No había dudas de que él fuera esa persona mala que mis escasos recuerdos me hacían pensar. Era evidente que la culpa era justificada porque me había tratado muy mal, pero, también era verdad que había usado tácticas para acercarme a él.
Sin embargo, no podía simplemente pagar lo que había hecho entregándole mi cuerpo como pago a esa jugada sucia, porque sus palabras decían que si daba un paso esta vez, no había manera de retroceder.—No me agradas, Helmut— susurro mientras intento separarme de él.—Eres una muy mala mentirosa. ——Eres tú quien no puede con la verdad— susurro mientras intento pensar sabiamente.—Cuando una mujer está cerca de la persona que le gusta, sus hormonas se muestran con más intensidad, si está cerca de alguien que le desagrada, sus hormonas desprenden un aroma qEra una completa locura lo que había aceptado por presión, porque sabía que no era lo correcto. Aceptarlo era demostrar que estaba loca porque hace poco le había gritado por lo que recordaba que me había hecho y ahora lo estaba aceptando como mi pareja.Era una completa locura que no sabía cómo iba a ser tomado. Así que, debía apresurarme a entender que era lo que debía hacer después de haber aceptado una locura solo por presión.Sin embargo, antes de siquiera hablar, el hombre que había estado arrodillado, corrió hacia mí y colocando una mano en mi nuca y otra en mi cintura, me pegó a su cuerpo y me besó de tal forma que el aliento me lo habían robado.Las personas que habían estado mirando no sé desde cuándo, aplaudieron emocionados y ello fue lo que hizo que Helmut se alejara de mí y sonriera viendo al p&uac
Narra HelmutNo podía entender cómo era posible que Aitana me dijera eso. Me resultaba sorprendente que las cosas se retorcieran de esta manera cuando pensé que todo había pasado. Pero, era Aitana y con ella las cosas nunca salen como yo pensaba.—Aitana… Rayos…— murmuró sin poder comprender que era realmente lo que ella que quería.—Entiendo que posiblemente hayas creído que vamos a regresar como si nada hubiese pasado…——No es como si no hubiese pasado, lo que tenía pensando era que volviéramos a estar juntos, recordando nuestros errores para no volver a cometerlos. Pero, no pensé que hubieses pensado otra cosa. — Me quejo.—Acepté que no te fueras de la casa, ni que yo lo hiciera. Acepte que nos llevemos bien, mientras intento procesar todo, porque los gritos y discusiones no le hacían bien a nadie, pero, no ac
Lo que si debía resaltar en Albert, es que él pensaba mucho por su madre y hermana, realmente actuaba como un hombre. Como el hombre de la familia que siempre debía proteger a las mujeres.El único problema es que quería protegerlas de mí cuando yo no les hacia algún daño y eso retrasaba bastante mi avance con él. Porque cuando se trataba de convivir con él y ser parte de sus gustos, todo era bueno, pero, cuando estaba relacionado a su madre, las cosas cambiaban y mucho.—Albert, yo no deseo robarte a tu madre, si es eso lo que piensas— digo recordando algo que me dijo mi psicólogo.Lo que digo, sorprende a Albert quien abre sus ojos demasiado grandes y después, desvía su mirada como si hubiese dicho justamente lo que pensaba. Por lo que, sonrío.—Yo no me acerque a ella porque desee hacerle daño o robarme tu amor. En realidad, si estoy us&aa
La noche pasaba y yo no podía dejar de pensar en todas las actividades que podríamos realizar como familia. Sentía que tenía tantas ideas que por eso, podría lograr muchas cosas.Por ello, en el silencio de mi habitación, comencé a realizar planes de viajes a playas, ríos, museos, plazoletas, parques temáticos, parques de diversiones y demás cosas que nunca había visitado de niño.Quería ser un buen padre y esposo, aunque ella no me viera como su esposo y ya no me pueda aferrar a la idea de que estamos casados. Ya había pasado esa página donde debíamos ser esposos y aunque deseaba que si lo fuéramos, cosas como esas dejan de ser importantes cuando lo que quiero es disfrutar con mi familia.Amaría volver a ser su esposo, pero, serlo o no, no cambia el momento divertido que como familia sin duda, vamos a experimentar. Por eso, programo todo
Narra AitanaSabía que era lo que intentaba hacer Helmut al hablar sobre la partida de Albert y no quería que ello sucediera. Si realmente son mis hijos, no quiero que mi problema de salud afecte la educación de ellos.—No van a abandonar la escuela, mujer. Solo van a recibir las clases por medio de un tutor. — Dice Helmut y yo niego.—Es bueno que no todo sea en casa. Ellos tienen que relacionarse y por eso, lo mejor es que estén en una escuela normal— digo firme y Albert nos observa a los dos como si intentara procesar algo.—¿Hay algo que nosotros no sabemos aún? — pregunta Albert y yo de inmediato, niego.—No es eso. Solo que no deseo que pierdas una oportunidad tan buena, solo para pasear por un año. No es bueno— digo y Albert me observa fijamente.—En realidad, estaba pensando en posponer eso. Un año no va a atrasarme si el tutor est&aacut
Después de que Helmut y su hija hablan sobre estar en un convento, terminamos de desayunar y nos marchamos a prepararnos para disfrutar del primer día de vacaciones que viviremos en familia.—No entiendo porque no hicimos esto antes— dice Helmut y yo observo al hombre que sonríe mientras disfruta de la vista que el mar nos da.No nos habíamos marchado a otro lugar y sé que todos hemos visto el mar de la isla. Pero, esta vez, lo veía tan mágico que no podía relacionarse. Los niños disfrutan de un tiempo de playa entre ellos y los pocos niños con sus familias que se encuentran disfrutando de la playa.—La vista es hermosa. Ver a nuestros hijos divirtiéndose sin que estén en alguna clase de peligro, es agradable— dice Helmut y yo asiento.—Quizás por eso, es que todo se ve mejor— susurro al comprenderlo.—¿De qué hab
ÁmsterdamSiete meses despuésSonreíamos caminando por las calles de un rural, pero, hermoso pueblo en Ámsterdam. Habíamos pasado muchos meses como trotamundos donde teníamos todo tipo de recuerdos de cada lugar en el que habíamos estado.Nuestro viaje había comenzado en Latinoamérica y estábamos por confirmar que ya habíamos visitado todos los continentes. Nueva Zelanda, Tailandia, Rusia e incluso, habíamos estado en Australia, disfrutando de cada lugar bonito de estos lugares.Habíamos recorrido el cielo en avión, helicóptero, globo aerostático y también, con mucho miedo, habíamos subido a muchos deportes extremos en el aire. Los cuatro, nadie más que nosotros habíamos experimentado todo ello.Nuestros teléfonos, estaban llenos de fotos de los cuatro o cada uno de nosotros en cada una de las actividades en
Narra HelmutQuería abrazarla, besarla y decirle que todo estaría bien, pero, no era así. no podía prometer ello cuando no podía cumplirlo. Por eso, deseaba tanto ser al menos ese apoyo que ella necesita para avanzar.No había sido eso durante sus momentos enferma estando pequeña y quedando huérfana y tampoco lo había sido cuando tenía a nuestros hijos. Así que, debía hacerlo ahora, pero, era tan duro.Quería sentir su dolor, deseaba tanto poder entrar a su mente y con un poder desaparecer ese maldito tumor que me alejaba de ella, pero, no era posible. Solo un milagro podría salvarla y yo no tenía buenas experiencias con los milagros.—Te hablo en serio, eres un increíble exesposo— dice Aitana y yo no puedo evitar abrazarla.—También puedes tomarme como amante, creo que esa es mi especialidad si se trata de ti— digo y