[Roberto Abad]
La noche anterior durante la fiesta de compromiso Lily no apareció, la busqué con la mirada, pero no la vi. No podía preguntarle a mi cuñada si sabía por qué no había asistido, me maldeciría en la cara. Le había enviado la invitación a su oficina con destinatario para el director del hospital así aseguraba su asistencia. Pero no, nunca apareció y eso me tenía inquieto. Quería darle celos, regresarle todas las veces que me ha rechazado, porque yo sé que siente algo por mí, pero lo niega, no soy el hombre más bueno del mundo, en eso tiene un punto a favor al no quererme en su vida, pero, ¿qué se hace cuando el sentimiento entre nosotros es así de fuerte? Caminaba de un lado al otro en mi habitación, no podía ser tan débil e ir a buscarla. Ahora estaba comprometido con Andrea no podía echarme para a
[Roberto Abad]—Respecto a nosotros Lily, como te lo dije antes no me voy a casar me he dado cuenta que el compromiso fue un error, cuando me llamaste por la mañana, estaba en tu departamento fui a buscarte por que llame varias veces a tu celular, pero no me contestabas entonces me preocupe fue cuando entendí que ya no puedo estar sin saber de ti, no sé cómo, pero haré lo que sea necesario para que me aceptes a tu lado.Un brillo extraño apareció en sus ojos. Se puso de pie y se paró frente a mí.—Si Andrea no es tu felicidad no te cases con ella, si crees que yo soy tu felicidad entonces probemos, no puedo prometerte amor por que si somos realistas apenas nos conocemos, lo único que sé, es que mientras tú estabas comprometiéndote con ella mi corazón se lamentaba el no poder ser yo quien estuviera en su lugar – me dijo mirándome fijamente.
Conducía por la ciudad, estábamos en busca de un lugar cómodo para comer.—¡Ahí! —exclama Lily con emoción, diviso hacía donde ella apunta con la mano —¡tacos! —su emoción iba en aumento, puse los ojos en blanco.—Es un puesto de la calle —le respondo en forma de reprimenda, nunca como ni he comido en los puestos de la calle, y no está en mis planes hacerlo ahora.Lily entrecierra los ojos, me fulmina con la mirada.—¡Vamos! No me digas que a Roberto Abad no le gustan los tacos —entrecierra los ojos como si me analizará luego hace una expresión de sorpresa y suelta en forma de burla —¿o es que acaso no comes en la calle? – me cuestiona.Aprieto la mandíbula, me detengo en la acera a unos metros donde ella me indico.—No como en la calle, es insalubre, no comeremos aquí
[Lilian Caballero]Me gustaba la compañía de Roberto. Durante el viaje escuchamos música, platicamos de nuestra filosofía de vida. Descubrí que a diferencia de lo que pensaba teníamos varias cosas en común, él era arquitecto, pero su sueño siempre fue estudiar para ser abogado que hace unos años lo cumplió así que tiene dos carreras. A diferencia de mí que al principio no quería estudiar medicina luego me gusto. A los dos nos gustaría viajar por el mundo conociendo otros lugares o ya mínimo vivir por un tiempo en uno de esos países exótico, bueno exóticos para mí donde todo es tranquilidad, como Suiza, Holanda, Países Bajos, etc. Siempre he tenido el sueño de despertar un día viviendo en una casa tipo cabaña, salir, respirar el aire fresco mirando las montañas verdes a mi alrededor oliendo a flores del c
La mañana en el trabajo transcurrió de manera normal. Hice el recorrido de rutina por el hospital, recogí los reportes de fin de semana de las áreas de cirugía y laboratorio. Estuve elaborando los horarios de trabajo para esta semana, cada semana rotábamos las guardias y los descansos. En un momento me detuve a ver mi celular. Una parte de mi esperaba que Roberto me enviara un mensaje de buenos días, se escucha cursi, lo sé, pero mi corazón lo deseaba. Pero nada, no había mensajes de él en mi celular, estaría ocupado fue lo primero que pensé. Escribí un mensaje en borrador que no envíe. Cuando me enamoro soy muy cursi y romántica, todo lo contrario, a mi personalidad cuando no estoy con alguien. Me entrego por completo, con Roberto, cuando lo tengo cerca siento como una gran cantidad de mariposas revolotean dentro de mi estómago, demasiado cursi. Mejor me pongo a trabajar, me regaño a mí misma. Escuchó el sonido del intercomunicador y lo levanto. —Lily, han traído al
[Lilian Caballero] Llegué al departamento directo a la ducha, no sabía a donde me llevaría Roberto, pero prefería mantenerme a la expectativa, conociéndolo, seguro un lugar muy elegante Suelto una risita. Un lugar tan fino como él. Me divierte mucho recordar cuando fuimos a comer tacos a la calle, nunca podré olvidar su cara de temor era como si estuviera a punto de entrar a un lugar radioactivo o algo así. Después de ducharme me enfundo un vestido negro con tirantes caídos, cuello descubierto, era ajustado de la cintura y caía delicadamente como cascada hacia los lados, me llegaba a los tobillos, unos zapatos del mismo color y una tiara y accesorios dorados. Este look me gustaba bastante, me veía muy sofisticada. A Roberto le agradaría sin duda. Me miré al espejo. Me sentía como una adolescente esperando su primera cita con el chico que le gusta. Al fin se llegaron las ocho, bueno aún faltaban unos dos o tres minutos. El timbre de la puerta sonó y mi corazón se estr
[Lilian Caballero]Varios días han pasado. Roberto y yo hablamos por teléfono y alguno que otro día nos vemos, aunque aún no habla con sus padres. Dijo que en estos días lo haría ya que las televisoras locales y periódicos habían centrado su atención en nuevos chismes de otras personas. Al fin parecía que tendríamos tranquilidad. Roberto me ha dicho que ya no ha tenido contacto con Andrea desde lo sucedido. Y bueno yo he tenido unos días muy pesados en el trabajo tuvimos un paciente, era un niño de ocho años que llego con heridas internas muy graves, lo habían atropellado saliendo de su casa, mi hermano Christian hizo todo lo que pudo por salvarlo, pero el niño no resistió la operación y falleció en quirófano. Sus padres no aceptaron su perdida. Ahora están demandando a Christian y al hospital por negligencia médica, este as
Cuando llegamos al hospital lo pasaron a la sala de terapia intensiva. Lily entro con él, Ana nos dijo que estaría al pendiente también pero que siendo Lily la doctora de papá ella no podía hacer mucho para entrar a ver como estaba.Los minutos parecían horas estaba sumamente preocupado. Pasaba mis dedos por el cabello con desesperación mientras caminaba en círculos por la sala de espera. Arturo y yo nos veíamos. Mamá lloraba desconsolada. En una oportunidad de descuido de mi madre, Arturo se acercó para decirme que no le dijéramos por qué padre se puso mal, no tenía caso ahora hacerlo o ella también se enfermaría.Unas dos horas después Lily apareció ya con su vestuario médico, se había cambiado de ropa. Se detuvo frente a nosotros.—El señor Abad esta estable por ahora, se recuperará poco a poco hoy deb
[Lilian Caballero]Dejo las compras de alimentos sobre la mesa del comedor. Hoy es mi día de descanso, prepararé comida en casa, pero antes de acomodar los víveres, saco mi teléfono móvil y marco el número de Arturo.—Hola Arturo, buenas tardes —saludo mientras voy sacando las cosas de las bolsas.—Hola Lily, ¿cómo has estado?Hago una mueca.—Preocupada, ¿aún no tienes noticias sobre Roberto? —respondo ansiosa, hace días que no sabemos nada sobre él, desde que su padre lo echo de la residencia de los Abad.Arturo tarda en contestar, me muerdo el labio.—Aún no Lily, ya fui a buscarlo al departamento de Andrea, ella tampoco sabe nada de él, Roberto siempre fue muy reservado con sus cosas, supongo que si tiene más propiedades, pero no se donde más buscarlo, tendremos que esperar a que &eacu