Dos días después
Narra AitanaEl desastre que había sentido con el enfrentamiento con Helmut, había desaparecido. Por lo que, me encontraba tranquila, caminando como podía para salir con los niños al jardín a tomar un poco de sol.—Estoy seguro de que te gustará mucho la sorpresa que estoy haciendo para ti, madre— dice Ariana y yo me siento incómoda porque me siga llamando así, cuando solo soy su niñera.—Ariana, pensé que habíamos quedado con que era bueno respirar un poco de aire fresco y por ello, habíamos quedado en comer nuestra merienda en el jardín. — Le recuerdo y ella se asoma en la gran ventana de su casa.Aun no entiendo cómo es que siendo tan pequeños tienen sus propias casas. No recuerdo mucho de mi familia o como era mi vida antes de despertar con la mente en blanco, pero, dudo que mis padres a esa edadLa emoción que sentía era indescriptible. Sentía que estaba tocando el cielo con las manos. Porque, sabía que su cariño era sincero. No les habían pagado para esto y mucho menos, estaban intentando aparentar quererme.Ellos me querían de verdad, así era el amor que un niño brindaba y a mí me lo estaban dando los dos sin merecerlo. Así que, eso me hacía sentir menos sola. No sabía quién era mi familia, pero, ello en estos momentos no importaba, porque no me sentía sola. Ellos impedían que me sintiera así.—Todo es muy hermoso, Ariana. Inmensamente hermoso— digo abrazándola, al no poder contenerme más.—Quería darte algo que fuera hecho por mí, pensé en dibujos, pero, eso ya estoy acostumbrada a hacerlos, por eso, decidí aprender a hacer juguetes. Con el fin de hacer el castillo de nuestr
Narra HelmutApenas me había curado de mis heridas causadas en el enfrentamiento en casa de los Black. Pero, había decidido no ir a la mansión directamente, porque no quería preocupar a los niños o alterar otra vez a Aitana.—Fue buena idea marcharse por unos días. Aunque hubiese sido mejor quedarse más tiempo— dice Peeta.—No molestes ahora, Peeta. No pensaba durar una semana lejos. Debo estar pendiente de los niños. Ellos me necesitan— digo molesto.—Señor, si me permite decirle, usted sabe que los niños están bien con su madre, porque aunque ella no los recuerde como sus hijos, los ama. Usted lo que quiere es estar con la señora y eso no es bueno ahora— dice Peeta y yo siento como el enojo me invade.—En el pasado, era por la maldita maldición, después, porque fui un completo idiota y la lastimé y ahora…
Mi cuerpo dolía, se sentía demasiado mal por las heridas que había sufrido en el enfrentamiento. No sabía que parte de mi cuerpo sangraba más y tampoco, me sentía bien al sentir un sonido molesto en mis oídos debido a mi cercanía con la explosión.Me sentía expuesto al no tener suficiente cabello en un costado de mi cuerpo, pero, aun cuando me sentía mal con todo ello, no podía darme por vencido. Necesitaba encontrar a mi familia y suplicar con mi vida por su perdón.Porque todo esto era mi culpa. El hombre que debía proteger a su familia del peligro, lo traía a casa como si fuera un invitado que anhelaba tener. Porque era eso lo que había hecho al no acabar con todas las amenazas antes de que estas se revelaran.—¡Señor! — gritan mis hombres tosiendo mientras con extintor, entran a la casa que cayó sobre mí.Estab
Levantarme no era sencillo y menos cuando todos intentaban parar el sangrado que había dejado la varilla al entrar en mi cuerpo. Pero, eso no me importaba. No quería ser tratado y mucho menos, cuando no sabía dónde estaban mis hijos y mi mujer—Apártense— digo intentando empujar a mis hombres para levantarme, pero, mi brazo, ese que está cerca de donde fui gravemente herido, no tiene la fuerza que normalmente usa.—Señor… necesita que lo revisemos——Si tanto se preocupan por mí, deberían darme información de mi familia. Solo así sería capaz de quedarme quieto como ustedes desean y recibir ayuda. — Digo molesto y los hombre se miran entre sí y se marchan.—No tenemos mucho tiempo, por eso vamos a movernos rápido. Intente convertirse en lobo a ver si así es menos doloroso todo y la regeneración ocurre m&aac
Mi cuerpo dolía y sentía que ya no podía mantenerme en pie, pero, cuando la vi desplomarse, fue como si en mi mente matara a todos los que causaron esto y mi cuerpo ignorara sus propias heridas, para darme la energía para correr hacia mi mujer e hijos.—¡Aitana! ¡Niños! — grito intentando que ello los despierte, pero, no era posible. Sobre sus cuerpos, había polvo y era Aitana quien tenía un fragmento del metal de la habitación del pánico, sobre un costado de ella.Me hervía tanto la sangre que quería tener al encargado de construir esto, frente a mí para matarlo como matan a las gallinas cuando van a hacer la sopa. Pero, ahora, antes de hacerlos pagar por sus heridas, debía fijarme que los atendieran.Angustiado, levanto mi mirada y es cuando veo a mis hombres con camillas donde colocan a mis hijos y esposa. Quería cargarlos, pero, escasamente pod
Horas despuésLos niños finalmente estaban despertando, sintiendo su cuerpo entumecido y mucho miedo de que su madre hubiese resultado gravemente herida. Albert, fue el primero que se despertó y sin llamar a un medio o personal del hospital, revisó a su hermana y se encargó de leer su planilla médica, para saber si algo estaba mal con ella.Su miedo más grande era que su hermana o su madre estuvieran nuevamente enfermas y por ello, apenas terminó de revisar a su hermana, abrió la puerta para buscar a su madre, deseando que todo estuviera bien con ella.—¿Va a algún lugar, joven señor? — pregunta Alec cuando abren la puerta que custodia.—Necesito saber si mi madre está bien— dice Albert.—Señor…——Albert— dice Ariana y eso llama la atención del niño que ansía ver que su famili
Helmut sabía que no podía darle una seguridad a un niño que en la mayoría de las veces, le había demostrado cuan incompetente era para mantener una familia. Pero, no sentía que no podía ceder a ello, aunque él también había pensado que era lo mejor.—No sea obstinado, señor. Es claro que no podemos quedarnos a su lado. Así pasamos más peligro del que pudiéramos pasar estando lejos de usted— dice Albert.—Puedes odiarme. Incluso maldecirme sin que yo me dé cuenta de ello. Pero, no voy a permitir que se marchen. Arreglaré esto, al punto de que esto solo será un mal recuerdo. Solo…——No puedo marcharme confiando en su palabra, señor. Los tres hemos pasado por muchas cosas que nos han hecho ser muy unidos y anhelar la paz que usted no nos puede dar. — Dice Albert y Dyder abre sus ojos sorprendido.
Narra AitanaNo podía entender porque actuaban así, era como si yo fuera alguien demasiado importante y no, una niñera que solo había hecho su trabajo de proteger y cuidar a los niños que estaban a su cargo.Ellos seguían pidiendo disculpas mientras los médicos, como si no le sorprendiera lo que estaba pasando, me revisaban. Sentía que estaba en una dimensión totalmente extraña a lo que estaba acostumbrada a vivir o por lo menos, lo que mi mente, recordaba.Incómoda por todo lo que estaban diciendo las personas que se encargaban del cuidado de la casa, intento levantarme de la cama para ayudarlos a que se levanten. Pero ni los médicos ni Albert, me dejan levantarme.—Aunque su cirugía fue un éxito, lo mejor es que no se levante a menos que sea estrictamente necesario. Hay heridas que son recientes y es mejor evitar todo incidente que pueda abrirlas. &mdas