Después de varios meses, Esteban se había dado la oportunidad finalmente de estar con alguien, no era como que Camila le había dado muchas opciones tampoco, pero, gracias a la audacia de ella, él se dejó llevar por las emociones que estaba teniendo en ese momento.Con sus brazos cruzados bajo su cabeza, Esteban miró hacia su lado izquierdo para encontrarse con el cuerpo desnudo de Camila, no tenía dudas de que había sido un encuentro salvaje, sin dudas lo que estaba necesitando después de tanto tiempo, pero, a pesar de que la chica estaba a su lado, de que era hermosa y parecían entenderse, él no pudo evitar pensar en su Brooke.Muy a su pesar estaba convencido de que por más que buscara, nunca iba a encontrar en otra mujer lo que tenía con ella. Con Brooke era imposible tener solo sexo, lo fue desde la primera vez que estuvieron juntos. Sus encuentros eran apasionados y carnales, sí, pero también habían muchos sentimientos involucrados de por medio, el placer y el amor no podían se
La mano de Brooke buscó a tientas el pantalón de él sin dejar de mirar a través del espejo y, cuando encontró la parte abultada comenzó a acariciarla una y otra vez logrando sacarle un gruñido que había salido directamente desde sus entrañas.—Brooke, me encanta que estés dispuesta, créeme, pero si no paras de hacer lo que estás haciendo, yo no seré capaz de detenerme. Ahora mismo estás sintiendo lo mucho que te deseo y no sé si estás preparada, si quieres esto hoy o no. No quiero presionarte pero, no me puedo controlar, no cuando es contigo así que, si quieres parar, detente, porque si continúas entenderé que quieres seguir —las palabras de Esteban fueron una advertencia, una dulce advertencia que ella ignoró por completo.Se giró hacia él, dejando su imagen en el espejo detrás de ella y, sin dejar de mirarlo ni un solo segundo con una de sus cejas levantadas, pudo notar como la punta de sus dedos hormigueaban por tocarlo. Brooke no comprendía por qué de repente sentía como si le f
Los días pasaban rápidamente, Nacho busca todas más mañanas a Brooke para llevarla a la oficina donde trabaja con Massimo o de vez en cuando para llevarla hasta la mansión Costello.—Buenos días, Nacho —dijo, Brooke mientras subía al lujoso coche.—Buenos días Brooke. Preparada para iniciar la semana.—Sí, por supuesto. —exhaló un suspiro. Aún no me lo creo, es increíble que esté trabajando de nuevo con amassimo y sobre todo que haya vuelto a encontrarte. —¿Crees en el destino? —preguntó mirando su expresión a través del retrovisor.—No lo sé, hay cosas que a veces hacemos y cambiamos nuestro destino. —respondió y se abstrajo en sus pensamientos. Su vida había sido tan distinta a como ella pensó, que no tenía dudas en asegurar que ella misma había forjado con sus decisiones su propio destino. A ratos siente que nunca debió entregar a su pequeña, ¿Pero qué habría pasado si no lo hubiese hecho? Era mejor no pensar en ello, hacerlo abría nuevamente la herida que intentaba sanar.
Inesperadamente, esa mañana los gemelos entraron a la habitación, encontrando a Brooke durmiendo junto a eu padre. Para los pequeños aquello pareció ser la mejor noticia del mundo, su padre tenía novia y ellos una nueva mamá. —¡Papá, papá! Tú y Brooke, son novios —exclamó emocionada Mery. —Sí, mi amor. Brooke es mi novia. —¿Y será nuestra nueva mamá? —preguntó entusiasmado Max. Massimo miró a Brooke y ella asintió con su cabeza. —Sí, mi amor. Seré una madre para ustedes. —respondió ella y los gemelos saltaron de alegría, disputándose los dos el abrazo de Brooke. Aquello no sólo hizo sentir feliz a los pequeños, sino que el deseo de Massimo se volvía realidad con la ayuda de sus hijos. —Ahora, vayan a arreglarse. Hoy saldremos de paseo a donde ustedes quieran. —Al parque —respondió Max. —No, a la piscina —espetó Mery. —Pónganse de acuerdo con Brooke, yo iré a ducharme y sí para ese momento, no llegan a un acuerdo, seré yo quien escoja. Los niños hicieron pucheros, los planes d
El corazón de Brooke galopaba a millón mientras veía la respuesta a todas sus preguntas justo en frente de ella. Junto a la correspondencia y los periódicos del día, encontró un panfleto publicitario sobre el nuevo gran evento de la empresa de los Robinson, una enorme subasta que supuestamente iba encaminada a recaudar fondos para los orfanatos, una ironía de la vida que no pasó indiferente por la cabeza de ella.Por más que Massimo intentara convencerla de espera un poco más de tiempo para iniciar el camino que la llevaría de vuelta a su pequeña, Brooke no podía esperar más; él la había estado disuadiendo un poco explicándole que sería mejor a que esperara considerando que su carrera acababa de despegar y estaba en su momento de auge. Su vida ya había dado el cambio que tanto había estado esperando, gracias al mismo Massimo, se había convertido en una escritora de renombre, las ventas de su primer libro iban viento en popa y la editorial ya le estaba pidiendo un borrador de la sec
Brooke había intentado prepararse mentalmente para cuando llegara ese momento y, a pesar de que pensó que lo haría bien, nada, absolutamente nada que hiciera, la habría podido preparar para volver a tener frente a ella el hombre que tanto amó una vez, el hombre con el que había imaginado su futuro, junto al que pensó criar a su pequeña, el hombre del que, muy a su pesar, todavía estaba completamente e irrevocablemente enamorada.En el momento en que sus ojos lo vieron lo supo, en todo el tiempo que había pasado, ella pensó que lo repudiaba, que lo odiaba con todas sus fuerzas y sí, esos pensamientos todavía estaban ahí, de no haber sido por él, las cosas hubieran sido mucho más sencillas para ella pero, también la estaba atacando otro sentimiento, otro que habría querido ahogar pero que se liberó en cuanto Esteban apareció en esa tarima, el amor.Brooke lo miró de arriba abajo, detalló cada parte de su cuerpo mientras el suyo propio recordaba lo que se sentía mirarlo, lo que se sent
Aquel encuentro con Brooke provocó en Esteban emociones que se entremezclaban unas con otras. Por una parte, se llenó de rabia, los recuerdos de su abandono revivieron sus dudas, su inseguridad y su dolor. Mas, por otro lado volver a tenerla frente a él, le hizo estremecer por dentro. No la había olvidado, no. No se puede superar lo que se ha amado. Brooke fue para Esteban algo diferente y especial. Él, el multimillonario, al que nada le importaba, el arrogante se había enamorado de una camarera. Pero Brooke era algo más que eso, era la sinceridad, lo genuino, sin poses, sencillamente ella. Tan distinta a Sonia. Eso quizás era lo que Esteban buscaba, alguien diferente a su propia madre.A pesar de que amaba y respetaba a su madre, había cosas de ella que él desconocía, cosas que la convertían en una mujer llena de misterios, de cierta oscuridad. Esteban entró a su oficina, se sirvió un trago, bebió de un sólo sorbo el vaso de licor. Se sentía ansioso, estresado, lleno de dudas. L
Brooke salió como una fiera del hotel en el que se encontraba mientras pensaba una y otra vez con qué derecho Esteban se creía para reclamarle algo a ella cuando había sido él quien creyó en el lavado de cerebro que su madre le había hecho sin siquiera darle a ella el beneficio de la duda, no se puso en contacto ni una sola vez con ella para aclarar las cosas, para preguntarle si aquello había sido cierto, Sonia era su madre, pero ella había sido su mujer y le había demostrado una y otra vez lo mucho que lo amaba.Nacho la estaba esperando en el auto cuando ella entró y tiró la puerta de un solo portazo. Solo cuando estuvo en el interior del coche con los cristales poralizados subidos y fuera de la vista de cualquiera además de Nacho, se dejó llevar por el dolor que su pecho estaba sintiendo y lloró, lloró de forma desconsolada.Los gemidos y sollozos llenaron el interior del coche mientras Ignacio esperaba pacientemente a que ella pudiera recuperarse un poco.“¿Por qué, por qué tuvo