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Al escuchar la voz de la tía abuela Amelie, August soltó a la mujer, miró sus ojos con miedo. —Tía Amelie, yo… —August, ¿Qué pasa? ¿Por qué pelean? —August no quiere que Paula salga con un chico, tiene miedo de que algo malo pase, es por eso por lo que se ha enojado conmigo, pero, Pau es mayor, Amelie, le digo que la deje vivir su vida, o si no se va a amargar, ¿verdad que tengo razón? Amelie miró a la chica con intriga. —Vamos, August, ven conmigo. August fue con Amelie, y Kate tuvo miedo, no le quitó la mirada de encima. Ambos, llegar al jardín, caminaron por unos cuantos pasos. —¿Qué pasa con Kate, hijo? —Nada, tía, lo prometo. —No me mientas, August, estuve en tu nacimiento, además, sé que hay algo en ella, algo que no me agrada, dime, confía en mí. August la miró con ojos asustados. —Es que… no puedo… Amelie se sorprendió. —¿No confías en mí? —Claro que sì, eres como mi segunda abuela, pero… tía, solo no preguntes, no quiero que te decepciones de mí y me odies. Aug
Eric quiso deshacerse de ese beso, pero fue inútil, la chica estaba colgada a su cuello, podía aspirar su perfume de vainilla y su beso era exquisito. No supo en qué momento el instinto superó a la lógica, sus manos rodearon su cintura, respondió a ese beso, ella entreabrió un poco los labios, su lengua se abrió paso acariciando la suya, no pudo evitarlo, la acercó más a él. Parecía dominado por una energía extraña, no tenía ganas de besar a ninguna mujer, había salido del club con una gran decepción, pero ahí estaba, disfrutando esa sublime sensación, hasta recordó que esta era la pequeña prima de Clyde, se alejó de ella. La llevó hasta su camioneta, estaba un poco asustado, la subió al auto, e intentó conducir, cuando sintió que esa chica se abalanzó sobre él, parecía mal, comenzó a besarlo, pegaba su cuerpo a él. Había aún calor en ella, podía notar que el sudor perlaba en su frente. —Quieta, por favor, pequeña, no estás bien. Paula acunó su rostro, se acercó a sus labios, lo
En el hospital. Niall y Cory llegaron, estaban desesperados. —¡¿Dónde está mi hija?! Por favor, se llama Paula Ackerman, ¡dígame como está! —exclamó Cory con el corazón latiendo desesperado. Eric se levantó, se acercó a ellos. —Hola, señor Ackerman, yo traje a Paula… Magnolia y Denzel se acercaron a ellos, Magnolia abrazó a su tía. —¿Qué fue lo que pasó, hija? —Tío, tía, no sé cómo decirlo, pero, drogaron a mi prima. —¡¿Qué?! —exclamó Niall con angustia. —¡Ella está bien! Gracias a Dios, fue Eric quien la encontró y la salvó trayéndola al hospital —dijo Denzel. —Gracias —murmuró Cory —¿Dónde está Kate? —exclamó Niall Los tres se miraron. —No sabemos nada de ella —dijeron con temor. El doctor apareció, pronto fueron con él. —¿Cómo está Paula? —Ella está bien, le administramos medicamento para contrarrestar los efectos de la droga, le han colocado éxtasis, y tuvo mucha suerte de que la hubiesen traído a tiempo, por la cantidad de droga en su sangre, pudo haber sufrido una
—¡¿De qué están hablando?! —gritó Marbella Magnolia y Clyde entraron. —¿Qué es lo que sucede? —¡Salgan de aquí! Esto es nuestro asunto —sentenció Lugh y les cerró la puerta en las narices. Clyde y Magnolia se miraron. —Algo malo está pasando, Clyde. —Esperemos aquí —dijo Clyde, Celestia se acercó a ellos, esperaron. Adentro todo era un caos. —¿De qué bebé están hablando? —exclamó Marbella Kate se levantó mirò a August. —Yo cometí un error, amaba a August, me entregué a él, luego descubrí que estaba embarazada, pero él, cuando supo la verdad sobre mí, yo le supliqué que les dijéramos a ustedes, pero que no matáramos a nuestro bebé, él me engañó, me drogó y una noche, me obligó a abortar a mi bebé. Los ojos de Lugh se abrieron horrorizados, mirò a August, acercándose a él. —¡¿Es eso cierto, August?! August sintió miedo, sintió vergüenza. —Lo siento, padre, ese niño no podía nacer, era un horror. Lugh abofeteó el rostro de su hijo. —¡Lugh! —exclamó Marbella, asustada, él s
Magnolia empujó a Denzel, mirò sus ojos, sorprendida. —¡No vuelvas a besarme! ¿Olvidas que ahora estoy en una relación? —Lo has hecho solo por despecho. Ella frunció el ceño, intentó negarlo. —No es verdad, ¿Quién te crees? ¡No te creas tan importante, Denzel! Él tenía un gesto irónico, pero una sonrisa cruel. —Si es lo que quieres, sigue así, te aseguro que cuando lo beses, siempre pensarán en mí, no podrás olvidarme, no tan fácilmente. Denzel se alejó, la dejó ahí. Magnolia tocó su pecho, sintió el latido fuerte de su corazón, observó el árbol que tenía su mismo nombre, una lágrima rodó por su rostro, había verdad en esas palabras, una verdad que dolía. Paula se acercó a Eric, estaba nerviosa de hacerlo, sus manos sudaban, pero al recordar lo que había hecho, y tomando en cuenta de que él era el nuevo novio a de Magnolia, supo que debía hacerlo. —Debo disculparme, Eric, ayer yo estaba muy mal, nunca quise hacer algo así… Eric la mirò, el recuerdo de aquellos besos, casi ind
Un mes después. Lugh y Niall se encontraron en una cafetería con Kate, luego de todo el mes en silencio. Ella llegó. —¿Dónde está tu hermano, Kate? —No lo sé, tío Lugh. No lo he vuelto a ver, desde entonces, èl está desequilibrado, tengo miedo de él. Niall la mirò a los ojos, su mirada era severa. —¿El chico con el que Paula salió era èl? ¿El mismo que trabajaba en la empresa? Kate titubeó. —Sì… yo quería decirlo. —¡Basta de mentiras! —exclamó Niall—. Me queda claro que estabas confabulada con él, ¿Por qué dejarías que tu propia prima saldrá con su primo? ¿O querías hacer lo mismo que hiciste con August? Ella sollozó. —Tío Niall, yo tenía miedo… —No me convencen tus lágrimas, Kate, menos tus mentiras, te daremos el apellido Ackerman, a ti y a tu hermano, les daremos la parte de la herencia que les corresponde, pero eso no significa que serán parte de nuestra familia, solo haremos lo correcto, pero no los queremos cerca. Ella volvió a llorar. —No tengo a nadie en el mundo,
Magnolia se demoraba en el baño, cuando salió Celestia estaba a punto de romperse las uñas de los nervios, mirò su rostro, se acercó a ella, y tomó la prueba de embarazo. Todavía esperaron por unos segundos más, mientras el único sonido que rompía el ambiente era la fuerte lluvia allá afuera. Los ojos de Celestia se engrandecieron, sintió unos nervios en su estómago, junto a una ligera alegría. Le mostró la prueba de embarazo. Magnolia cubrió su boca, solo para no gritar, las lágrimas rodaron rápido por su rostro, humedeciéndolo. —¡¿Qué haré?! Nuestros padres, ¿se van a decepcionar? —exclamó Era positivo, ahora estaba convencida, esperaba un bebé, y era raro su sentir, siempre soñó que estar embarazada sería algo hermoso, la realización de ser madre siempre estuvo en sus planes, excepto que, aunque ese hijo sería del único hombre que amaba, èl no la amaba, no estaba casada, y no sabía que sería de ella y de su hijo. —¿Qué voy a hacer? —exclamó Celestia sintió su angustia, la ab
—¿Qué dices, hija? Pero ¿Cómo es posible? Ustedes… ¿Hasta dónde han llegado, Paula? Paula la mirò temerosa. —¡Juro que solo fue un beso! Cory le creía, era su única hija, la abrazó. —No debes hacer esto, Paula, hay tantos chicos en el mundo, el hombre que te ame a ti, debe amarte por sobre todas las cosas, elegiste por sobre cualquier otra, no puedes conformarte con menos, ¿entiendes? Paula asintió. —Perdóname por ser tan débil, mamá. —Debes decírselo a tu prima, Paula, la honestidad no es negociable. Paula tuvo miedo, asintió. Cory decidió dejarla sola, fue a su habitación, Niall ya estaba ahí. —¿Cómo está Paula? Cory dijo que bien. —Nuestra hija es ahora una mujer, Niall, debemos confiar en que sus decisiones serán buenas por como la criamos. Niall la mirò confuso. —¿Pasa algo, amor? Cory colgó sus manos a su cuello, besó sus labios, negó. —Te amo. Èl sonrió, estrechó su cintura. —Yo te amo más. *** Al día siguiente. Magnolia se despertó muy temprano, se vistió y