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Marbella sintió un terror en su sangre, tragó saliva, una lágrima corría por su piel, entonces lo supo, ese hombre era el auténtico culpable de todo, pero no tenía forma de culparlo. «No por ahora, pero las tendré, creíste que ibas a destruir todo lo que amo, Bryce, ahora yo debo detenerte» —Sí, lo haría… —dijo con voz débil —¡Oh, Marbella! ¿De verdad crees que soy esa clase de monstruo? —¡No juegues conmigo, Bryce! ¿Harás esto o no? —Bien, si es lo que quieres, pero debo verte, hoy por la noche, yo te dirè el lugar, te daré las pruebas que necesitas para liberar a tu amado Lugh, pero, después, debes ser toda mía. Él colgó la llamada, ella sintió escalofríos, cayó al suelo, sollozando. Harrison la levantó enseguida. —¡Marbella! —Escúchame, Lugh es inocente, sé quién es el culpable, ¡es Bryce! Pero para detenerlo, me quiere a mí con él. —¡Nunca! —gritó Harrison—. Eso sería un suicidio, Marbella. —¡No me importa! Haré todo por salvar a Lugh, ¡no podría soportar verlo en ese lu
Bryce salió del cuarto de baño y le dio la toalla, la tomó y se secó en seguida. Estaba temblorosa, y él pudo notarlo. Él se sentó en la silla, tomó su copa y dio un pequeño sobro, volvió a mirarla. —¿Y bien, Marbella? ¿Así que esperas que demuestre la inocencia de Lugh Ackerman? ¿Tan malo crees que soy que me acusas de haber tenido algo que ver? —exclamó con hipocresía Ella miró sus ojos, sabía que estaba ante un peligroso mentiroso. —¿Lo harás o no? Él sonrió, bebiendo un poco más. —Lo haré, pero solo con una condición, te quiero a ti, Marbella, quiero que seas mía, esta noche y en mi cama, es tu decisión, ya que tanto quieres salvar a tu querido Lugh, debes estar dispuesta a todo lo que yo deseé. Marbella le miró con asco, y él lo notó. —¡No me mires así! —gritó, la asustó tanto que la hizo hundir la mirada en el suelo. *** Lugh estaba en la celda, intranquilo, desesperado, cuando escuchó unos pasos, alzó la vista, era su padre. —¿Cómo conseguiste entrar a esta hora? —Ol
Ella empujó a ese hombre, pero toda lucha era inútil. —¡Tú eres mía, Marbella! He esperado tanto por ti, he hecho lo indecible por ti, por tenerte, ¿Por qué me pagas así? —exclamó Marbella le escupió en la cara. —¡Te odio, me das asco! Nunca te he amado, nunca te amaré, solo me das rabia, solo te odio con toda mi alma por arruinar mi felicidad, deseo tu muerte, solo eso me causas. Los ojos de Bryce se quedaron perplejos, abiertos, tan grandes, sintiendo el dolor de esas palabras que para él era como puñales directos a su corazón, levantó la mano, y abofeteó su rostro. Ella chilló, luego rio de él. Bryce limpió su cara con su mano, pero su risa lo desconcertó. —¿Crees que alguien va a amar a un bastardo como tú? Solo sabes dañar a todo lo que no puedes tener, y luego lo llamas amor, pobre Bryce, estás acabado y no te das cuenta. —¡Ya basta, Marbella! —gritó cubriendo su boca—. Yo te amo, te adoro con mi alma, puedo darte el mundo entero, pero no me trates así, no te das cuenta d
El amigo de Bryce conducía muy rápido, intentaban escapar, hasta que se encontraron con un retén de la policía. No importó cuántas veces, Bryce maldijo, su amigo detuvo el auto. —¡Conduce! —Ya, estamos acorralados, ¡Se acabó, Bryce! Bryce gritó, pero los policías los bajaron del auto, esposaron sus manos y lo llevaron consigo. *** Marbella y Lugh llegaron a casa, los niños corrieron hacia su padre. él los abrazó a su pecho, sintió como si hubiese estado un milenio lejos, no pudo evitar llorar, la idea de ser culpado y alejado para siempre de sus vidas era un miedo que estaba aún latente. —Papito, ¿Qué pasa? No llores, los hombres no deben llorar. Lugh cargó a Clyde. —Claro que sí, cariño, los hombres son humanos, sentimos lo mismo que las mujeres, lloramos, no porque seamos débiles, sino porque llorar es como limpiar nuestra alma. —Entonces, ya no voy a sentir pena de llorar nunca, papito —dijo Clyde abrazándolo. Marbella recibió una llamada, se quedó perpleja. Lugh supo que
Días después. Amelie llevó al pequeño Denzel al hospital, lo había cuidado como cada día, y cuando llegó encontró a Edward bastante emocional. —¿Qué sucede, Edward? —No sé cómo decirlo, pero, han estado tratando de localizar a Lugh Ackerman, tu sobrino, pero no responde. —Ah, es eso, es que fue de paseo a la casa del lago con los niños y su esposa, vuelve hoy por la noche, ¿¿Qué sucede? El hombre estaba nervioso. —Es que, Lugh es compatible con mi hija, èl puede ser donador de médula ósea para ella. Los ojos de Amelie le miraron impactados, luego sonrió. —Eso es maravilloso. —¡Mi mami se salvará! Encontramos a un héroe, abuelito —dijo y corrió a abrazarlo, pero había algo en la mirada de Edward que inquietaba a Amelie. —¿Qué pasa? Cuando Denzel se quedó con su madre, ellos caminaron y hablaron. —No sé si Lugh quiera hacerlo, tal vez no quiera someterse a este procedimiento. —Pero, no es algo tan grave, mi sobrino es generoso y fuerte, sé que querrá, confía. Esa misma noch
Niall caminaba de un lado a otro en el hospital, estaba muy desesperado, angustiado. Lugh tocó su hombro, le pidió que se calmara. —No puedo, si algo malo le ocurre a Cory, me volveré loco —dijo Lugh negó. —Cory siempre ha sido fuerte, así que tranquilo, ella va a estar bien. El doctor apareció minutos después y Niall corrió hasta èl. —¿Cómo está mi esposa, doctor? —Ella está bien, ya está despierta, le vamos a recetar medicinas y una buena dieta, según los estudios tiene una ligera anemia, debemos tratarla para que no afecte el embarazo. —¡¿Embarazo?! —exclamó Niall Marbella y Amelie sonrieron felices. —Sí, ¿no lo sabía? Su esposa está embarazada, tiene apenas siete semanas. Niall negó, estaba perplejo, una sonrisa clara se enmarcó en su rostro. —¿Puedo verla? Por favor. El doctor asintió y lo llevó hasta ahí. Marbella abrazó a Amelie. —¡Felicidades, Amelie! ¡Serás abuela! La mujer lloraba, pero sus lágrimas eran de absoluta felicidad. Cuando Niall entró en la habitac
Seis meses después. Amelie cocinaba y el olor de la comida se esparcía por toda esa casa, Jazmín, la hija de Edward, se levantó tan lento como pudo, y ella corrió a ayudarla. —Hija, no debes levantarte así. —Estoy bien, Amelie, gracias por cuidarme tanto. Amelie sonrió, sirvió un poco de sopa. —Se ve deliciosa. El trasplante de Jazmín fue exitoso, a pesar de todas las complicaciones que tuvo después, agradeció a Lugh Ackerman, quien era su salvador, bromeaban constante que estaba en deuda con él, y que algún día le pagaría lo que hizo por ella. —Yo le pagaré, mami, voy a cuidar por siempre a Magnolia cuando nos casemos, así pagaré a Lugh lo que ha hecho por ti —solía decir Denzel. Edward y Denzel se unieron a la mesa, se deleitaron con la comida y agradecieron a Amelie. Jazmín tenía un presentimiento entre las visitas constantes de Amelie y las salidas con su padre, hasta las miradas que se dedicaban, ella pensaba que había algo más, eso le gustaba. Su padre era viudo, su madr
Han pasado veinte años, Marbella y Lugh viven una vida tranquila y amorosa rodeados de su familia. Han visto a sus hijos crecer y ahora los verán enfrentar sus propios destinos. Celestia y Clyde han cumplido su sueño de amor de casarse y juran ser felices por siempre. Sin imaginar que hay enemigos ocultos dispuestos a lo que sea por arruinar su historia de amor. Una infamia y una falsa fotografía podrían convertir a Celestia en una esposa traicionada, ella deberá luchar para no enfrentar el mismo destino de su madre y demostrar su inocencia, pero ¿podrá salvar su amor por Clyde entre el rencor y el dolor? Mientras tanto, Magnolia busca conquistar el corazón de Denzel, recordando la promesa de amor que hicieron de niños, pero él tiene a una amante secreta. Magnolia está convencida de que logrará conquistar el corazón de Denzel, y lo obliga a casarse con ella, a pesar de la oposición de su madre. ¿Podrá Magnolia demostrarle a Denzel que ella siempre fue su alma gemela? ¿O tal