Sin decirme algo, mi aun esposo me lleva a su habitación donde con una mirada, su primo se marcha. Por eso, a penas Sashel se va, él cierra la puerta presionando mi cuerpo contra la puerta y su cuerpo.
— Ryan…— Ahora no hablemos, por favor. — dice él y de inmediato me besa.La violencia de su beso y como me toca, hace que lo empuje porque ya conozco a mi cuerpo que siempre me delata y hace lo que tanto me esfuerzo en no hacer. Pero, él insiste en besarme, por lo que, muevo mi rostro muchas veces para que no pueda besarme.— ¿Qué rayos te pasa, Ryan? — pregunto y él retrocede colocando su brazo alrededor de su abdomen.— Quería recordarte porque no sería bueno que me dejarás. Escuché lo que le dijiste y si la forma en que te hago mía te confunde sobre nuestro divorcio, debo tener mucho sexo contigo. — dice Ryan.— EsMe encuentro jugando en un jardín cuando escucho voces extrañas que no están relacionadas con lo que estoy viendo o haciendo, por lo que, comienzo a seguir las voces, hasta abrir mis ojos, descubriendo que sin darme cuenta, me quedé dormida.— Ya saben que deben hacer. — dice Sashel y Ryan lo golpea en la cabeza— Deja de hablar tan fuerte, vas a despertar a Day y te golpearé si eso sucede.— Ya me has golpeado. Con esta ya van ocho veces — se queja Sashel— Y sigues sin aprender. — dice Ryan mientras yo me burlo por la discusión y tontos golpes que se dan.Mi risa, los alerta y por eso, Sashel corre lejos de Ryan al saber que le cumplirá la amenaza sobre golpearlo duro por haberme despertado. Desorientada, observo todo a mi alrededor, comprendiendo porque estoy aquí.— ¿Descansaste como corresponde?— Creo que sí, ¿en
Rápidamente, tomo el ascensor y con mi teléfono en mano, intento concentrarme en otra cosa que no sean las emociones y pensamientos contradictorios que estoy experimentando con Ryan.— ¿Qué te está sucediendo, Day? ¿Te has vuelto loca? ¿Acaso las hormonas del embarazo te tienen así? — me pregunto cuando las puertas del ascensor se abren.— Señora Volkova. — dice Bob saludándome, mientras yo salgo del ascensor.— ¿Hay algo que quieras decirme? — pregunto confundida.— Vine a ser su chofer.— Pero…— Fue una orden del señor Volkova. — dice Bob.Como no tengo un auto en el que irme por mi cuenta, acepto que Bob me lleve a casa, sobre todo, porque tengo muchas cosas en las que pensar, para hacerme una mujer difícil cuando voy a recibir una ayuda.Así que, siguiendo a Bob, subo al auto,
Las chicas me hacen parte de rituales para que la mujer que no hacia ese tipo de tonterías vuelva e incluso, después de eso, oran y colocan alabanzas asegurando que si los ritos extraños no ayudaban, que al menos con Dios si lograrían algo.Es por eso, que la noche llega y yo estoy en una habitación con ambiente celestial, porque las alabanzas y la concentración de las chicas hacen que uno se sienta en otro lugar, en uno más calmado y espiritual.— Creo que ya es suficiente. — susurro cuando el agotamiento me invade.— No sé si sea suficiente, con todo lo que nos has contado, estás bastante aferrada a un pensamiento que realmente no te va a ayudar.— Además de eso, Day, ¿realmente quieres divorciarte de Ryan? — pregunta Hanna y yo desearía tener a la mujer que solo hablaba de los chicos con los que se besaría o a donde iría a tomar.
Aunque hago todo lo que las chicas me dicen e incluso, dejo que Hanna me maquille y peine, sigo pensando que están actuando muy extraño, porque no me están diciendo toda la información que necesito saber para comprender que es lo que está sucediendo.— No entiendo que es lo que están planeando, chicas. Pero, dudo que buscarme una cita sea una buena idea, ya que, no estoy en condiciones de tener una nueva pareja. — digo y ellas niegan.— Esta persona te va a gustar. Te aseguro que te sentirás muy feliz de verla. — dice Hanna.— Aun así, si me contarán que es lo que está sucediendo, podría…— Entre menos sepas, mejor. — dice Nina.Apenas terminamos de arreglarnos, nos subimos al auto de Hanna y nos marchamos para la cita que aún no sé con quién es. Como confío en mis amigas, no pregunto demasiado aunque el ca
Narra Ryan El enojo aumenta en mí al ver a Day salir con ese desgraciado del restaurante siendo escoltada por sus locas amigas, por eso, camino hacia ellas, pero, Sashel, me bloquea el camino negando de inmediato por ello.— No lo hagas, Ryan o todo empeorará.— ¡¿Crees que me importa eso justo ahora?!— Lo has arruinado suficiente, Ryan. Debes detenerte. — dice Sashel mientras mis hombres hacen un anillo de seguridad para detenerme.Miro a mi alrededor, deseando saber qué es lo que sucede con ellos, porque con el enojo que tengo no es para que me molesten de esta manera, pero, para ellos parece una buena decisión.— ¿Acaso quieren morir? — pregunto curioso.— ¿Le colocaste rastreador y duplicaste su pantalla teniendo su consentimiento? — pregunta Sashel. — Sashel, ahora no estoy para contestar tus tonterías.— Bueno, serán esas tonterías las que impedirán que puedas tener a tu esposa a tu lado, porque todo lo que vi ahora me asegura que así como te ama, te odia. Por es, con lo que
Suspiro profundo mientras mi mente comienza a justificar cada mirada y palabra de Day, aumentando las ganas de golpearme por empeorar algo que apenas estaba comenzando a arreglarse. — Sin duda, mi vida no puede ser peor. — digo y Sashel suspira profundo. — En pocas palabras, has golpeado al hombre que considera su hermano y quien según investigaron, tenía al menos ocho años sin ver. — dice Sashel. — Ahora comprendo porque está tan enojada. — Borraré la pantalla duplicada. — Sabia decisión. De inmediato, tomo el teléfono donde está la pantalla compartida del teléfono de mi esposa y me congelo al ver el mensaje que ella dejó para que yo lo viera apenas intentara acceder a su teléfono. — Sashel, ¿Qué crees que pasará si ella ya sabe que estuve metiéndome en la privacidad de su teléfono. — Se divorciarán. Como ella lo dijo, es un abuso que invadas algo personal sin su consentimiento. — dice Sashel y yo abro el documento que me dice que Sashel no se equivoca. — Ya lo sabe. — digo
Narra Day Hanna se encarga de llevarnos a un hospital donde revisan a Aleksander, aunque él insiste que todo está bien. El enojo me invade completamente, porque en el camino, las chicas me hablan de sus sospechas. Ellas mismas hacen todo en mi teléfono para que yo confirme ello. Por eso, veo cuando colocan como protector de pantalla en mi teléfono la frase: quiero el divorcio y como único documento en mi pantalla principal el acuerdo de divorcio escaneado, uno que me dice si lo han abierto o no. Ya él lo abrió, porque el documento cambió de color, confirmando con ello doblemente que he sido vigilada por él durante mucho tiempo. Eso y el golpe que le dio a Aleksander, es más de lo que puedo tolerar, por eso, camino de un lado al otro mientras inhalo profundamente para no afectar a mis bebés con esto. — ¿Desde cuándo saben esto? — Lo pensamos cuando subieron tus fotografías del trabajo. — Pero, eso fue reciente. — Hanna creía que eso sucedía desde hace tiempo, porque Max lleva ti
No me agrada mucho la idea de Nina, después de todo, si he comenzado a trabajar, es para tener mis cosas con mis propios medios y no usando el apellido de Ryan o el de mi padre. Pero, tal parece que escapar de su protección, es complicado. ‘¿Qué importa si me dan trabajo por ser la esposa de Ryan? Yo soy quien trabaja, por lo que, el dinero es ganado con mi esfuerzo y sudor.’ Me digo mentalmente. — Está bien, eso haré. — digo y continúo comprando las cosas para mi casa, pensando en donde lo colocaré y como lo usaré, para comprar solo lo necesario. — Hay muchas cosas hermosas. — dice Nina. — Las hay, pero, no puedo comprar todo imprudentemente, porque necesito ahorrar para mis bebés. — digo y eso hace que Nina se burle de mí. Por eso, decido concentrarme en seguir con mis compras y agregar a mi carro de compras lo que si me puedo llevar. Caminando hacia la caja, Nina sigue insistiendo en lo tonta que soy por complicarme la vida, pero, yo sigo firme en lo que digo. — Su padre y su