Brendan no hizo nada solo la observo alejarse.
—Aunque eres la Reina sigues siendo como Clarise Baker, muy fría y extraña como cuando te conocí, con ese resplandor que me enamoro, mi dulce Clare.—Sonrió y se quedó observando la luna suspirando.
La rubia se fue cerca de su habitación aun pensando en todo lo que había ocurrido.
Se recostó en una de las columnas del palacio.
— No puedo creer lo que hizo, me beso y además le dije lo que sentía.—Su corazón comenzó a latir desesperado al recordarlo.
Cerro los ojos pensando en el.
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— Está bien señorita, hare lo que me diga — Sonrió al ver la actitud de su pequeña — Eres idéntica a cuando fuiste al pasado, no has cambiado en nada.— ¿De qué hablas? —Pregunto la pequeña.— Antes de que tu nacieras, tu yo futuro nos visitó en el pasado a tu papa y a mí, cuando éramos más jóvenes.— ¿De verdad te conocí antes de nacer? —La péquela sintió curiosidad y su madre le afirmo.— ¿Y cómo era?— Tenías la misma edad que ahora tienes 8 años. —Le acaricio la mejilla.— Mamá, por favor cuéntame más ¿sí? —Le insistió.— Dijiste que me quedara callada, señorita. —Se sorprendió de su curiosidad.— Mamá por favor
— ¿Estas bien? – Dijo la niña de cabello rubio y vestido blanco. —Auch, no crei que me sucedería esto – Se tocó la cabeza. —Déjame ver – Tenia un gran chichón en la cabeza, ella curiosa lo toco. —Oye déjame, me duele – Se quejó el pelinegro. —Eso te pasa por hacer tonterías, eres un tonto— refunfuño la niña. —No lo soy, además llevo mucho tiempo haciendo esto, he viajado por todo el planeta...— Dijo enojado. — ¿Todo el planeta? — impresionada dijo la niña. —Sí, me encanta conocer cada lugar de la tierra y quisiera ir hasta más allá de donde vivo. — ¿Oye ¿puedo ir algún día contigo? —Claro si no eres una niñita llorona. — Le dijo de manera burlona. —Claro que no lo soy. —La pequeña le menciono enojada. —Está bien, pero hoy no puedo hacerlo. —Observo al cielo sonriente. Una luz resplandeció el cielo del reino, un hombre de cabello castaño con elegantes trajes reales aterrizo en aquel lugar con una mirada seria observando al pequeño aventurero sabiendo que se burlaba de él. —
Después de muchos años, un reino se había formado en el planeta tierra, Clarise era la gobernante de aquel lugar. Una chica que tiene el aspecto de una chica de piel color crema, de cabello rubio oscuro y ojos azules.Debido a que su cabello es bastante largo y voluminoso, se lo peina sosteniéndolo en dos gruesos rodetes redondos, los cuales sostienen su cabello, el cual deja caer en dos largas coletas que cuelgan de modo vertical hasta llegar a los muslos.Usa una corona con un corazón en el medio, sus anclas doradas y varios signos que representan la unión del planeta con su poder. También tiene aretes colgantes onduladas con sus tiritas de cerquillos a lado del oído. Su vestido es de color blanco de forma cola de sirena arrastrando al suelo, con lazos colgantes atrás.Es la reencarnación de la antigua princesa Jazmín quien fuera princesa en u
—¿Arthur? — corrió a abrazarlo volviste antes de lo esperado...me alegra mucho. —Si querida quería estar contigo el día de hoy. —La tomó en sus brazos.—¿Te iras de nuevo? — Pregunto preocupada.— Si...solo serán una semana, estamos a punto de lograr grandes alianzas con todos los países del mundo que no pertenecen aun a Eris... —Le comentó besando sus mejillas.—Eso es bueno...pero... no quiero separarme de ti...quisiera ir contigo. —Jazmín suplicó.—Sabes que Alice me acompaña...tú tienes que estar aquí, no puedes dejar, así como así tus deberes como reina. —Le recalcó su esposo.—Está bien, solo quiero que a tu regreso pases más tiempo conmigo. —Se acercó a su cara con cara amenazante y
—¡Mamá, ven juguemos! — Le jalaba el vestido a su madre, la reina y Brendan se separaron por la insistencia de la niña.Brendan se acercó a la pequeña y se agacho para mirarla detenidamente.— Es idéntica a ti Clare— Habló mirando a su amiga.— ¿Quién eres tú? y porque le dices Clare a mi mamá.— Pequeña Clarise no seas grosera...es...solo un viejo amigo de mi adolescencia. así me llamaban antes de ser reina.— Así es, también puedo ser tu amigo...Soy Brendan.Le estiro la mano a la pequeña y esta le correspondió. — Soy la Princesa Samanta...la pequeña Clarise o Clare como mamá...—Dijo en forma de reverencia como una princesa muy educada.— Gusto en conocerte Princesa Samanta. —Brendan se
— ¿Te lo creíste verdad? — No paraba de reírse. — ¡Era una simple broma, sabes que me gusta que me llames así!— Me gusta esa sonrisa en tu rosto, te hace más hermosa y ese resplandor que me gusta esta hay de vuelta.Se ruborizo al escucharlo. — Gracias, cambiando de tema ¿No tendrás problemas con la reina Akane?— No, la verdad, mis hermanos y la reina creen que estoy en un lugar al que voy solo para pensar en una chica especial. — se sonrojo al decirlo. — Paso un día completo allí, así que no me molestan, pero decidí escapar solo para verla en persona apenas supe de la invitación.Ella al escucharlo se sonrojo sabía perfectamente que era ella, pero lo disimulo.— Vaya jovencito. ¿Eso es lo que haces? No puedo creerlo, con el gran talento que tienes, solo piensas en chicas y hacer todo evadie
El rey Arthur estaba en una reunión con representantes de China pues las cosas estaban un poco difíciles con los delegados de los países que aún no aceptaban a Eris como un reino de la legión.— Majestad, disculpe que lo interrumpa, pero, tengo algo que decirle. — Hablo la joven representante de la legión del inframundo y el tiempo.Marisa, Es una mujer alta y esbelta, de alrededor de 25 años, tiene el cabello largo y liso de color verde oscuro. Tiene ojos púrpura y normalmente lleva maquillaje y usa vestidos.Es una chica solitaria que cuida y maneja el portal del tiempo, es la mayor de las chicas, desde que surgió el reino de Eris ha sido acompañante del rey Arthur en cada reunión que hay.— Me disculpan un segundo por favor.Todos los asistentes asintieron, el salió notando a Marisa muy preocupada.— ¿Que es tan importante co
— Gracias por bailar conmigo. —La reina le agradeció muy contenta.— Un gusto, bailas muy bien para ser un chico antipático. — Los dos rieron.— ¿Quieres acompañarme afuera? —Le sugirió.— Sabes que no puedo estar a solas contigo, ¿Qué dirán de mí? Soy la sobera