Juntos, entramos al ascensor, donde siento la mirada penetrante de Celeste hasta que cierran las puertas del ascensor. Es entonces, cuando recuerdo como estoy sentada e intento alejarme del hombre que de inmediato me pega a su cuerpo.
— ¿Qué vas a hacer cuando estamos tan cómodos, querida? — pregunta Ryan y yo golpeo su pecho.— ¡¿Estás loco?! No deberíamos estar así cuando estamos en un hospital. Sobre todo, cuando no…— No tienes ropa interior, pequeña pervertida, ¿era eso lo que ibas a decir? — pregunta Ryan y yo me ruborizo.De inmediato, lo golpeo en el pecho, porque no estamos solos para que este diciendo algo así. Pero, es obvio que Ryan no es sentir vergüenza, porque si así fuera, no habría sido capaz de reconocer que estaba enamorado de mí cuando apenas yo tenía quince años.— Deja de decir esEl impacto de mis propias palabras me hacen retroceder, al punto que un enfermero impide que me caiga, cuando tropiezo con mis propios pies, imaginándome lo peor, porque ya he visto como mi padre estaba por tener una enfermedad que no perdona a nadie.— ¿Se encuentra bien? — pregunta el enfermero y yo comienzo a llorar.— Day, habla, no te concentres solo en llorar, por favor. — pide Ryan y yo solo me alejo del enfermero que observa todo aturdido.— Esto no puede estar sucediendo. — digo caminando de un lado al otro.— Day, espera un momento.— Primero fue mi padre, después mi hija y ahora mi esposo, ¿acaso estoy maldita? ¿He hecho algo imperdonable y por eso, Dios me castiga? — pregunto en medio del llanto mientras intento calmarme caminando de un lado al otro.Por mucho que quiero calmarme y no llorar por el bien de mis bebés, no puedo lograrlo porque es de
Ryan me observa fijamente prácticamente exigiéndome una explicación de lo que he dicho, pero, yo me siento muy avergonzada para justificar mi accionar. Así que, uso mi única ruta de escape: concentrar la atención en el doctor.— Entonces, doctor, explíqueme ¿Qué sucede con él? — pregunto intentando que Ryan no piense en lo que dije.— Sigue fingiendo que no me llamaste anciano, Day y entonces, cuando te castigue, yo también fingiré que no lo estoy haciendo. — me advierte Ryan y yo comienzo a llorar.— Que cruel son los esposos con las mujeres embarazadas. Uno no es igual, porque hay bebés que se hacen dueños del cuerpo de uno y por eso, uno está constantemente sensible, pero, eso no parece importarle a nadie. — digo con fingido dolor.Ryan me observa como si no creyera lo que le estoy diciendo, por lo que, me esfuerzo en gim
Ryan suspira profundo, por todo el drama de Sashel. Por eso, yo me quedo en un sillón donde pido más cosas para merendar en la habitación, mientras Sashel vuelve a regañarnos por todas las decisiones que hemos tomado hasta ahora.— Sashel…— Ustedes van a acabar conmigo. No sé quién de ustedes es más… tonto y de Day, puedo justificar porque eras una niña mimada hace poco, pero, ¿Qué hay de ti, Ryan?— Se me contagio lo…— Di tonto y realmente voy a hacer que te arrepientas.— Inmaduro. — dice Ryan de inmediato y yo le doy un golpe en el brazo— Eso no justifica todo lo que han hecho, chicos. — dice Sashel.Nos quedamos en silencio, porque en mi caso, no es posible para mí entender cada una de mis acciones, ya que, las mayoría las tomé por impulso. Pero, Ryan tampoco habla. Es como si no estu
Sin decirme algo, mi aun esposo me lleva a su habitación donde con una mirada, su primo se marcha. Por eso, a penas Sashel se va, él cierra la puerta presionando mi cuerpo contra la puerta y su cuerpo.— Ryan…— Ahora no hablemos, por favor. — dice él y de inmediato me besa.La violencia de su beso y como me toca, hace que lo empuje porque ya conozco a mi cuerpo que siempre me delata y hace lo que tanto me esfuerzo en no hacer. Pero, él insiste en besarme, por lo que, muevo mi rostro muchas veces para que no pueda besarme.— ¿Qué rayos te pasa, Ryan? — pregunto y él retrocede colocando su brazo alrededor de su abdomen.— Quería recordarte porque no sería bueno que me dejarás. Escuché lo que le dijiste y si la forma en que te hago mía te confunde sobre nuestro divorcio, debo tener mucho sexo contigo. — dice Ryan.— Es
Me encuentro jugando en un jardín cuando escucho voces extrañas que no están relacionadas con lo que estoy viendo o haciendo, por lo que, comienzo a seguir las voces, hasta abrir mis ojos, descubriendo que sin darme cuenta, me quedé dormida.— Ya saben que deben hacer. — dice Sashel y Ryan lo golpea en la cabeza— Deja de hablar tan fuerte, vas a despertar a Day y te golpearé si eso sucede.— Ya me has golpeado. Con esta ya van ocho veces — se queja Sashel— Y sigues sin aprender. — dice Ryan mientras yo me burlo por la discusión y tontos golpes que se dan.Mi risa, los alerta y por eso, Sashel corre lejos de Ryan al saber que le cumplirá la amenaza sobre golpearlo duro por haberme despertado. Desorientada, observo todo a mi alrededor, comprendiendo porque estoy aquí.— ¿Descansaste como corresponde?— Creo que sí, ¿en
Rápidamente, tomo el ascensor y con mi teléfono en mano, intento concentrarme en otra cosa que no sean las emociones y pensamientos contradictorios que estoy experimentando con Ryan.— ¿Qué te está sucediendo, Day? ¿Te has vuelto loca? ¿Acaso las hormonas del embarazo te tienen así? — me pregunto cuando las puertas del ascensor se abren.— Señora Volkova. — dice Bob saludándome, mientras yo salgo del ascensor.— ¿Hay algo que quieras decirme? — pregunto confundida.— Vine a ser su chofer.— Pero…— Fue una orden del señor Volkova. — dice Bob.Como no tengo un auto en el que irme por mi cuenta, acepto que Bob me lleve a casa, sobre todo, porque tengo muchas cosas en las que pensar, para hacerme una mujer difícil cuando voy a recibir una ayuda.Así que, siguiendo a Bob, subo al auto,
Las chicas me hacen parte de rituales para que la mujer que no hacia ese tipo de tonterías vuelva e incluso, después de eso, oran y colocan alabanzas asegurando que si los ritos extraños no ayudaban, que al menos con Dios si lograrían algo.Es por eso, que la noche llega y yo estoy en una habitación con ambiente celestial, porque las alabanzas y la concentración de las chicas hacen que uno se sienta en otro lugar, en uno más calmado y espiritual.— Creo que ya es suficiente. — susurro cuando el agotamiento me invade.— No sé si sea suficiente, con todo lo que nos has contado, estás bastante aferrada a un pensamiento que realmente no te va a ayudar.— Además de eso, Day, ¿realmente quieres divorciarte de Ryan? — pregunta Hanna y yo desearía tener a la mujer que solo hablaba de los chicos con los que se besaría o a donde iría a tomar.
Aunque hago todo lo que las chicas me dicen e incluso, dejo que Hanna me maquille y peine, sigo pensando que están actuando muy extraño, porque no me están diciendo toda la información que necesito saber para comprender que es lo que está sucediendo.— No entiendo que es lo que están planeando, chicas. Pero, dudo que buscarme una cita sea una buena idea, ya que, no estoy en condiciones de tener una nueva pareja. — digo y ellas niegan.— Esta persona te va a gustar. Te aseguro que te sentirás muy feliz de verla. — dice Hanna.— Aun así, si me contarán que es lo que está sucediendo, podría…— Entre menos sepas, mejor. — dice Nina.Apenas terminamos de arreglarnos, nos subimos al auto de Hanna y nos marchamos para la cita que aún no sé con quién es. Como confío en mis amigas, no pregunto demasiado aunque el ca