Si algo puedo concluir desde que estamos hablando y siendo tan… cercanos, es que Ryan es un hombre lujurioso que todo lo relaciona con sexo, algo que me cuesta acostumbrarme, pero, tengo que hacerlo, después de todo, es mi esposo, con quien viviré a partir de ahora.
‘¿Qué locura estás pensando, Day? No pienses en él como tu esposo. Él solo es un anciano molesto con el que me han obligado a casarme.’ Me digo mentalmente mientras soy cargada por ese anciano que huele bien.— Daría todo mi dinero por saber qué es lo que piensas, Day. Deseo tanto saber lo más mínimo de ti, que sería capaz de vender todo mi patrimonio por saber ello.— Entonces, ¿Cómo vas a darme una buena vida?— Tranquila, sé trabajar duro, en menos de seis meses tendrías una gran casa en la cual vivir. — dice Ryan dulcificando su voz.AunqueIntento moverme, pero, no es posible, aunque busque la manera de alejarme de su cuerpo, lo único que siento en su cuerpo firme presionando el mío y su mano grande que cubre mi boca y parte de mi cuello, me impiden hablar.El miedo me invade por lo que pueda hacerme, después de todo, no sé cómo reaccionar ante mi ofensa, pero, mi duda, lentamente desaparece, cuando su mano se aleja de mi boca y una nueva prisión nace.Sus labios, me roban la posibilidad de gritar y sus manos, se concentran en agarrar con fuerzas mis manos y colocarlas sobre mi cabeza, para unirlas y así, mantenerme atada con una sola mano.Con su mano libre, acaricia mi cuerpo y yo intento alejarme de su cuerpo, pero, algo hace que me quede inmóvil. Mentalmente, niego ante la posibilidad de que él este desnudo. Pero, al saber que Ryan es capaz de eso, no me muevo.Sus labios, me poseen completamente y yo imploro que esta tortura se aca
Sus palabras son molestas, porque mi cuerpo reacciona a ella, mientras mi mente me dice que tome las cosas con calma o podría terminar en silla de ruedas. Algo que me parece ilógico, pero, con lo rudo que ha sido tocándome y mordiéndome, no lo pongo por duda.— Ryan, ¿Qué me estás haciendo? No me gustas, entonces, ¿Por qué estoy ansiosa por recibirte? — pregunto angustiada.— Te gusta cómo te toco, cuando lo hago, no soy un hombre mayor que tú y tampoco puedes pensar que esta unión fue una imposición de tu padre. Por eso, permites que te toque.>> Entiendo que no quieras estar conmigo, porque fuiste coaccionada a eso, pero, quiero que comprendas que aunque lo tuyo fue por obligación, lo mío fue por amor. Aunque seas una niña mentalmente, eres la mujer que amo.— Ryan…— Tú me conociste en la fiesta
Horas despuésLa incomodidad, me despierta. No sé en qué momento me he quedado dormida, pero, por la luz en la habitación, ya se dé día. Aturdida, busco la fuente de mi malestar, por eso, noto un gran brazo que me rodea la cintura.Con cuidado, tomo su mano y él se mueve levemente causando que sienta la verdadera razón de mi incomodidad. Ya que, algo duro, golpea mi espalda. Sabiendo que es, trago duro y con cuidado, alejo su brazo de mí con la intención de salir de la cama.Su brazo, pesa demasiado, por eso, me cuesta moverlo al punto de que sudo bastante con ello. Pero, para mi fortuna, cuando ya lo he levantado y movido un poco, él se aleja de mí y con él se lleva su brazo.‘Al menos me ahorro un arduo trabajo.’ Me digo mentalmente.Suspiro profundo y me giro hacia el hombre que duerme a mi lado, de inmediato, cubro mi boca y cierro mis ojos, deseando qu
Los guardaespaldas acatan mi orden y encienden el auto para marcharse solo conmigo. Por eso, suspiro aliviada al ver como Ryan solo observa el auto marchándose, mientras sonríe con malicia.‘Este hombre es un demonio lujurioso, ¿Por qué mi padre me casó con él?’ me pregunto mentalmente.Trago duro al ver su mirada firme y me giro para sentirme a salvo al no ver al hombre del que huyo. Aunque eso hace que me preocupe por algo más y es: ¿A dónde voy? ¿Cómo podré regresar a casa?— Disculpen, ¿saben a dónde vamos?— Sí, señora Volkova.— Me llamo Day Creswell. — les recuerdo y ellos me observan por breves segundos.— En la familia del señor, la mujer pierde su apellido de soltera y toma el de su esposo. Así que, desde que se casó, es la señora Volkova. — explica el copilo
De inmediato, miro a mi alrededor en busca de una ruta de escape, pero, no estoy en el asiento de conductor para marcharme y tampoco sé a dónde irme. Por lo que, lo único que puedo hacer es abrir la puerta en el lado donde Ryan no está para correr.Pero, antes de poder salir, Ryan abre la puerta y coloca sus manos en mis piernas, impidiéndome salir del auto.— ¡Ryan! — grito mientras intento alejarme de él.— Todos afuera. — ordena Ryan y los dos chicos se marchan rápidamente del auto, dejándome sola con el hombre que no solo me deja en el auto, si no que, sube a mi cuerpo.Sus manos toman las mías y las deja por encima de mi cabeza, por lo que, intento abrir la puerta que tocan mis manos, pero, por más que quiero abrirlo, no puedo hacerlo. Por lo que, me giro para enfrentarlo, pero, mis labios son atacados salvajemente por él.Intento alejarme de
Su mano se coloca en mi brazo y lo mueve suavemente causando una descarga eléctrica que me hace retroceder con temor. Porque sé cómo se comporta mi cuerpo cuando él me toca.— ¿Sabes que es lo que tanto me gusta de ti, Day?— ¿Qué es? — pregunto, aunque lo que debería hacer es huir lejos de él, la curiosidad hace que me gire y espere su respuesta.— Como eres y como tu cuerpo reacciona a mi toque. Por años, estuve soñando esto, pero, nada se compara con lo que imaginé, porque ni siquiera en mis sueños más locos, pensé que serias tan receptiva a mis toques.— Soy virgen, Ryan. Es normal que reaccione demasiado cuando nadie me ha tocado así.— Y nadie más lo hará, porque eres mía, Day. No permitiré que lo que ahora tengo, me sea arrebatado.— Me tienes, Ryan. Soy tu esposa, pe
Aunque no quiero salir de la habitación, ya estoy aburrida y con hambre, por lo que, salgo de esta en busca de comida. Sin embargo, por mucho que recorro la casa sin llegar a la sala, no puedo encontrar la cocina.— Day, si tienes hambre, ven a la sala, sabes donde esta, la cocina está pasando la sala. — dice la voz de Ryan que se escucha con fuerzas por toda la casa.— Debes estar bromeando— Deja de jugar al ratón perdido, cariño. Aunque es divertido verte caminar de un lado al otro, prefiero verte directamente. — dice Ryan y yo muerdo mi labio con enojo.‘He sido su burla y yo he permitido que eso sea posible. He hecho lo que él esperaba, que tonta he sido.’ Me digo mentalmente.Decidida, camino de un lado al otro, pero, no hay una respuesta que me permita comer sin que me encuentre con él, por lo que, sabiendo que Ryan es un hombre que debo enfrentarlo, camino hacia la sa
Trago duro y asiento, sabiendo que no puedo bromear con un viejo zorro y eso, solo hace que Ryan sonría complacido e incluso, se atreva a acariciar mi cabeza, como si intentará contentar a un perro.— Que buena chica. — dice Ryan y yo golpeo su mano.— No soy un perro, para que me trates así. Ahora, cocina rápido, tengo hambre y también, quiero salir a recorrer la ciudad. — digo con frialdad.— Como ordenes, esposa. — dice Ryan girándose para tomar los ingredientes.Nuevamente, tomo el pan porque no pienso perderme de dicho placer, solo por su interrupción y es comiendo este que observo el cuerpo de Ryan. Su espalda es ancha, al no tener una camisa, me permite ver cada musculo que hay incluso en su cuello.‘¿Cómo es posible que un hombre tenga músculos firmes en su cuello?’ me pregunto mentalmente.Todo su cuerpo es ancho y grueso, ni si