Alan pasó algunas horas con Paola. Su objetivo era alejar a Lauren de sus pensamientos, pero al pasarlas horas se dio cuenta que no podía seguir engañándose así mismo. Paola era una chica jovial y lo hacía reír con sus disparatadas ideas y chistes, ella era alegre y sonriente. Pero en definitiva no era la mujer que él quería para tomar en serio, y ella tampoco se tomaba en serio a ningún tipo con los que salía. Bebieron algunos pero las cosas no llegaron a más, Alan sencillamente no podía sacarsea Lauren de su cabeza, llevó a Paola a su casa y regresó a la mansión. Cuando llegó, Lauren ya tenía horas de haber regresado y se encontraba sentada en el sofá de la sala con otros miembros jóvenes de la familia jugando al bingo. Alan se quedó observándolos, aunque no quiso integrarse. Se le antojó de beber vino, fue a servirse y regresó a la sala con la copa en la mano. De por sí desde que llegó tenía varias copas en la cabeza y ahora estaba agregando más. A medida que el vino que esta
Al otro día Alan despertó con la luz que se colaba a través del cristal de la ventana. Se levantó con resaca y se percató que se había dormido con el traje y los zapatos puestos. Se quitó la ropa y luego fue a ducharse. Salió del baño y se vistió. Después estaba peinándose frente al espejo cuando pronto recordó todo lo que había hecho, sabía que le había confesado a Lauren sus sentimientos hacia ella. No sintió vergüenza por ello, pero si le dio pesar que no podría llegar a nada con ella. "Debo guardarme esto que siento hacia ella."Bajó al comedor a saludar, no sabía si se toparía con Lauren en el comedor, tampoco tenía idea de cómo iba a reaccionar. Todos habían desayunado cuando él bajó, ella ya no estaba por ninguna parte. Él tenía resaca y nada de apetito. Se tomó una píldora para el dolor de cabeza y decidió salir, allí pasó toda la mañana pensado en ella. Casi al mediodía cuando regresó, vio a Lauren afuera con Vera, estaban en el jardín recogiendo flores para vestir la sala
Alan comenzó a alejarse de Lauren, primero se mantenía fuera de casa, salía muy temprano y regresaba muy de noche para no verla, siempre con la excusa de que tenía mucho trabajo por hacer. Después se marchó con Héctor y Gino por diez días a la Toscana a supervisar los viñedos. Lauren sabía lo que él estaba haciendo, estaba evitando estar cerca de ella. Inesperadamente Lauren comenzó a pensar en él de otra manera, empezó a verlo con otros ojos. Después de que él había revelado sus sentimientos y le había dado aquel beso, se adueñó de sus pensamientos. "¿Por qué pienso tanto en Alan? ¿Será posible qué mi corazón vacío decida enamorarse de nuevo? No debería ser."Se tocó la panza, ya tenía seis meses de embarazo."Estoy esperando un hijo del hombre que aún es mi esposo, no se supone que me enamore de otro en tan poco tiempo, menos si se trata de su primo, Alan es como un hermano para Jeremy."Intentó evadir sus nacientes sentimientos, hasta llegó a pensar que sólo estaba confundida. Un
En la India, Jeremy visitó distintas ciudades, descubrió otros dioses y creencias religiosas. También conoció gente y probó nuevos platos de comida. Después se marchó a la ciudad donde residía Oshia, el iluminado de quien le había hablado Bridget. En el hotel desempacó las maletas y comenzó a guardar todo en un pequeño armario y un gavetero. La habitación era amplia, de estilo rústico con grandes ventanas que estaban vestidas con largas cortinas de tela de gasa, las cuáles bailan con la brisa. Luego fue a la residencia de Oshua, afuera en la entrada principal había al menos cuatro docenas de individuos que al igual que él, iban en busca de la sabiduría del iluminado. Pasaron dos horas antes de que se abrieran las puertas de la residencia de Oshia. Mientras esperaban, Jeremy entabló conversación con varios sujetos que provenían de distintas partes del mundo, uno era Darío, un español de ascendencia Iraní, Marian, una hermosa mujer de ciudadanía belga, también estaba Juan Gutiérrez que
De viaje en el auto Alan notó que Lauren aún tenía un semblante triste, además estaba callada y pensativa, como si algo le preocupara. Él intentando animarla le dijo:—¿Te gustaría escuchar música?—Ella volteó a verlo y puso una tenue sonrisa.—Perdón, ¿qué dijiste?—¿Que si quieres que ponga música?—Está bien.Él encendió el reproductor, dejó una emisora de música romántica, después comenzó a cantar la canción que estaba sonando, Lauren ya podía comprender varias palabras de la letra. De pronto no pudo contener la risa y se ruborizó, a ella le gustaba el romance, pero nunca había tratado con un hombre como Alan, capaz de cantarle a una mujer de tal forma que ella podía sentir el sentimiento de la letra.***Alan sabía que en ese momento nadie de la familia se encontraba en la mansión, entonces fueron directo a casa, entraron a la sala y subieron al segundo piso, Lauren iba a su habitación, pero pero Alan la agarró en el pasillo y comenzó a besarla, ella se zafó y sonriendo con tra
4 semanas después Anni y Ethan habían viajado de nuevo a Italia, para visitar a todos después de lo que había sucedido con Greta. Anni tenía pensado quedarse hasta que naciera el bebé.Ethan le llevó a Lauren un regalo, le entregó una bolsa con motivos infantiles cuando estaban a solas.—Te traje esto. —Ella sonrió y recibió el regalo.—Gracias. —Lo abrió, dentro había un oso de felpa y un sobre blanco.—El oso es para el bebé, y el sobre es para ti, quiero que leas una carta que te escribí.—Una carta.—Si.—Ya nadie entrega cartas.—Aun sigo chapado a la antigua.—¿Puedo abrirla de una vez?—Las cartas es mejor leerlas a solas, pero esta es para cuando nazca tu bebé. —Lauren volvió a sonreír.—Gracias.—No tienes que darme las gracias —La agarró de ambos brazos y la miró a los ojos sin guardarse sus pretensiones—. Quiero ser el padre de ese hijo que esperas. —¿Qué estás diciendo?—Estoy enamorado de ti Lauren, y voy a luchar por ti. —Lauren se apartó de él.—No debes luchar por mí
Jeremy regresó de la India y viajó directo a Italia, pues tenía pensado arreglar las cosas con Lauren y llevarla de regreso a Chicago; esta vez le daría su lugar como legítima esposa. Bridget y Elisa tenían días organizando una gran fiesta sorpresa de bienvenida para él, y habían invitado a varios amigos de su círculo social; gente de la alta alcurnia de Chicago, pero ellas ignoraban que Jeremy había decidido regresar varios días antes e ir a Italia.Anni y Vera se encontraban en la mansión, se habían quedado en casa con Chiara. A media mañana el mayordomo recibió una llamada del portero avisando que Jeremy había llegado. El hombre ordenó que lo dejara continuar su entrada a la propiedad y después fue a avisarle a Vera. Ella se sobresaltó cuando oyó lo que el mayordomo acababa de decir. —¡¿Jeremy?! —Si signore. Vera estaba abrumada por la novedad, sólo se le ocurrió marcarle a Alan y ponerlo en sobre aviso, pero él no contestó el teléfono, lo había puesto en silencio porque se
Alan y Héctor bajaron un rato a la cafetería, luego de beber un café, subieron al ascensor. En ese momento Jeremy y Anni acababan de llegar y llamaron al mismo ascensor. Las puertas se abrieron cuando llegó al piso donde se encontraba la recepción, Alan espabiló cuando inesperadamente vio a Jeremy, sintió que la piel se le puso fría.—¡Jeremy! —dijo Héctor muy sorprendido.—Hola tío. —Saludó a ambos, aunque Alan estaba pasmado.—¿Cuándo llegaste? creímos que aún estabas en la India. —Él subió al ascensor y fueron al piso donde se encontraba Lauren.—Decidí regresar antes y no dejar pasar más tiempo. Vine a Italia a llevarme a mi esposa de regreso a Chicago, pero me encuentro con que acaba de dar a luz.—Si, tu hija nació en la madrugada. —Jeremy sonrió como un padre entusiasmado.—Bien, quiero ver a mi hija —Miró a Alan—. ¿Por qué estás tan callado? ¿No vas a felicitarme porque soy papá?—Felicidades. Pero hay algo que no sé si entendí, ¿dijiste que te llevarás a Lauren a Chicago?—