Sashel se marcha a hacer su parte, mientras yo subo al auto donde solo puedo llorar con impotencia porque en vez de cuidar a mis hijos, terminé siendo un inútil que solo puede vengar su muerte, porque no pude mantenerlo con vida.
— Me he convertido en un imbécil. — susurro mientras el auto comienza a hacer su primer recorrido.— Señor, no piense de esa manera, entienda que esto es algo que nadie pudo anticipar.— Ellos lo van a pagar. — digo con molestia.— Nosotros haremos todo lo posible para que paguen, señor.— Ellos no ayudarán fácilmente. Así que, necesito la ayuda de ustedes, normalmente tiene cámaras corporales, necesito una de esas para poder grabar lo que harán.— Estaciona el auto, Darren, voy a colocársela ahora. — dice Nick.Sabiendo que no puedo dejar que el tiempo corra, porque podrían soltarla graOcho horas despuésRegreso a casa después de visitar al menos cinco canales de comunicación. Mientras me dirigía al segundo, mi gente publicaba lo grabado en la cámara corporal, por lo que, los internautas se hacen cargo de arruinar completamente la imagen del noticiero e incluso, presionan para que sean declarados culpables.Por lo que, dicho apoyo me ha servido para que los demás periodistas acuerden dar la noticia como corresponde y pedir disculpas por el daño causado. Así que, con mi trabajo realizado, solo me queda tomar una ducha y llevar ropa para ambos.Aunque siendo sincero, dudo que reciba algo que yo le lleve. En estos momentos debe estar odiándome y no la culpo por ello, después de todo, no he hecho más que complicarlo todo. Sea de forma consciente o no, lo he arruinado.— Solo espero que algún día me perdone por esto. — susurro sentado en la c
Dejo atrás a Sashel, comprendiendo que su advertencia es en serio. Durante el camino, comienzo a recordar el respiro que sentí cuando conocí a Day. Desde ese momento hasta ahora, mi vida ha sido muy diferente en muchos aspectos.El anhelo por ella que tuve por tres años, fue poco en comparación a lo que he experimentado desde que soy su esposo. Ser el primero en tocarla, ser quien la hizo siempre gemir y de quien tendrá hijos, es el premio más grande que puedo tener.Pero, estoy a punto de perderlo. También, pienso en Alejandro. Muchas veces quise deshacerme de su habitación que solo me traía recuerdos que perforaban mi pecho, pero, no fui capaz porque sentía que lo estaba traicionando.Sin embargo, ahora siento que estoy traicionando a sus hermanos al dejarlos solos con su madre en medio de un dolor que sé cuan es difícil salir, porque yo aún estoy en ese dolor aunque ha
Day se queda mirándome fijamente, por lo que, yo cierro los ojos para que las lágrimas que me impiden ver bien, salgan y mojen más mis mejillas. El doctor, se queda en silencio y por eso, solo nos miramos mientras intentan arreglar el desastre que hice con mis manos.— Yo sé lo que se siente aferrarse a algo que creeremos que nos ayudará a estar cerca de nuestros hijos. Yo lo hice todo este tiempo, Day y eso solo ha hecho que duele como el primer día.— Ryan, yo no puedo…— La casa a la que te llevé cuando nos casamos, fue la casa que recibió a Alejandro recién nacido. La habitación donde me encierro, fue su habitación siempre y la que estaba al lado derecho, era mi habitación.>> Alejo era un niño pequeño, pero, sabía que su madre no lo quería. Tenía seis años cuando murió, Day y lo último que
Aunque intento levantarme, el doctor carraspea su garganta para que recuerde que me están curando una de mis manos. Por lo que, con impaciencia, espero que lo haga, aunque siento que el tiempo pasa muy lento.— Es una buena idea dibujar a su bebé con algo que le compren. Lo mejor que podemos hacer como padres, es recordarlos con cosas buenas, con lo que podemos hacer por ellos y no lo que no tendremos por mucho que lo deseáramos.>> Nuestros hijos son bendiciones, sea que nazcan o no, siempre tendrán una conexión con sus padres. Por lo que, cada cosa que hagamos si lo hacemos para seguir adelante, ellos serán felices desde el cielo, pero, si nos estancamos en el dolor de sus ausencias, no estarán bien aunque estén en el cielo, porque así como a ustedes le importa su hijo, al bebé les importa a ustedes. — dice el doctor.— Day, duele por sí solo, así que, causarn
Horas despuésCon las cosas compradas para la bebé, regresamos al cementerio donde Day recientemente había dejado a su padre. Ella, no mira a su alrededor, solo se aferra a un pequeño vestido de color rosado, mientras camina.Sus amigas, la acompañan a cada lado de su cuerpo, mientras yo miro a mi alrededor, reafirmando que no vendrá ninguna loca a molestar. Day llora en silencio, al igual que yo lo hago, pero, ella tiene personas a las que sentirse apoyada, pero, yo…‘Vuelvo a estar solo y no puedo quejarme por eso, porque esto me pasa por no saber mantener mi buena relación con mi esposa.’ Me digo mentalmente.— Señor, está todo listo. — dice Travis— Asegúrense de que la seguridad sea fuerte. No quiero que alguien más además de nosotros se encuentre aquí.— Hemos cerrado el cementerio desde hace dos horas, señor
El enojo puede más que mi razón y por eso, bajo lo suficiente la ventana para que vean que hablo en serio. Es por eso, que las preguntas dejan de realizarse y solo toman fotografías que por segundos, me enceguecen.Como no han tomado en cuenta mi advertencia, acelero un poco, causando que varios periodistas caigan al suelo, pero, no paso sobre ellos. Los periodistas a su alrededor, no los ayudan a levantar y por eso, yo retrocedo con mi auto, para buscar una salida sin atropellarlos.— Si creen que es una amenaza que no cumpliré, pueden quedarse donde están.— Pero, señor Volkova… — dice mi conductor.— Estamos en duelo, queremos estar en paz y por eso hice un anillo de seguridad que ustedes se atrevieron a burlar solo para molestar a mi esposa que ya está lidiando mucho con la muerte de nuestra hija.>> Así que, si ustedes no respetan el dolor ajeno, no se aso
No supe como moverme o hablar, ya que, su respuesta y la forma en que lo dijo, fue tan impactante para mí, que me quedé inmóvil observando como todos pasaban a mi lado, con su mirada cargada de lástima.— Señor, marchémonos, dejemos que la señora Volkova descanse. — dice Travis.— Ella no puede hacerme esto.— Dejemos que descanse, señor Volkova. Han sido días difíciles. — dice Travis, pero, yo me niego a marcharme.Por eso, obligo a mis piernas moverse para llegar a la puerta y abrirla, observando así a mi esposa sentada frente a la ventana. Nadie la acompaña y parece que es su petición, porque sus amigas rara vez la dejan sola.— No puedes hacerme esto, Day — digo intentando controlar mis inmensas ganas de lanzar todo.— No quiero hablar contigo. — dice ella y yo tensiono mi cuerpo.— Sé que
Narra DayRyan se marcha y yo suspiro profundo, deseando que no vuelva a entrar. La doctora, llega en poco tiempo y me envía a la habitación que le he pedido, mientras Ryan habla con alguien más e incluso firma documentación del hospital.— No quiero recibir visitas. Si lo cree necesario, asistiré a todas las reuniones grupales, pero, no acepte que me visiten.— ¿Ni siquiera sus amigas?— No quiero que ellas vengan.— Pensé que se llevaban bien.Con todo lo que he vivido y cuanto han estado ellas para mí, sería imposible para mí que podamos separarnos o desagradarnos. Es por eso, que he tomado está medida, porque así como las quiero, deseo lo mejor para ellas y no es quedarse conmigo como mi guardiana.— Nos llevamos muy bien, pero, es porque las quiero mucho que no quiero que estén constantemente en este hospital conmigo. Yo sol