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Un mes después. Celestia y Clyde esperaban a que la doctora los llamara para el nuevo ultrasonido, ella los llamó hace quince días, les pidió que volvieran a fin de mes, ya que, ella estaba ocupada. Celestia estaba ansiosa, ya quería ver a su bebé en el monitor. La asistente les pidió que entraran. Se tomaron la mano, fueron hasta ahí. Saludaron a la doctora, y Celestia volvió a la camilla, levantó su blusa, sintió ese gel frío, aun su vientre era plano, pero su mente estaba ansiosa porque su bebé creciera, soñaba con tenerlo entre sus brazos. La doctora, a diferencia de la primera cita, parecía distante, seria. Miraron en el monitor, Celestia y Clyde estaban muy atentos, la doctora no decía nada, pero ellos tomaron sus manos, estaban felices de volver a ver a su bebé, planeaban llamarlo Dylan, si era niño, como el padre de Clyde, y si era niña se llamaría Clarence, tenían muchos planes, como mudarse a una pequeña casa cerca de la mansión Ackerman, para vivir su propia familia,
Elena titubeó asustada, tuvo que ir a su asiento con su esposo, casi en la parte de atrás del lugar. La marcha nupcial resonó. Marbella entró y fue hasta una banca. Denzel enderezó su postura, apenas escuchó la música, su corazón dio un gran brinco, sus manos temblaron, sonrió en cuanto la vio, ella parecía un brillante, un tesoro que ahora relucía como el sol. «Magnolia, mi Magnolia, pensé que solo eras como mi hermana, como la mejor amiga, ¿Quién me diría que en ti podía encontrar mi destino? Ahora serás la madre de mi bebé, y solo pienso en que tenga tus ojos y alegría, tal vez no sé lo que es el amor, pero cuando veo tus ojos, es como me sintiera bendecido, como si supiera que todo está bien, ¿acaso eso es el amor?», pensó Una sonrisa iluminó su rostro. Lugh llevó a su hija al altar, frente a Denzel. —Cuídala, ella es parte de mi corazón, si le haces daño, es como si arrancarás mi alma, y así mismo lo sentirás. Denzel asintió. —Me dedicaré a hacerla feliz. Lugh besó la fr
Magnolia observó a su ahora esposo, la sangre escurría de su hombro, ella gritó asustada, se puso entre él y Tyron. —¡Basta! —¡Magnolia! —gritó Denzel levantándose, intentaba evitar que ese hombre enloquecido fuera capaz de dispararle a ella. Unos hombres llegaron a ellos, detuvieron al hombre y se acercaron a Denzel. No tardó en llegar la policía y una ambulancia, Denzel estaba a punto de desmayarse, había perdido sangre, estaba mareado. Cuando llegaron al hospital, Magnolia corría tras la camilla donde llevaban a Denzel, no pudo entrar al área de urgencias, tuvo que esperar afuera. Estaba sollozando, cuando escuchó la voz de su padre que la llamaba, ella corrió a sus brazos. —¡Padre! —Tranquila, mi amor, Denzel es muy fuerte, va a estar bien. —¡Fue mi culpa, padre! Debí decirle sobre el señor Tyron. —¿Qué fue lo que pasó, hija? —exclamó Lugh —Antes de casarnos, Denzel fue amante de la esposa del señor Tyron, èl descubrió lo que ocurrió, quiso matarlo —dijo perpleja de sus
Tyron reía como un loco, Denzel le miraba furioso, incrédulo. —Dime, ¿la has matado? —¡Nunca lo sabrás! Ese es tu castigo. —¿No has pensado en tu hijo? Èl estará solo por tu odio. Tyron hizo un gesto de dolor. —He pensado en èl, solo en èl, lo único que me duele es que estoy aquí, puedes atribuirte mi infierno, ahora vete. El hombre se levantó, se fue de ahí. Denzel hundió la mirada, estaba destrozado. Cuando Denzel salió de ahí, llegó a esa casa, era la casa que compró para vivir con Magnolia, era tan bonita, pero estaba vacía, sin importar la decoración o muebles, era una casa solitaria. Entró y se sentó en el sofá, había hecho planes, había pensado que su vida iba a cambiar, pero ahora sabía del peso de una mala decisión. Llamaron a la puerta, apenas abrió, Clyde estaba ahí. Lo dejó entrar, sin decir una sola palabra o saludo. Ambos se sentaron en un sillón. Tenían las miradas bajas. —¿Cómo está Noli? —exclamó consciente de que ella no quería saber nada de su presencia.
—¡¿Quién eres tú?! ¿Es esto una m*****a broma? Kate tenía una sonrisa socarrona en sus labios, lo mirò. —Siéntate, querido papito, hablemos. Bryce frunció el ceño, se sentó. —Habla, dime, ¿Quién eres? —Soy tu hija, padre, soy tu única hija. Los ojos de Bryce volvieron a ensancharse, negó. —¡Yo no tengo hijos! No sé quién eres tú, pero te garantizo que no eres nada mío. Kate se quedó perpleja, había esperado por años enfrentarse a eso, esperaba que su padre la amara, como en sus sueños más fervientes. —Soy la hija que tuviste con Lucía Mont. —¡¿Lucía Mont?! ¿Quién es esa zorra…? —exclamó con duda—. ¡Ah, ya! Es la mujerzuela que quería con mi hermanito Niall, ¿acaso ella es tu madre? Se quedó embarazada la idiota y no me lo dijo, de todas formas, no me importa, no tengo hijos, niña, ahora vete, no quiero tener nada que ver contigo. Bryce se levantó, estuvo a punto de irse. —¡Eres mi padre! Bryce se detuvo, la mirò con desprecio. —¿Y qué? ¿Qué esperas que te pida perdón, rec
—Busqué a esa mujer, y también a mi padre Orson Ackerman, ya después nos encargaremos de Kate. Cuando el investigador se fue, Lugh y Niall se sentaron a hablar. —No le daremos nada a Kate, nada sobre la herencia Ackerman, ella no merece nada, nos ha mentido a la cara en múltiples ocasiones, creo que ella nos odia, ella es quien ha estado detrás de todos los ataques que ha sufrido la familia —sentenció Lugh Denzel estaba en la comisaria, peleaba con los policías. —Ya le hemos dicho todo lo que sabemos, los vecinos de Elena Miles dieron su testimonio de ver a la señora salir de casa con sus maletas, por su voluntad, y sin ninguna lesión, por favor, le pedimos que retire. —¡Ustedes están a favor de Tyron Miles solo por ser colegas! Peor, puede haber una mujer en peligro, cuando lo sepa todo, no dudaré en decirlo ante la prensa y denunciarlos. Denzel dio la vuelta, salió de ahí furioso. Decidió visitar la casa de su madre, no quería ir a una casa solitaria, su madre estaba ahí, iba
Kate le miró incrédula, pero al ver que su padre hablaba en serio, sonrió. —No hay nada que no haría por ti, papá. —Vuelve cuando lo hayas matado, y arreglaremos el hecho de que pueda salir de aquí, y escúchame bien, niña. —Kate. —Como sea, no lastimes a Marbella, o yo mismo te destrozaré a ti. Kate sintió rabia, sus ojos brillaron, pero no pudo oponerse a ese hombre, asintió. *** Lugh entró a su despacho, Celestia fue con él. —No puedes tratar así a Denzel, sé que él se ha equivocado, y no es la mejor persona en este mundo y también le guardó mucho rencor por hacer sufrir a mi hermana, pero, padre, no puedes intervenir en sus asuntos, debemos apoyar a Magnolia, pero ayudarla a tomar sus mejores decisiones. —La mejor decisión es que se aleje para siempre de Denzel, no necesita a ese hombre, tampoco necesita un padre para su hijo, el bebé tendrá muchas figuras paternas que lo adoren. —¡Es el padre, no puedes robarle esa oportunidad a Denzel! Tampoco puedes negarle a un hijo a
Elena también volteó a verla, sentía tanto odio contra ella. —¿Qué quieres aquí? ¿Acaso no ves que sales sobrando? Denzel está a mi lado, me prefiere a mí. Magnolia esbozó una sonrisa. —Acabo de escuchar cómo te envía al mismo infierno, mujer, así que deja tu aire de grandeza, y vete de esta casa, porque esto le pertenece a mi hijo. Elena la mirò con rabia. —Buena jugada, embarazarte para amarrar a un hombre, veamos cuanto te dura. —Bueno, no soy yo la que vino a rogar por un poco de amor, esa eres tú. Elena quiso abofetearla, pero sintió la fuerte mano de Denzel deteniéndola. —¡No te atrevas a tocarla o juro que no respondo! Elena le mirò asustada, Denzel la sujetó con fuerzas del brazo, la llevó hasta la puerta, y la hizo salir. —¡No vuelvas a buscarme! —cerró la puerta en sus narices, la mujer aún gritó y lloró. Denzel se volvió a Magnolia, observó su mirada triste, decepcionada contra él. —Magnolia…. Escúchame, por favor. Ella levantó la mirada. —Vine a hablar sobre n