Sin poder evitarlo, sin poder alejarme, le sigo el beso, porque aunque me parece conocido, despeja mi mente de tal forma que no recuerdo mi nombre. Deseando no pensar más, lo beso con más intensidad, al punto que me subo sobre sus piernas y alejo nuestros labios, cuando siento que ya no puedo respirar.
— ¿Y bien?— Creo que el alzhéimer realmente está dando resultados tardíos. — susurro y el chico sonríe.— Bueno, sería bueno que le des créditos a mi forma de besar, ¿no crees? — pregunta el chico.— No lo creo.— Dijiste que no le serias infiel a tu esposo y has seguido mi beso. — dice el chicoComienzo a asentir porque realmente dije que estaba casada y no me acostaría con alguien, tampoco me besé con alguien aunque estuve a punto. Así que, ¿Por qué si lo besé a él?— Deber&iacIntento alejarme, pero, por más que lo intente, no puedo hacerlo. después de todo, estoy demasiado ebria y débil para enfrentarlo. Por lo que, respiro profundo y cierro los ojos, porque ya todo ha empezado a darme vueltas.No logro entender que es lo que quiere, porque si realmente no le agradara que este lejos de él, ¿Por qué me llamó por el nombre de alguien más? Es evidente que yo no soy la mujer que quiere a su lado, entonces, ¿Por qué se aferra a mí?— No me molestes, por favor. Déjame en paz. — digo con molestia.Ryan se aleja un poco de mí y yo respiro profundo. Tengo mucho alcohol en mi sistema y por eso, no puedo luchar como deseo. El auto se detiene y yo imploro que no sea para más drama. Pero, lo que veo, es un hotel frente a nosotros.Ryan, abre la puerta y yo salgo, aunque me cuesta mantenerme en pie. Por lo que, al tambalearme, es él
Si inventarme una historia para que me dejen salir sin llamar a la policía y que fuera creíble, fue complicado, salir de aquí sin que alguno de ellos me reconozca, lo será el doble.— Cada uno debe ir hacia uno de nosotros. Debemos revisarlas. — dice Edward.Trago duro, sabiendo que no hay manera de salir de aquí y si corro, solo confirmarán sus sospechas y por ello, no podré marcharme como lo deseo. Así que, antes de que la puerta se cierre, regreso a la habitación.— ¿A dónde vas?— Se me olvidó algo en la habitación, lo siento. — susurro con voz reforzada, porque no me es posible cambiarla lo suficiente para que no me reconozca.Rápidamente, regreso a la habitación y toco la puerta del baño, porque allí es donde ella esta oculta, ese fue nuestro trato. Pero, no responde. Así que, aclaro mi garganta, de
De inmediato, camino rápido aprovechando que el hombre que ha dado la orden, está hablando con uno de los vigilantes. El hombre que esta siempre en la entrada del hotel, se gira cuando las puertas automáticas se abren, porque parece que solo así puede escuchar lo que pasa adentro.Así que, camino rápido antes de que se entere de la orden y llamo a un taxi, en el que me subo de inmediato, mientras el hombre entra al hotel, intentando saber lo que sucede.— Por favor, lléveme tan lejos como sea posible y use calles sin cámaras de seguridad, necesito que no me encuentren. — ordeno.El taxista asiente y yo siento una especie de deja vu cuando el conductor acelera con fuerzas.‘¿Cuándo dejaré de huir de mi propio esposo?’ me pregunto mentalmente.Sabiendo que las discotecas no son una opción y que seguramente donde estaba durmiendo él ya ha estado al
Las alarmas en mi mente se encienden cuando mi cuerpo se calienta cada vez más. Alguien grita detrás de mí y yo comienzo a hacerlo al intentar entrar en la droguería que me resulta demasiado lejos aunque lo que solo debía cruzar la calle.— ¡Auxilio! ¡Abra la puerta, por favor! — grito al chico que está atendiendo la droguería por una pequeña ventana.— Señorita…— ¡Quieren hacerme daño! — grito deslizándome por la pared transparente, porque mis piernas, ya no pueden más.El hombre del que huía, sonríe cuando llega a mí, mientras el hombre que me llevó al bar, está en la entrada de esta mirándome mientras niega. El cuerpo, ya no puede más y como si jugara a favor de los desconocidos, el alcohol que he bebido en toda la noche se muestran a la vez, dejándome completamente e
Ya no hablo, ni siquiera abro mucho los ojos, solo gimoteo mientras alguien limpia el sudor de mi frente. Ryan, continúa cargándome y por eso, me aferro a su cuello caliente, que me invita a besarlo y lo hago.— Hueles muy bien, querido. — susurro de una forma tan clara que me sorprendo.Porque mi mente no está funcionando en estos momentos, para mandar la orden a mi boca que diga algo así. Pero, no es eso lo único que hace mi cuerpo, sin el permiso de mi mente, porque mi boca comienza a besar su cuello y descender, en busca de su cálido pecho.— ¿Ahora si va a colocarla en la camilla?— Solo un segundo más. — dice Ryan y yo sonrío porque sé que está disfrutando mi toque.Sin saber de dónde saco fuerzas, me aferro a su cuello y como puedo, bajo una de mis piernas, para poder abrazarlo con ellas. Cuando estoy por lograrlo, él me deja en la
Sin embargo, aunque sé que me ve como su presa, no retrocedo. Hacerlo, sería darle la razón, con eso, le diría que temo las consecuencias de mis acciones y ahora, eso es lo que menos pasa por mi mente.Por lo que, rápidamente llega a mí y mirándome fijamente, me sonríe. Con cuidado, acaricia mi brazo y yo siento eso como una descarga eléctrica que me hace lanzarme sobre él.— Day…— Fuiste depredador, por cinco segundos, ahora, es momento de que seas presa, mi presa. — digo y de inmediato, comienzo a besarlo y tocarlo por todas partes.La ansiedad por tener más de él, hace que deslice mi mano en busca de lo que me interesa, una tarea que resulta menos complicada, cuando él me acuesta en una de las camillas, donde bajo la cremallera de su pantalón, mientras mis piernas lo rodean, impidiendo que se vaya lejos.— Day, ¿realment
Mi mente se aclara un poco debido al dolor que siento por la fuerza con la que me causé la invasión. El dolor se expande en mi cuerpo y pienso en renunciar a esto, porque las sensaciones se hacen más o tan intensa como el dolor.Sin embargo, Ryan parece comprender lo que me sucede porque rápidamente comienza a acariciar mi cuerpo de tal forma que el dolor es menos por las sensaciones que me hace experimentar.— No te alejes. — dice Ryan.— Me duele mucho. — susurro con preocupación.— Eso es porque te precipitaste mucho, deja que me haga cargo.— No quiero. — digo de inmediato.— Ya lo peor lo hiciste, ahora solo puedo hacer algunos toques para que te sientas mejor. Vamos, cree en mí al menos en esto, si no te gusta, te aseguro que dejaré que te alejes. — dice Ryan y yo acepto, porque es evidente que sin su ayuda, el dolor disminuya.Asiento, para
Quiero decirle que se detenga… no, me gustaría decirle que se detuviera o tener las ganas de hacerlo, pero, la verdad es que deseo saber que más va a hacer. Quiero saciarme del malestar que siento y como lo dijo él antes de que sea un desconocido, es preferible que sea él.Sin embargo, tengo miedo. Porque con solo pensar que él es la mejor opción, es un síntoma que me estoy doblegando a cosas que no debería aceptar. Porque por mucho que pasen cosas, no debería ser buena con él.— Si acepto que lo hagas, si dejo que tomes el control, es para quitar esas sensaciones desagradables de la droga y no porque quiera que me toques y mucho menos que folles conmigo. — le digo con frialdad.— Entiendo. — susurra Ryan alejándose de mí completamente.Su actitud, me toma por sorpresa. después de todo, no me esperaba esta respuesta de su parte. Pero, realment