hecho a ella.Necesitaba una excusa, una muy buena y pronto, Massimo todavía estaría fuera de la ciudad hasta el día siguiente y tenía que aprovechar su ida para hacer todo lo que pudiera, no se podía arriesgar a perder lo que tenía con Massimo ¿lo amaba? No, en lo absoluto pero sí le tenía mucho cariño por como había sido él con ella y por todo lo que la había ayudado, sin mencionar a los gemelos que los consideraba parte de su propia familia.Mientras le daba vueltas en su cabeza al asunto, pasaba sus manos por encima de la prenda de la que se había hecho e
Brooke se quedó completamente en shock por unos segundos en los que no fue capaz de mover sus pies del suelo. Eso era justo lo que ella había estado buscando con su ida ahí, a la oficina de Esteban pero, ahora que estaba ocurriendo de verdad, no supo cómo reaccionar. No le venían las palabras, no se podía mover, solo sentía una completa incredulidad y una inquietante y preocupante fogosidad que le recorría amenazante por sus venas anunciándole que no era dueña en lo absoluto de su cuerpo y mucho menos de sus sentimientos.El corazón le golpeaba su pecho mucho más fuerte de lo que había sentido en el camino hacia ahí, podía sentir los latidos por todo su cuerpo, en la cabeza, la garganta y, muy a su pesar y de repente, en un lugar dolorosamente sensible entre sus piernas mientras Esteban la agarraba por la parte trasera de su cuello haciéndola prisionera mientras saqueaba toda su boca fervientemente.La forma en la que la estaba besando era muy diferente a lo que ella recordaba, no
Al llegar a la casa la sensación de chocar contra la realidad la impactó por sorpresa, se sintió como si hubiese chocado contra una pared de ladrillos ¿Qué había hecho? Se había convencido a sí misma de que era lo necesario pero, ¿en verdad podía con todo aquello?Esteban y ella no habían hecho el amor, no habían tenido una conexión sentimental, habían tenido sexo, uno tan carnal como nunca antes lo habían hecho y, a pesar de ello, a Brooke le había gustado. Treinta minutos demoraba el trayecto desde las oficinas de Esteban hasta la mansión de Massimo en donde estaba ahora, treinta minutos habían pasado ya y toda su piel todavía hormigueaba como si Esteban la estuviese tocando aún.Las sensaciones las tenía a flor de piel, su cráneo cabelludo todavía estaba protestando debido a los jalones que él le había dado a su pelo, sus muñecas seguían rojas debido a la presión de su mano contra ellas, su trasero seguía picando por las palmadas que le propinó pero eso no era lo peor de todo, no,