Helmut se marcha después de decir que estoy cansada, aunque realmente con la noticia que he recibido tengo todo, menos sueño.
Es cuando estoy en la privacidad de mi habitación, que tomo el sobre con las memorias USB y con manos temblorosas, tomo el computador de mi habitación y comienzo a buscar el primer video.Verme en la pantalla sin saber que soy grabada, hace que me sienta como un pequeño ratón siendo vigilada por el gato antes de ser comido y es claro que ya me comió, porque si realmente sus hijos son míos, claramente no los concebí por inseminación artificial o in vitro.Entonces, era evidente que todo ese caos de nuestra noche de bodas, fue solo el inicio de un matrimonio caótico, donde parecíamos todo, menos una pareja de recién casados. Esa era la realidad.Continúo viendo las grabaciones y sonrío al ver la Aitana inocente leyendo novelas mientras huEl enojo, si lo perturbaba. Su rostro pálido y como se alojaba los botones de su camisa. Me decía que no tenía la calma que su mirada quería mostrarme. Era evidente que me esperaba y había pensado en lo que podría suceder.Sin embargo, el que lo haya pensado no quiere decir que sabrá como hablarme, porque la mujer de hace años ya no está en mi mente. Esa tonta ya no va a ser condescendiente con él y mucho menos, la Aitana de ahora lo será.—Helmut…——Has decidido odiarme, ¿no es así? — pregunta Helmut y yo sonrío por su comentario.—¿Acaso había otra opción? — pregunto en tono burlón.—Lo había, pero, era tu decisión verla y mucho más, tomarla— dice Helmut y yo sonrío.—Realmente eres un descarado, Helmut. Después de todo el da&n
Entendía perfectamente que no podía hacerme cargo de todas las cosas que están pasando. Si los mellizos son mis hijos, tendría que trabajar no solo para mantenerme, si no para darle las cosas básicas a los niños y también, darles seguridad.Una seguridad que se me complicaba al saber que eran el objetivo de atentados que seguramente estaban relacionados con su padre. Pero, no podía quedarme aquí, la mujer que tanto había sufrido en el pasado y se veía en las grabaciones, seguramente no quería seguir con un hombre como él.—Aitana, por favor, hablemos un poco— pide Helmut y yo me alejo de su intento de tocarme.—¿No lo ves? Ya no hay algo más que hablar. Nos hemos hecho suficiente daño y también hemos intentado fingir que esto no nos supera, pero, no es así. Ni con memoria ni sin ella, voy a regresar contigo. — Digo firme
No había dudas de que él fuera esa persona mala que mis escasos recuerdos me hacían pensar. Era evidente que la culpa era justificada porque me había tratado muy mal, pero, también era verdad que había usado tácticas para acercarme a él.Sin embargo, no podía simplemente pagar lo que había hecho entregándole mi cuerpo como pago a esa jugada sucia, porque sus palabras decían que si daba un paso esta vez, no había manera de retroceder.—No me agradas, Helmut— susurro mientras intento separarme de él.—Eres una muy mala mentirosa. ——Eres tú quien no puede con la verdad— susurro mientras intento pensar sabiamente.—Cuando una mujer está cerca de la persona que le gusta, sus hormonas se muestran con más intensidad, si está cerca de alguien que le desagrada, sus hormonas desprenden un aroma q
Era una completa locura lo que había aceptado por presión, porque sabía que no era lo correcto. Aceptarlo era demostrar que estaba loca porque hace poco le había gritado por lo que recordaba que me había hecho y ahora lo estaba aceptando como mi pareja.Era una completa locura que no sabía cómo iba a ser tomado. Así que, debía apresurarme a entender que era lo que debía hacer después de haber aceptado una locura solo por presión.Sin embargo, antes de siquiera hablar, el hombre que había estado arrodillado, corrió hacia mí y colocando una mano en mi nuca y otra en mi cintura, me pegó a su cuerpo y me besó de tal forma que el aliento me lo habían robado.Las personas que habían estado mirando no sé desde cuándo, aplaudieron emocionados y ello fue lo que hizo que Helmut se alejara de mí y sonriera viendo al p&uac
Narra HelmutNo podía entender cómo era posible que Aitana me dijera eso. Me resultaba sorprendente que las cosas se retorcieran de esta manera cuando pensé que todo había pasado. Pero, era Aitana y con ella las cosas nunca salen como yo pensaba.—Aitana… Rayos…— murmuró sin poder comprender que era realmente lo que ella que quería.—Entiendo que posiblemente hayas creído que vamos a regresar como si nada hubiese pasado…——No es como si no hubiese pasado, lo que tenía pensando era que volviéramos a estar juntos, recordando nuestros errores para no volver a cometerlos. Pero, no pensé que hubieses pensado otra cosa. — Me quejo.—Acepté que no te fueras de la casa, ni que yo lo hiciera. Acepte que nos llevemos bien, mientras intento procesar todo, porque los gritos y discusiones no le hacían bien a nadie, pero, no ac
Lo que si debía resaltar en Albert, es que él pensaba mucho por su madre y hermana, realmente actuaba como un hombre. Como el hombre de la familia que siempre debía proteger a las mujeres.El único problema es que quería protegerlas de mí cuando yo no les hacia algún daño y eso retrasaba bastante mi avance con él. Porque cuando se trataba de convivir con él y ser parte de sus gustos, todo era bueno, pero, cuando estaba relacionado a su madre, las cosas cambiaban y mucho.—Albert, yo no deseo robarte a tu madre, si es eso lo que piensas— digo recordando algo que me dijo mi psicólogo.Lo que digo, sorprende a Albert quien abre sus ojos demasiado grandes y después, desvía su mirada como si hubiese dicho justamente lo que pensaba. Por lo que, sonrío.—Yo no me acerque a ella porque desee hacerle daño o robarme tu amor. En realidad, si estoy us&aa
La noche pasaba y yo no podía dejar de pensar en todas las actividades que podríamos realizar como familia. Sentía que tenía tantas ideas que por eso, podría lograr muchas cosas.Por ello, en el silencio de mi habitación, comencé a realizar planes de viajes a playas, ríos, museos, plazoletas, parques temáticos, parques de diversiones y demás cosas que nunca había visitado de niño.Quería ser un buen padre y esposo, aunque ella no me viera como su esposo y ya no me pueda aferrar a la idea de que estamos casados. Ya había pasado esa página donde debíamos ser esposos y aunque deseaba que si lo fuéramos, cosas como esas dejan de ser importantes cuando lo que quiero es disfrutar con mi familia.Amaría volver a ser su esposo, pero, serlo o no, no cambia el momento divertido que como familia sin duda, vamos a experimentar. Por eso, programo todo
Narra AitanaSabía que era lo que intentaba hacer Helmut al hablar sobre la partida de Albert y no quería que ello sucediera. Si realmente son mis hijos, no quiero que mi problema de salud afecte la educación de ellos.—No van a abandonar la escuela, mujer. Solo van a recibir las clases por medio de un tutor. — Dice Helmut y yo niego.—Es bueno que no todo sea en casa. Ellos tienen que relacionarse y por eso, lo mejor es que estén en una escuela normal— digo firme y Albert nos observa a los dos como si intentara procesar algo.—¿Hay algo que nosotros no sabemos aún? — pregunta Albert y yo de inmediato, niego.—No es eso. Solo que no deseo que pierdas una oportunidad tan buena, solo para pasear por un año. No es bueno— digo y Albert me observa fijamente.—En realidad, estaba pensando en posponer eso. Un año no va a atrasarme si el tutor est&aacut