Jeremy regresó de la India y viajó directo a Italia, pues tenía pensado arreglar las cosas con Lauren y llevarla de regreso a Chicago; esta vez le daría su lugar como legítima esposa. Bridget y Elisa tenían días organizando una gran fiesta sorpresa de bienvenida para él, y habían invitado a varios amigos de su círculo social; gente de la alta alcurnia de Chicago, pero ellas ignoraban que Jeremy había decidido regresar varios días antes e ir a Italia.Anni y Vera se encontraban en la mansión, se habían quedado en casa con Chiara. A media mañana el mayordomo recibió una llamada del portero avisando que Jeremy había llegado. El hombre ordenó que lo dejara continuar su entrada a la propiedad y después fue a avisarle a Vera. Ella se sobresaltó cuando oyó lo que el mayordomo acababa de decir. —¡¿Jeremy?! —Si signore. Vera estaba abrumada por la novedad, sólo se le ocurrió marcarle a Alan y ponerlo en sobre aviso, pero él no contestó el teléfono, lo había puesto en silencio porque se
Alan y Héctor bajaron un rato a la cafetería, luego de beber un café, subieron al ascensor. En ese momento Jeremy y Anni acababan de llegar y llamaron al mismo ascensor. Las puertas se abrieron cuando llegó al piso donde se encontraba la recepción, Alan espabiló cuando inesperadamente vio a Jeremy, sintió que la piel se le puso fría.—¡Jeremy! —dijo Héctor muy sorprendido.—Hola tío. —Saludó a ambos, aunque Alan estaba pasmado.—¿Cuándo llegaste? creímos que aún estabas en la India. —Él subió al ascensor y fueron al piso donde se encontraba Lauren.—Decidí regresar antes y no dejar pasar más tiempo. Vine a Italia a llevarme a mi esposa de regreso a Chicago, pero me encuentro con que acaba de dar a luz.—Si, tu hija nació en la madrugada. —Jeremy sonrió como un padre entusiasmado.—Bien, quiero ver a mi hija —Miró a Alan—. ¿Por qué estás tan callado? ¿No vas a felicitarme porque soy papá?—Felicidades. Pero hay algo que no sé si entendí, ¿dijiste que te llevarás a Lauren a Chicago?—
Alan fue a la mansión y se encerró en la biblioteca. Al rato llegaron sus padres.—¿Dónde está Alan? —preguntó Hector a la mucama.—El joven se encuentra en la biblioteca. —En eso Alan llegó a la sala con la intención de marcharse a la clínica.—¿A dónde se supone que vas? —preguntó Hector.—Voy a ver a Lauren, no pienso permitir que Jeremy haga con ella lo que le venga en gana. —Alan se dirigió hacia puerta, de pronto Vera le dijo:—Ella ya no quiere estar contigo, consideró bien las cosas y decidió reconciliarse con Jeremy. —Alan volteó a mirarla.—Eso no es cierto.—Ella misma me lo dijo, Jeremy es el padre de su hija, a ella le parece muy oportuno que su hija crezca cerca de sus padres.—No te creo, si es cierto, que ella misma me lo diga.Alan les dio la espalda y salió de la mansión, Hector fue detrás de él.—Alan por Dios, deja a Lauren en paz.—¡No dejaré que se la lleve!—No estás pensado con la cabeza.—¿Entonces qué hago? ¿Dejó que se la lleve así no más?—Hijo no puedes de
Casi a media noche, Alan fue a ver a Lauren, ella estaba aún despierta, la preocupación no le había dejado dormir. Él entró sin hacer ruido, Lauren se sentó al verlo y se alegró.—¡Alan! —Él se acercó y se abrazaron, Alan besó su frente.—Creí que nunca vendrías.—No pude hacerlo antes, Jeremy llegó en el momento más inoportuno.—Tengo que regresar con Jeremy a Estados Unidos, si no lo hago me quitará a Julieta.—Lo sé, por eso he permanecido callado, pero lo que más deseo es gritarle a Jeremy en su cara lo que se merece. —Lauren le tocó el rostro.—No lo hagas, Jeremy no debe enterarse de nada.—Por ti es que me quedo callado, pero si te vas con él, cuando me golpeé tu ausencia, me voy a morir de tristeza. —Lauren lo abrazó mientras que sus ojos se llenaron de lágrimas.—No voy a renunciar a nuestro amor.—Jeremy pretende ganar de nuevo tu corazón.—No, no puedo amarlo, antes lo hice, pero ahora no puedo.***A Lauren le dieron el alta días antes que a la bebé, por lo que tuvo que re
Alan se había marchado al viñedo esa madrugada, decidió que lo mejor era alejarse de Lauren, se fue sin su padre, Héctor lo alcanzaría después. —Es extraño que Alan no me haya invitado al viñedo. —Comentó Jeremy durante el almuerzo y delante de Lauren. Ella aún ignoraba que Alan había decidido alejarse de ella. Héctor respondió:—Es que él sabe que estás muy emocionado con tu hija y seguro no querrá quitarte tiempo.Esa misma tarde Dayanna fue a la mansión a buscar a Chiara, entró a la sala y saludó a Vera, se quedó charlando con ella un poco, después Vera subió a buscar a Chiara, Dayanna se quedó en la sala con una leve sonrisa en los labios, sin nada que hacer se sentó en el sofá y cruzó una pierna sobre a otra. de pronto Jeremy bajó las escaleras, ella al verlo sonrió y se puso de pie.—No sabía que el nuevo patriarca de la familia Remington se encontraba en Italia. —Jeremy no simpatizaba con ella.—Buenas tardes Dayanna. —dijo con el rostro serio.—Supongo que viniste a conocer
Alan regresó al otro día, Jeremy aun no podía creer por completo en las palabras de Dayanna, pero tenía sus sospechas. Alan disimuló muy bien, se mantuvo lejos de Lauren y ni la miraba, todo como si ella fuera una completa extraña para él, pero Jeremy no estaba conforme y se dijo en sus adentros:“Quizás ella sí se delate con la mirada.”Cuando iban a desayunar, fue a buscarla a la habitación.—Vamos a la mesa.—Voy en cinco monitos.—Te espero.—Mejor ve con los demás.—Quiero ir contigo.Bajó con Lauren, cuando iban llegando al comedor, la agarró de la mano.No te atrevas a rechazarme delante de todos. —Apretó con fuerza su mano justo cuando entraron al comedor, Alan y Lauren se quedaron viendo a los ojos por un par de segundos, después cada uno desvió sus ojos a otra parte, pero para Jeremy eso fue suficiente, la forma como Alan miró a Lauren aumentó aún más sus sospechas, ahora estaba seguro de que las palabras de Dayanna eran ciertas. Se comportó como un esposo amoroso y sacó la
En Chicago los Remington recibieron el aviso de que Jeremy llegaría ese día casi al anochecer, pero nadie tenía idea de que él venía de Italia y menos aún se imaginaban que llegaría con Lauren Y con su hija. Megan y Bridget estaban emocionadas y echaron a andar su plan de bienvenida en la mansión. Organizaron una cena para sus amistades. Antes de las cuatro de la tarde Bridget se fue al Salón de belleza, tenía apartada cita con el mejor estilista de la ciudad de Chicago.—Quiero verme deslumbrante para mi novio.—Te prometo que esta noche serás la estrella más brillante. ***Uno a uno los invitados fueron llegando a la mansión de la familia Remington. Megan había contratado a una orquesta de música clásica y Bridget al mejor negocio de eventos y agasajos de la ciudad. Eran como las siete de la noche cuando el avión aterrizó en Chicago. Jeremy tenía una leve sonrisa en el rostro imaginándose la reacción de Megan y el resto de su familia cuando vieran a Lauren y a su hija. Él sabía
Hans fue por Lauren. —El señor me ordenó que la lleve a su habitación señora. —No quiero estar en la habitación de Jeremy, con la misma que tenía antes es suficiente. —Pero... —Por favor, Hans, envía mis cosas a la otra habitación. Por Jeremy no te preocupes, yo hablo con él al respecto. —Está bien señora. Hans le abrió a Lauren la puerta de la misma habitación donde meses atrás ella había dormido. Esta vez Jeremy quería hacer vida marital con ella, pero Lauren no estaba dispuesta a dormir con él. Bridget se acercó a Jeremy y le puso la mano sobre el pecho. —Te he estado esperando todo este tiempo, esperé a que me llamaras por teléfono o que al menos me enviaras un recado; pero no tuve noticias tuyas en ningún momento. Después Megan me dijo que llegabas, pero ahora resulta que trajiste a esa mujer contigo. No logro entender qué está sucediendo, por más que le doy vueltas a mi cabeza. —Jeremy la miró a los ojos y se apartó de ella. Después le dijo: —No me divorciaré de Lauren.