Mientras estaba revisando las cartas que acababa de sacar del buzón, Ethan recibió un aviso de parte de Rachel acerca de que su hija quería encontrarse con él sí no estaba muy ocupado, a lo que le dijo que podía venir en unos diez minutos y que trajera unos tés para ellos ya que estaba.La mayoría de las cartas eran cuentas o relacionadas con el trabajo, pero hubo una carta en particular que le llamó la atención. Una carta de Magda, aquella joven que había insistido tanto en casarse con él por un simple capricho.Leyó la carta cuidadosamente y finalmente decidió simplemente arrojarla a la basura. Le agradaba Magda, pero lo mejor era no contestarle y que dejara de hacerse ilusiones con él. A esa niña le faltaba mucho por madurar. No quisiera ser así de frío con ella, pero no veía otra salida.—¿Papá? —Justo cuando terminó con el resto de las cartas, su hija llegó con una bandeja con dos tés y unos cuantos bocadillos, bollos para él y galletas con chispas de chocolate para ella—. Espero
—Oye, mamá…—¿Sí, mi amor? —Kate no apartó la mirada de los huevos que estaba batiendo al escuchar la voz de su hijo, estaba muy concentrada en no arruinar esta comida para la cena por una vez.—¿Recuerdas a la chica que te mencione a la que también le gustan los frutos secos también?—Ajá, tu amiga la que va a preparatoria, sí. —Asintió, todavía no muy contenta de que frecuentara chicas mayores, pero como él no tenía tantos amigos y estaba con Kelly prefería no prohibírselo. —Estábamos hablando y dijo que tú suenas como una madre muy genial. —Kate sonrió extrañada ante eso—. Y preguntó sí podríamos invitarla a cenar aquí. Fue muy insistente en conocer a una mamá tan genial como tú. —Ella rio ante esto.—¿Qué esa chica no tiene una madre a la cual pondrá celosa hablando así? —Sonrió divertida.—Ella dijo que hace mucho que no ve a su mamá en nada más que en fotos…—Oh… —De pronto se sintió mal por bromear acerca de eso—. Bueno… sí planeas seguir frecuentando a esta jovencita entonces
Cuando su madre se desmayó después de haber tenido el comportamiento más raro de la vida, Kitt jadeó y se quedó estático en su lugar, sin tener ni idea de qué hacer. ¿Así se habrá sentido su madre cuando lo encontró desmayado en el baño? Porque no se sentía para nada bonito.—¡Oh, no! —Por alguna razón, Iris parecía aún más horrorizada de lo que él se sentía—. ¡Mamá! —Corrió en dirección a la mujer mayor, pero él no prestó atención a eso.¿Mamá?¿Era su imaginación o Iris acababa de decirle mamá a SU mamá? ¿Había escuchado mal, acaso? ¿Por qué ella diría algo así? ¿Y por qué la extraña actitud de su madre? ¿Por qué todos actuaban como si se conocieran? ¿Qué demonios estaba pasando aquí?Seguro todos se habían vuelto locos… eso o él estaba teniendo una especie de pesadilla extraña. Sacudió la cabeza y también corrió hacia su madre, arrodillándose junto a Iris y mirando con desconfianza el modo en que acunaba suavemente el rostro de su madre. ¿De verdad escuchó bien y ella sí la llamó
Afortunadamente Ethan llegó a ver en qué dirección corrió Kate, así que logró alcanzarla rápidamente.Se preocupó más al no ver al niño por ningún lado. Parecía ser que corría muy rápido. —¡¿Dónde está?! —le preguntó angustiado mientras corrían.Kate lo miró extrañada, antes de fruncir el ceño. Dudó un momento, pero finalmente habló:—No lo sé —exclamó preocupada—. No lo sé… pero él no es tonto. Irá a un lugar que conozca. Puede ser a la plaza, a la clínica Quincy, que es donde trabajo o a la casa de su amiga Kelly… Yo apuesto por la plaza, probablemente se escondió en un árbol, es lo que hace cuando se enoja. —Lo miró de reojo, recordando algo. —Le gustan los lugares altos, en eso se parece a ti —comentó en voz baja—. Sí fuera a la casa de Kelly sus padres me llamarían. En la clínica están las enfermeras del turno tarde y noche, también me llamarían… Así que el lugar que debemos cubrir debe ser la plaza —dedujo astutamente. Llegaron a la plaza y ralentizaron el paso, comenzando a
Cuando llegó a la calle donde estaba su casa, Kate de inmediato notó la camioneta de los Quincy y rápidamente corrió hacia allí, preocupándose más al ver a sus jefes y a Iris parados frente al vehículo hablando con rostros angustiados.—Mamá —murmuró su hija al verla.—Hola, mi cielo. —De inmediato se lanzó a abrazarla, todavía queriendo asegurarse de que realmente tenía a su pequeña aquí con ella. Casi no lo creía posible, pero estaba muy agradecida de poder comprobarlo con ese abrazo.—Doctor, Mirian, ¿dónde está Kitt? —preguntó, pretendiendo no notar a Ethan acercarse hasta estar a unos pasos de ellos.—Ah, señor Di Castro… ha pasado tiempo. —El Dr. Quincy asintió cordialmente hacia el otro hombre, que devolvió el saludo sin mucho interés.—¿Con qué tú eres el mocoso roba-hijas ex esposo de Kate, eh? —Mirian hizo una mueca de desagrado—. Solo para que sepas, mi marido y yo hemos sido los que más ayudaron a Kate todos estos años, así que sí quieres ir empezando a pagarnos lo que deb
Cuando Kate dejó varios platos frente a Iris y su ex esposo, para luego tomar dos bandejas y retirarse, la adolescente finalmente se permitió hundirse en su silla y soltar un largo suspiro.—¿Estás bien, cariño? —Su padre preguntó con preocupación, también reclinado en su asiento apenas mirando de reojo el plato humeante frente a él, pareciendo mentalmente exhausto. —La verdad… no. No estoy nada bien. —Se enderezó, apoyando un codo en la mesa y su mejilla en un puño—. Kitt me odia… —Sus ojos se aguaron, pero parpadeó para alejar las lágrimas—. Finalmente tengo la oportunidad de comer otra vez lo que prepara mamá, pero ella no cenará conmigo porque Kitt no tolera verme a la cara. —Miró nostálgica el plato frente a ella.Hace años que no comía algo preparado por su madre. Claro que su padre en realidad cocinaba mejor que ella, pero Iris amaba de todos modos la cocina de su madre simplemente porque era de su madre.—Kitt realmente es un niño con mucho carácter, tenías razón en eso, es i
Kate bajó las escaleras cargando las bandejas con los platos usados por ella y su hijo y al llegar a la cocina pudo todo para lavar. Cuando se dio vuelta, casi brinca en su lugar al ver dos pares de ojos turquesas mirarla atentamente.Oh, diablos… Había olvidado que seguían aquí…Era raro y nostálgico tenerlos allí sentados como si nada. Bien que soñó muchísimas veces con reencontrarse con su hija de mayor, pero ver lo mucho que había crecido hasta convertirse en una bella mujercita aún la hacía tener que contener las ganas de llorar, por más tonta que se sintiera por ser tan emocional, le era inevitable sentirse abrumada por la emoción de verla. Tampoco creyó que volvería a ver a su ex esposo y ahí estaba él como en antaño, sentado en su mesa después de haber terminado de comer la cena que ella le sirvió… era nostálgico, extraño y doloroso, todo al mismo tiempo. Iris sonrió levemente al verla mirándolos y juntó las cosas de la mesa, llevándolas al mismo lugar que las bandejas con l
—Iris se quedará en la habitación de invitados, así que tú puedes quedarte con el sofá. —Kate señaló cordialmente el espantoso sofá amarillo con rosas rojas y rosadas en el respaldo que tenía en su sala.—¿De qué basurero sacaste esa cosa? —Él miró el mueble con obvio desagrado, recién notando bien el espantoso estampado ya que Kate nunca se molestó en cambiar los muebles que le dejo Rosalinda.—Venía con la casa. —Rodó los ojos–. La dueña anterior no tenía el mejor gusto, por decir lo menos. —Se encaminó a las escaleras–. Ven, te llevaré a la habitación de invitados. —Subió hasta el segundo piso mientras él la seguía con su hija aún en brazos. –Recuéstala aquí. —Apartó las mantas para que la dejé en la cama y luego cubrió con ellas a su pequeña, arropándola como hace mucho no hacía, sintiendo toda la nostalgia y anhelo por los años que perdió y no pudo verla crecer. Siguió mirándola aun así, todavía teniendo miedo de que con cualquier parpadeó desapareciera, de volver a perderl