Dos semanas después
El viaje de luna de miel, ha llegado a su fin. Recorrimos todos los lugares que Ryan había planeado para nuestra boda, pero, no fue mucho lo que disfruté. He dejado desde esa noche que Ryan duerma conmigo, pero, ese ha sido todo el avance.Por fortuna, no ha habido más atentados, ni tampoco, más movimientos atrevidos de Ryan. Mi mejilla, ha sanado correctamente, aun uso cremas para que no me quede una cicatriz, pero, al menos puedo gritar y no lastimarme en el proceso.— Hemos regresado a casa. — dice Ryan cuando el avión se detiene.Asiento y bajo del avión donde solo nos esperan los hombres de Ryan. No hay un solo rastro de mi padre, como tampoco, de mis amigos. — No he informado a alguien de tu llegada, pensé que molestarían cuando estas cansada. Perdón si me he equivocado. — dice Ryan y yo niego.— No te preocupes, entiendo qAunque he dicho que no deseo salir, Ryan me saca de la casa en su hombro y todos ignoran mis quejas aunque grito fuerte y pataleo tanto como me es posible. Porque Ryan ni siquiera toma en cuenta mis deseos, si no que, me lleva o trae como si fuera una muñeca, como si fuera su propiedad.— ¡He dicho que no quiero ir! — grito molesta.— Dime si quieres que te ate, por mí no hay problema. Todo eso es más sencillo. — dice Ryan y yo lo observo con seriedad.— No te atreverías a hacerlo. Aquí nos conocen, dudo que quieras que te vean haciéndome algo así. — digo con molestia y Ryan me sonríe, sentándose a mi lado en el auto.— Puedo decir que te gustan ese tipo de cosas. En el mundo hay muchos gustos extraños, puedo decir que a mi esposa le encantan los juegos de roles donde es atada y llevada como si fuera una linda muñeca.— Nadie ser
Sabiendo que no debo hablar con un loco como él, me concentro en mirar por la ventana del auto, como nos movemos. Aunque he vivido toda mi vida en este lugar, es la primera vez que voy al área empresarial.Porque ni siquiera siendo una niña, me interesaba en ir a la empresa de mi padre y él me mantenía lejos de los negocios, porque eran aburridos como niña o adolescente. Por lo que, apenas estoy conociendo el lugar, uno lleno de muchos edificios inmensos y con muchas marcas que veo en cada producto que uso.— ¿Te gusta lo que ves?— ¿Ah?— La empresa de tu padre queda a unas pocas calles de la mía, cuando termine de trabajar, podríamos ir para confirmar que todo esté bien. — dice Ryan y yo niego.Lo que menos quiero es estar recorriendo lugares como estos de aburridos, además, lo que menos quiero es estar cerca de ese hombre. Porque con lo que me ha di
Observo a Ryan, deseando conocerlo bien. Porque solo sabiendo como es él y lo que piensa, sabré como enfrentarme a él. Es por eso, que me resulta alguien complejo de tratar, pero, no imposible de hacerlo.— Parece que nada de lo que te diga va a enojarte, ¿no es así? — digo y él me sonríe.— Tengo una buena tolerancia a la frustración. — se limita a responder Ryan.La puerta del ascensor se abre y de ella sale un hombre que es más alto que Ryan y eso ya es mucho decir. Su aspecto, es terrorífico, porque aunque no es físicamente feo, si causa mucho miedo.— Te presento a Edward, él será tu nuevo guardaespaldas. — dice Ryan.— Debes estar bromeando.— No quiero mantenerte atada, eso no sería bueno para tus fotos y videos de mañana, cuando estes en la universidad, así que, Edward estará conti
Aunque no es de mi agrado ser tan obediente, sé que si no me siento en la silla, me atará a sus piernas y eso, será más vergonzoso, por lo que, me quedo en mi asiento donde doy muchas vueltas en la silla, mientras canto.‘Si me va a obligar a estar aquí, no lo dejaré trabajar.’ Me digo mentalmente.Sabiendo que no canto bien, comienzo a levantar la voz y a emitir todo tipo de sonido extraño, para entretenerlos, pero, ello no es posible. Ya han empezado la reunión y es como si no existiera.Molesta, me levanto de la silla y de inmediato, Edward deja la puerta con seguro con ayuda de la llave. Así que, corro antes de que la guarde en su cuerpo, pero, él solo levanta su mano con la llave en esta, dejándola fuera de mi alcance.— ¡Dame esa llave, Edward! — grito mientras veo como camina hacia Ryan.— Lo siento, señora Volkova, pero, no me han a
Ryan se transforma en alguien que me da miedo, incluso, podría decir que es una persona completamente distinta. Porque mientras conmigo es calmado, paciente y un poco pervertido, con ellos es malvado, frío, impaciente y grosero.Los gritos no cesan y todos comienzan a dar soluciones que él rechaza de la manera más grosera. Todos releen la información que tienen y yo me siento mal por ellos, ya que, Ryan no deja de regañarlos por errores que no entiendo.— Ryan, deberías calmarte un poco. — digo y Ryan no me escucha.— ¡No entiendo como pueden ser tan tontos de cometer un error de este tipo! — grita Ryan con enojo.— Todos salgan ahora. — ordeno y todos se levantan de sus sillas, pero, no son capaces de marcharse.— Siéntense. — dice Ryan y ellos se sientan como si fueran unos muñecos que obedecen sin pensar.La tensión se siente en
Observo fijamente al hombre que no parece perturbado por lo que me está diciendo o la gran pérdida monetaria que nos trajo aquí. Pero, se ve demasiado calmado, como si fuera algo sin importancia.— Entonces, ¿nos quedaremos esta noche aquí? — pregunta Ryan y yo lo observo fijamente.— No creo que tengas tanto tiempo de sobra. Pero, yo sí tengo mucho, cariño. — digo y Ryan sonríe.— También me lo tatuaré. Una lástima que los tatuajes no tengan sonido, si no, grabaría tu voz para reproducirlo a cada rato. — dice Ryan.— Existen teléfonos celulares que te dan la opción de grabar cosas sin dañar tu piel, quizás no lo sepas, después de todo, en tu tiempo los teléfonos llevaban cables pegados a ellos. — digo y Ryan sonríe.Ryan, me observa de una forma que no sé cómo
La tensión se siente y algo me dice que me detenga, porque si no lo hago, lo más probable es que termine cayendo a una perversión donde Ryan disfrutará que sea parte, porque es justamente lo que él desea de mí.— Adelante, querida. No lo dudes. — dice Ryan.Quiero salir, deseo hacerlo, pero, no quiero que termine siendo tentada por su entrepierna. Sin embargo, tampoco quiero quedar como una cobarde que no es capaz de quitarle unas llaves.Así que, respiro profundo y miro seriamente a Ryan con el fin de no concentrarme en lo que estoy haciendo realmente, porque me da vergüenza y mucha. Después de todo, no es apropiado que este haciendo esto, aunque sea mi esposo.— Entonces, me estás diciendo que conoces perfectamente mi entrepierna que no necesitas seguir el rastro. — dice Ryan y yo niego.— No es eso, es solo que no quiero decepcionarme. — digo y eso hace
De inmediato, retrocedo. Lo que menos deseo es estar nuevamente en su entrepierna. Así que, niego retrocediendo ante su petición demasiado absurda. Después de todo, tener el hielo con o sin ropa, no va a marcar una diferencia notoria.— No lo haré. — digo decidida.— No deberías pensar así, después de todo, tú me has herido, lo que deberías hacer para recompensarme, es atenderme, ¿no lo crees? — pregunta Ryan y yo asiento.— Sé que tienes razón en eso, pero, no me parece buena idea que haga algo así. — digo de inmediato y Ryan niega— Duele mucho, Day, necesito un tratamiento directo. No seas cruel, esto es solo un pequeño tratamiento de algo grande que me hiciste, lo más probable es que termine con dolor incluso para orinar.‘No, ¿Por qué le agarré demasiado fuerte? Debí medir mi