Rápidamente, tomo el ascensor y con mi teléfono en mano, intento concentrarme en otra cosa que no sean las emociones y pensamientos contradictorios que estoy experimentando con Ryan.
— ¿Qué te está sucediendo, Day? ¿Te has vuelto loca? ¿Acaso las hormonas del embarazo te tienen así? — me pregunto cuando las puertas del ascensor se abren.— Señora Volkova. — dice Bob saludándome, mientras yo salgo del ascensor.— ¿Hay algo que quieras decirme? — pregunto confundida.— Vine a ser su chofer.— Pero…— Fue una orden del señor Volkova. — dice Bob.Como no tengo un auto en el que irme por mi cuenta, acepto que Bob me lleve a casa, sobre todo, porque tengo muchas cosas en las que pensar, para hacerme una mujer difícil cuando voy a recibir una ayuda.Así que, siguiendo a Bob, subo al auto,Las chicas me hacen parte de rituales para que la mujer que no hacia ese tipo de tonterías vuelva e incluso, después de eso, oran y colocan alabanzas asegurando que si los ritos extraños no ayudaban, que al menos con Dios si lograrían algo.Es por eso, que la noche llega y yo estoy en una habitación con ambiente celestial, porque las alabanzas y la concentración de las chicas hacen que uno se sienta en otro lugar, en uno más calmado y espiritual.— Creo que ya es suficiente. — susurro cuando el agotamiento me invade.— No sé si sea suficiente, con todo lo que nos has contado, estás bastante aferrada a un pensamiento que realmente no te va a ayudar.— Además de eso, Day, ¿realmente quieres divorciarte de Ryan? — pregunta Hanna y yo desearía tener a la mujer que solo hablaba de los chicos con los que se besaría o a donde iría a tomar.
Aunque hago todo lo que las chicas me dicen e incluso, dejo que Hanna me maquille y peine, sigo pensando que están actuando muy extraño, porque no me están diciendo toda la información que necesito saber para comprender que es lo que está sucediendo.— No entiendo que es lo que están planeando, chicas. Pero, dudo que buscarme una cita sea una buena idea, ya que, no estoy en condiciones de tener una nueva pareja. — digo y ellas niegan.— Esta persona te va a gustar. Te aseguro que te sentirás muy feliz de verla. — dice Hanna.— Aun así, si me contarán que es lo que está sucediendo, podría…— Entre menos sepas, mejor. — dice Nina.Apenas terminamos de arreglarnos, nos subimos al auto de Hanna y nos marchamos para la cita que aún no sé con quién es. Como confío en mis amigas, no pregunto demasiado aunque el ca
Narra Ryan El enojo aumenta en mí al ver a Day salir con ese desgraciado del restaurante siendo escoltada por sus locas amigas, por eso, camino hacia ellas, pero, Sashel, me bloquea el camino negando de inmediato por ello.— No lo hagas, Ryan o todo empeorará.— ¡¿Crees que me importa eso justo ahora?!— Lo has arruinado suficiente, Ryan. Debes detenerte. — dice Sashel mientras mis hombres hacen un anillo de seguridad para detenerme.Miro a mi alrededor, deseando saber qué es lo que sucede con ellos, porque con el enojo que tengo no es para que me molesten de esta manera, pero, para ellos parece una buena decisión.— ¿Acaso quieren morir? — pregunto curioso.— ¿Le colocaste rastreador y duplicaste su pantalla teniendo su consentimiento? — pregunta Sashel. — Sashel, ahora no estoy para contestar tus tonterías.— Bueno, serán esas tonterías las que impedirán que puedas tener a tu esposa a tu lado, porque todo lo que vi ahora me asegura que así como te ama, te odia. Por es, con lo que
Suspiro profundo mientras mi mente comienza a justificar cada mirada y palabra de Day, aumentando las ganas de golpearme por empeorar algo que apenas estaba comenzando a arreglarse. — Sin duda, mi vida no puede ser peor. — digo y Sashel suspira profundo. — En pocas palabras, has golpeado al hombre que considera su hermano y quien según investigaron, tenía al menos ocho años sin ver. — dice Sashel. — Ahora comprendo porque está tan enojada. — Borraré la pantalla duplicada. — Sabia decisión. De inmediato, tomo el teléfono donde está la pantalla compartida del teléfono de mi esposa y me congelo al ver el mensaje que ella dejó para que yo lo viera apenas intentara acceder a su teléfono. — Sashel, ¿Qué crees que pasará si ella ya sabe que estuve metiéndome en la privacidad de su teléfono. — Se divorciarán. Como ella lo dijo, es un abuso que invadas algo personal sin su consentimiento. — dice Sashel y yo abro el documento que me dice que Sashel no se equivoca. — Ya lo sabe. — digo
Narra Day Hanna se encarga de llevarnos a un hospital donde revisan a Aleksander, aunque él insiste que todo está bien. El enojo me invade completamente, porque en el camino, las chicas me hablan de sus sospechas. Ellas mismas hacen todo en mi teléfono para que yo confirme ello. Por eso, veo cuando colocan como protector de pantalla en mi teléfono la frase: quiero el divorcio y como único documento en mi pantalla principal el acuerdo de divorcio escaneado, uno que me dice si lo han abierto o no. Ya él lo abrió, porque el documento cambió de color, confirmando con ello doblemente que he sido vigilada por él durante mucho tiempo. Eso y el golpe que le dio a Aleksander, es más de lo que puedo tolerar, por eso, camino de un lado al otro mientras inhalo profundamente para no afectar a mis bebés con esto. — ¿Desde cuándo saben esto? — Lo pensamos cuando subieron tus fotografías del trabajo. — Pero, eso fue reciente. — Hanna creía que eso sucedía desde hace tiempo, porque Max lleva ti
No me agrada mucho la idea de Nina, después de todo, si he comenzado a trabajar, es para tener mis cosas con mis propios medios y no usando el apellido de Ryan o el de mi padre. Pero, tal parece que escapar de su protección, es complicado. ‘¿Qué importa si me dan trabajo por ser la esposa de Ryan? Yo soy quien trabaja, por lo que, el dinero es ganado con mi esfuerzo y sudor.’ Me digo mentalmente. — Está bien, eso haré. — digo y continúo comprando las cosas para mi casa, pensando en donde lo colocaré y como lo usaré, para comprar solo lo necesario. — Hay muchas cosas hermosas. — dice Nina. — Las hay, pero, no puedo comprar todo imprudentemente, porque necesito ahorrar para mis bebés. — digo y eso hace que Nina se burle de mí. Por eso, decido concentrarme en seguir con mis compras y agregar a mi carro de compras lo que si me puedo llevar. Caminando hacia la caja, Nina sigue insistiendo en lo tonta que soy por complicarme la vida, pero, yo sigo firme en lo que digo. — Su padre y su
Mientras mi gente llega, yo intento entretenerme con Nina organizando las cosas que compré mientras espero que traigan los muebles que escogí con el fin de estar cómoda en mi propio hogar. Pero, ahora dudo que sea así. Por eso, aunque me había prometido no usar a la gente que me mintió sobre la salud de mi padre y lo que hacía, recurro a ellos, porque sé que no estarían del lado de Max. — Day, no pienses tanto en todo esto que te hemos contado y has descubierto. Si no te dijimos antes, es porque nos preocupaba tu estado. — dice Nina. — Casi nos mata, Nina. Pudo hacerlo en cualquier momento. Pudo hacerlo cuando me trepe en el muro y tú me esperabas del otro lado, con la prueba de mi embarazo. Pudimos morir allí o mientras comprábamos hoy las cosas para mi casa. — Pero, no lo hizo. Hasta el momento han sido solo intentos. — Que pudieron ser hechos y nosotras lo habríamos notado cuando se burlara mientras la vida se nos escapaba. — digo con molestia. Muchos escenarios pasan por mi
Respiro profundo sintiendo que tengo muchas cosas sobre mi pecho e inhalo lentamente porque sé que debo ser fuerte por mis hijos, por eso, huir no es la solución ni mucho menos, fingir que nada está sucediendo, cuando lo que pasa es grave. — Day… — Te dije que no quiero hablar contigo. — digo con molestia aun sobre la puerta que recién he cerrado. — Quería avisarte que ya he hecho todos los papeles para que la herencia sea administrada por ti. Sashel me dijo que ahora piensas con más prudencia, sin embargo, quiero que sepas que si hay algo que no entiendas, no dudes en avisarme. >> Porque aunque en estos momentos creas que todo lo que he hecho ha sido egoísta, la mayoría de ellas las hice sin tener conocimiento de que te sentirías mal por ello. Porque te aseguro que si hubiese notado que… — Es suficiente. Ya sé sobre mi herencia, ahora fuera de mi jardín. — digo con frialdad sin atreverme a abrir la puerta. No quiero ser débil y tonta como lo he sido desde… siempre. Por eso, me