Lentamente, giro mi rostro hasta ver las urnas de mis padres, con la bala pegada en el cristal. Apenas ahora noto que el vidrio es antibalas y que el dolor en mi cabeza, es porque he resultado herida. Ya que, siento a un lado de mi rostro humedecerse.

— Day, estás sangrando. — dice Nina intentando agarrar mi cabeza con cuidado e inclinarla para saber que sucede.

Con cuidado, llevo mi mano a la parte afectada y de inmediato, mis dedos se llenan de sangre. Ryan corre hacia mí y yo retrocedo con enojo, mientras siento como mi vista se nublan por las lágrimas que me impido dejar salir.

Todo se vuelve caótico, porque los periodistas quieren una primicia que les impide respetar el lugar donde mis padres deberían descansar sin tener alguna perturbación. Pero, eso es algo que ellos no parecen entender o en el peor de los casos, respetar.

— Day…

— Saca a tu perra y tu espectáculo barato d