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La gran ciudad de la noche (parte 1)
La gran ciudad de la noche (parte 1)
Por: Bec
Capitulo 1: Mi m*****a historia.

Lunes 13 de marzo del 2017.

Hora 06:59 pm

Siempre es la misma m****a en todo lo que pasa en este lugar. Trato de hacer que las cosas suelen ser diferentes. Pero desgraciadamente de la forma más extraña nunca lo puede ser. Suena algo cursi por decirlo así pero desde antes que llegue a ésta ciudad nunca fue tan difícil. Todo lo malo que pudo haberme pasado comenzó desde que yo era un simple y patético niño que solo deseaba en ser un adulto pero que a la larga tendrá una triste vida llena de grandes decepciones y de muchos sentimientos ocultos.

Pero bueno empecemos desde el principio…

Hace varios años...

Primero que nada mi nombre es Hugo Mcgregor. Me llamaron así mis padres porque pensaban que podría ser un hombre más interesante como los demás. Pero casi no me suele gustarme y pienso que es lo peor que pudo pasarle a alguien que quiere ser diferente. Al menos al día de hoy pienso que en ésta época el nombre es algo decente después del todo ya que existen un sinfín de cosas tan extrañas que ni siquiera se tiene la menor idea en que carajos estaban pensando los papás en haber llamado a su hijo “Erubiel “ o “Oreb” que son nombres tan patéticos que e escuchado.

Mi día de nacimiento es el 13 de octubre de 1991. Es el mismo año que salió el gran álbum musical de mi cantante favorito de todos los tiempos hasta que yo deje de existir… Michael Jackson. Para mí es una grandiosa persona que me enseñó grandes cosas en su momento cuando era un simple mocoso. Pero no todo fue de color de rosa cuando era niño. Había momentos en los que mi vida era demasiado infeliz y era la música en donde yo podía escapar de esos problemas comunes que uno puede enfrentar en su infancia.

Mis padres se llamaron Margaret Collins y Benjamin González. En sí ellos se conocieron en la universidad y eran grandes amigos desde ese entonces. Ellos eran de diferentes partes del mundo:

Mi papá era de aquí del país de México.

Mientras que mi mamá era originaria de los Estados Unidos.

Estaban juntos y empezaban a contar en sus charlas lo que más les gustaba, lo que más les atemorizaba y lo que más les fascinaria en hacer en un futuro. Ellos al final concordaban en lo mismo y era en casarse y tener hijos con un mejor empeño y estabilidad emocional.

Después de varias clases, reuniones, y de todo tipo empezaron a salir y tuvieron grandes momentos felices juntos. Ya más adelante en una de sus citas él le pidió matrimonio a mi querida madre. Ella tan emocionada le respondió… “sí, acepto”.

Desde que ella dio el “ sí “ todo estaba marchando muy bien. Pasaron los meses y por fin el sueño que tanto anhelaban lo hicieron hecho realidad. Se habían casado y por fin tuvieron lo que más querían: “ Un mejor futuro”.

Planeaban en donde iban a vivir juntos y ellos trataban de buscar varias opciones de casas que estuvieran en venta. O de nuevos fraccionamientos en donde hubieran excelentes oportunidades para poder disfrutar una excelente vida familiar.

Mientras que ellos tenían todo planeado salían adelante trabajando en sus respectivas profesiones. Mi papá era un célebre escritor de ciencias y a él le fascinaba mucho la naturaleza y la vida misma que se conformaba en el entorno. De esa inspiración lo tomo de mis abuelos que tan bien se dedicaban a eso mismo, y al igual, de su gran ídolo (Michael) que hacía obras caritativas para ayudar a la tierra y a las personas que no pueden obtener lo que la otra persona con grandes privilegios si tiene.

Mi madre era una excelente pintora. Solía demostrar en sus pinturas lo hermoso que puede ser la vida y lo malo que al igual puede verse a diario cuando nosotros vamos creciendo. Sus pinturas era un gran manjar de imágenes y de unos contornos tan vivos como la misma naturaleza lo es. Pintaba mucho los cerros más vistos en todo el lugar donde ella estaba viviendo y no era más que aquí… Nuevo León (México).

Ella le gustaba sus grandes relieves, y sobretodo, lo más vivo que se demostraba en la flora y fauna que hay aquí mismo.

Pasaban los días y meses al encontrar la casa ideal y con mucho éxito lo hicieron. Era una residencia que apenas estaba creciendo y el nombre de aquel esplendoroso lugar era: “Villas del Poniente “. En ese mismo lugar (que más adelante fue creciendo) en un principio era tan popular pero que más al futuro la misma gente fue viviendo y empezaba a agarrar más autoridad y respeto a sus alrededores. Se fueron haciendo de objetos de lujos, carros de último modelo y adornos a los que la misma sociedad envidiaba. Pero aún así mi familia no solía hacer eso mismo. No teníamos cosas valiosas ya que estábamos agradecidos con lo que obtenían con mucho esfuerzo.

Fue avanzando el tiempo y ocurrió el nacimiento que más les alegro sus vidas… sí, fue el nacimiento de este sujeto. Un bebé risueño que más adelante se volvería delgado con un cabello algo largo y castaño. Con piel blanca o bronceada (para no sentir una ligera sensación de molestia con ustedes mis queridos amigos).

Por cierto se me olvido agregar otro detalle importante a la historia…¿cómo rayos fue que termine tan jodido? Y ¿cómo fue qué me dedico a ser un detective y no un escritor, pintor o un maldito actor pornográfico de bajo presupuesto? Pues para ser sinceros todo empezó desde la infancia. Siempre veía programas policíacos a escondidas de mis padres. Ellos pensaban que eran “demasiados violentos y la violencia hace al ser humano más débil y muy cruel e inservible” aunque la verdad dentro de todo tenían algo de razón en haberlo dicho. Pero eso jamás me afecto en lo personal. Quería hacerlo a toda costa en ser un grandioso detective.

Siempre solía jugar a ser eso mismo cuando era un chico en mi casa y en el parque solo y sin nadie más a mí lado. Se me dificultaba mucho en encontrar amigos ya que se burlaban de mí por lo que yo hacía. Además de que para agregar más sal a la herida era demasiado tímido y cortante en todos los aspectos. Al salir a la calle solía usar una gabardina y una gorra que usaba mi papá cuando daba algunas platicas y convenciones del material que él estrenaba.

Al igual entre todo esa misma b****a que me pasaba en mi infancia y del robo de vestimenta que era de mi papá había pasado un momento muy especial que hasta el día de hoy nunca lo olvidé. Recuerdo que un día un grupo de hijos de puta empezaban a molestarme porque siempre me veían todos los días en el parque jugando a ser un detective. Entre ese mocoso que era bastante gordo (al igual que sus amigos) de la otra cuadra. Tenían demasiada envidia y enojo porque yo vivía en una colonia más conocida que la de ellos (antes era muy normal porque se originaban conflictos de pandillas de diferentes sectores).

Seguían y seguían esos hijos de perra insultando sin parar y golpeaban en diferentes partes de mi cuerpo sin parar. Al final pareció un gran diluvio que iluminará por completo mi infeliz vida. Apareció la niña más hermosa que mis ojos hayan visto al defenderme de esos zánganos.

— ¡¿Por qué no se largan de aquí?!, Este lugar es libre para que ustedes estén molestando a un niño súper inteligente y amable— lo dijo la heroína del momento que trataba de defender a un simple mortal indefenso.

— No trates de rescatar a éste pobre pendejo— argumenta él pobre gordo diabético que estaba molestando. Su aspecto era de un niño con primaria trunca con bastantes problemas familiares tan serios como la contaminación del planeta.

— ¡Pues pierdes tú tiempo en hacer lo muy inútil en ofenderlo cara de King Kong!— dice después ella con una ligera sonrisa. La verdad me daba mucha risa en mi mente, pero me ahogaba la carcajada para que ellos no me siguieran golpeando.

Y la discusión se volvió más tensa hasta que uno de los niños opto por decir.

— Ya larguémonos de aquí y dejemos a estos imbéciles en hacer lo suyo.

Y ya fue de allí cuando la tormenta había dejado de azotar a todo mi universo y fue empezando a calmarse. Después esté pobre sujeto entró a la acción y le argumenté de buena forma lo siguiente.

— Este… gracias por haberme ayudado de ellos, siempre me terminan de fastidiar algunas veces.

Ella me mira satisfactoriamente, saca una hermosa sonrisa de su rostro y me comenta con mucha delicadeza.

— No hay de qué ya estoy harta de los maltratos a los más débiles todos los días. — entrecruzando los brazos viéndome cómo muy justa.

— Pues si en eso tienes razón.— argumente con una voz muy temerosa.

Y desde ese preciso momento ocurrió el gran acontecimiento importante que marcaría completamente mi vida. Y todo por una simple pregunta.

— Es correcto… y ¿cuál es tu nombre? — me pregunta con una voz cariñosa y relajante.

— Me llamo Hugo Mcgregor ,¿y tú? — al segundo Suelto una estúpida sonrisa de todos los malditos tiempos.

— Me llamó Edith Jiménez, mucho gusto.

Justamente en el parque de la colonia nos habíamos conocido. Empezó esa serie de cambios extraños en mi vida. Pensé que iban a durar mucho pero no fue exactamente así.

Cuando íbamos juntos a la escuela solíamos apoyarnos mutuamente en todo lo que hacíamos en trabajos de equipo, tareas y lo que siempre se hacen en las escuelas. También me acuerdo que cuando fue la graduación me regalo lo más bonito que me pudieron dar. Una lupa que al borde del soporte decía un ridículo apodo cariñoso “bad Hugo”. En ese entonces estaba en cines la película policíaca “Bad Boys”. Era muy estúpido pero bueno al final era un gran regalo de su parte.

Pasaron los años en la secundaria pero cuanto años más crecimos ya sentíamos que grandes cambios se iban acercando cada vez más. Es así como los conciertos que daba Michael Jackson en cada país que hacía en sus grandes recorridos por todo el mundo. Me acuerdo de una vez que quería dar el primer paso y fue en una reunión que organizo un sujeto de la secundaria.

Así es me acuerdo muy bien de ese momento…

Fue al final del semestre cuando el sujeto llamado Humberto (digámoslo así porque sinceramente no me acuerdo bien de su nombre) nos invito a una pequeña despedida a todos los compañeros de nuestra clase. Fue ahí donde tenía pensado en decirle a Edith si pudieramos tener una especie de relación así como lo tenían, en su momento, mis padres cuando se conocieron en la universidad con diferentes carreras en algunos días. Siempre quería decirle cuanto la quería y amaba ya que ella me hacía sentir muy feliz desde que éramos chicos.

Pero sentí que muy pronto nos veríamos obligados a casi no vernos y separarnos por distintos caminos. Desde ese instante no quería que eso sucediera porque en ese entonces se corría la voz de que ella pronto se iba a mudar a “Los Ángeles “ en los Estados Unidos. Su familia eran unos grandes chefs y cocinaban diferentes platillos ricos que a casi a toda la gente les encantaba (al igual que a mí) y al igual que a ella le gustaba en ser una chef cómo a sus padres.

Pero volvamos un poco a la historia.

En esa pequeña despedida que había hecho el compañero de la secundaria en su gran residencia que lucia muy lujosa (y eso que casi la escuela en el que iba en ese entonces no era mejor pagada como solía verse. Su aspecto se veía como cualquier escuela pública de cualquier estado o país del mundo. Así de simple). Asistí a la casa de Humberto con un gran atuendo muy elegante y brillante en ese entonces. Era un smoking con unos zapatos usados de mi hermano menor. Los míos se habían ensuciado por una tontería que ya casi no me acuerdo. Había entrado a la casa con mi gran vestuario y pude ver claramente lo que pasaba a mi alrededor. Si se puede decir porque en realidad nunca tomaba atención antes cuando asistía a fiestas o reuniones con mis padres. Se me hacían muy aburridas y nunca tomaba atención a lo que pasaba a mi alrededor (si era muy estúpido, lo sé).

Ya estando dentro de la casa de Humberto pude vislumbrar esta vez todo sin estar aburrido. Todos tenían grandes y esporádicos atuendos mientras que uno y otro no les importaba lo más mínimo de como querían verse.

Recorría los pasillos de la casa. Pude ver diferentes fotos de la familia de “Humberto “. Ellos se dedicaban a comprar y vender carros usados que la gente no tenía nada que hacer con ellos. Para ser ciertos si suelen ser un gran estorbo cuando no se les da un buen mantenimiento correctamente. Todos se divertían con música en alto volumen. Ponían diferentes géneros en esa época de mi juventud. Yo en realidad no era muy fanático de la música de los 2000. Se puede decir que nunca fue de mi agrado pero bueno siempre se tienen que respetar los gustos de los demás ya que suelen ver como una de las personas más interesantes del momento.

La fiesta seguía y yo con ganas de largarme de ese lugar trataba de comer y tomar algún refresco para así hacer que el tiempo no se vuelva más difícil y estresante estando en la fiesta. Entre todo ese rato tuve que esperar a “La amiga de siempre “ (referencia a un libro) para así darle una pequeña propuesta de amor que tenía que hacerle.

El tiempo seguía en curso y yo ya me sentía muy decepcionado porque no había rastro de ella en ninguna parte de la casa. Estaba pensando en retirarme o ir directamente a su casa para ir a gritarle en su cara de “¡nunca me hagas venir a una fiesta que ni siquiera es de mi agrado! “ Había acordado en que me tenía que esperar profundamente en la casa de Humberto y que no me preocupara demasiado. Sonaba tan fácil lo que tenía dicho pero yo nunca me trago ninguna de las malditas palabras de algunas personas que uno llega a conocer.

En ese instante pensaba en retirarme de la fiesta sin hacer nada de nada, sin disfrutar, sin declararme a la chica que más me gustaba. Todo estaba perdido hasta que de pronto… apareció ella.

No lo podía creer en absoluto. Me sentía muy nervioso y agitado (y eso que en un principio me tenía los bajos ánimos hasta todo el cuerpo). Ella estaba muy hermosa como solía serlo. Traía puesto un largo vestido de color verde oscuro con unos tacones de color rojo que se veían muy bonitos y hacían notar su más grande belleza misma.

Yo muy enamorado traté de alcanzar a ese pequeño ángel caído del cielo. Estaba más atraído y esperanzado de que por fin se diera una gran oportunidad de nuestras vidas en estar juntos. Mientras me acercaba hacia ella me llevé una gran apuñalada directamente en el corazón (y eso que siempre suele pasarnos a todos nosotros ya sea si eres hombre o mujer). Era ella tratándose besar a nada más que el puto anfitrión de la fiesta. Era una ligera patada en los testículos al ver tal acción que a su vez me era muy repugnante.

Desilusionado y con el alma más apagada del mundo trate de irme de la fiesta sin hacer un puto drama. Solo era yo un joven derrotado tratando de salir de una partida de un video juego que la consideraba ya ganada. Pero cuanto más logras avanzar más perdida está la batalla y llegas en un punto que no te da para avanzar.

¿Recuerdan que hace unos momentos les comenté que la vida daba un leve giro en todo lo demás? Pues justamente desde ahí nació ese chico tan negativo de todo y a no me importaba una m****a esta vida. Ya solo trataba de enfocarme en mis estudios y no en relacionarme con las personas. Ya era otro sujeto sin sentimientos, sin alegrías y sin nada más que hacer. Solo era un simple detective con una vida muy m****a como todos los demás.

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