Aunque no quiera sorprenderme, no me es posible por ver cómo reacciona Ryan con esa mujer y lo que me ha dicho. Al ver su expresión sombría con ella y su mirada pervertida conmigo, es entendible quien es de su agrado.
Lo que no es comprensible es: ¿Por qué trata tan mal a una mujer famosa como Katherine? Además, ¿Por qué ella llega hasta este punto solo para ser despreciada? ¿Qué pasa entre ellos?El helicóptero comienza a moverse y Ryan es quien me abrocha los cinturones y confirma que todo esté bien, como si él supiera perfectamente como hacer ello. Incluso, habla con el piloto en un idioma que no entiendo, pero, e escucha magnifico en mis oídos.El helicóptero se eleva y yo me aferro a mi asiento, mientras escucho música en unos audífonos que Ryan me ha colocado. La música me relaja y cuando ya me siento tranquila, miro a mi alrededor, disfrMe congelo en mi lugar, eso no lo esperaba de su parte, ya que, me dijo que no golpeaba a mujeres, pero, más que eso, me quedo inmóvil porque no me esperaba esa reacción de mi cuerpo.‘¿Acaso me he convertido en una pervertida?’ me pregunto mentalmente preocupada.Ryan se detiene cuando entramos al avión y me coloca suavemente en el suelo, donde me observa curioso, mientras yo intento recuperarme de ese malestar en mi intimidad, uno que no había tenido en el pasado, bueno, no lo había experimentado sin besos ardientes.— Day, ¿te sucede algo?— Me has pegado. — susurro aturdida.Ryan intenta acercarse a mí y yo retrocedo de inmediato, asombrada por todo lo que experimenta mi cuerpo.— Eso no es pegarte, Day. Es nalguearte suavemente, para que entiendas mi orden.— Sí, claro. Ya te he creído.— No necesitas creerme, pero,
Si algo puedo concluir desde que estamos hablando y siendo tan… cercanos, es que Ryan es un hombre lujurioso que todo lo relaciona con sexo, algo que me cuesta acostumbrarme, pero, tengo que hacerlo, después de todo, es mi esposo, con quien viviré a partir de ahora.‘¿Qué locura estás pensando, Day? No pienses en él como tu esposo. Él solo es un anciano molesto con el que me han obligado a casarme.’ Me digo mentalmente mientras soy cargada por ese anciano que huele bien.— Daría todo mi dinero por saber qué es lo que piensas, Day. Deseo tanto saber lo más mínimo de ti, que sería capaz de vender todo mi patrimonio por saber ello.— Entonces, ¿Cómo vas a darme una buena vida?— Tranquila, sé trabajar duro, en menos de seis meses tendrías una gran casa en la cual vivir. — dice Ryan dulcificando su voz.Aunque
Intento moverme, pero, no es posible, aunque busque la manera de alejarme de su cuerpo, lo único que siento en su cuerpo firme presionando el mío y su mano grande que cubre mi boca y parte de mi cuello, me impiden hablar.El miedo me invade por lo que pueda hacerme, después de todo, no sé cómo reaccionar ante mi ofensa, pero, mi duda, lentamente desaparece, cuando su mano se aleja de mi boca y una nueva prisión nace.Sus labios, me roban la posibilidad de gritar y sus manos, se concentran en agarrar con fuerzas mis manos y colocarlas sobre mi cabeza, para unirlas y así, mantenerme atada con una sola mano.Con su mano libre, acaricia mi cuerpo y yo intento alejarme de su cuerpo, pero, algo hace que me quede inmóvil. Mentalmente, niego ante la posibilidad de que él este desnudo. Pero, al saber que Ryan es capaz de eso, no me muevo.Sus labios, me poseen completamente y yo imploro que esta tortura se aca
Sus palabras son molestas, porque mi cuerpo reacciona a ella, mientras mi mente me dice que tome las cosas con calma o podría terminar en silla de ruedas. Algo que me parece ilógico, pero, con lo rudo que ha sido tocándome y mordiéndome, no lo pongo por duda.— Ryan, ¿Qué me estás haciendo? No me gustas, entonces, ¿Por qué estoy ansiosa por recibirte? — pregunto angustiada.— Te gusta cómo te toco, cuando lo hago, no soy un hombre mayor que tú y tampoco puedes pensar que esta unión fue una imposición de tu padre. Por eso, permites que te toque.>> Entiendo que no quieras estar conmigo, porque fuiste coaccionada a eso, pero, quiero que comprendas que aunque lo tuyo fue por obligación, lo mío fue por amor. Aunque seas una niña mentalmente, eres la mujer que amo.— Ryan…— Tú me conociste en la fiesta
Horas despuésLa incomodidad, me despierta. No sé en qué momento me he quedado dormida, pero, por la luz en la habitación, ya se dé día. Aturdida, busco la fuente de mi malestar, por eso, noto un gran brazo que me rodea la cintura.Con cuidado, tomo su mano y él se mueve levemente causando que sienta la verdadera razón de mi incomodidad. Ya que, algo duro, golpea mi espalda. Sabiendo que es, trago duro y con cuidado, alejo su brazo de mí con la intención de salir de la cama.Su brazo, pesa demasiado, por eso, me cuesta moverlo al punto de que sudo bastante con ello. Pero, para mi fortuna, cuando ya lo he levantado y movido un poco, él se aleja de mí y con él se lleva su brazo.‘Al menos me ahorro un arduo trabajo.’ Me digo mentalmente.Suspiro profundo y me giro hacia el hombre que duerme a mi lado, de inmediato, cubro mi boca y cierro mis ojos, deseando qu
Los guardaespaldas acatan mi orden y encienden el auto para marcharse solo conmigo. Por eso, suspiro aliviada al ver como Ryan solo observa el auto marchándose, mientras sonríe con malicia.‘Este hombre es un demonio lujurioso, ¿Por qué mi padre me casó con él?’ me pregunto mentalmente.Trago duro al ver su mirada firme y me giro para sentirme a salvo al no ver al hombre del que huyo. Aunque eso hace que me preocupe por algo más y es: ¿A dónde voy? ¿Cómo podré regresar a casa?— Disculpen, ¿saben a dónde vamos?— Sí, señora Volkova.— Me llamo Day Creswell. — les recuerdo y ellos me observan por breves segundos.— En la familia del señor, la mujer pierde su apellido de soltera y toma el de su esposo. Así que, desde que se casó, es la señora Volkova. — explica el copilo
De inmediato, miro a mi alrededor en busca de una ruta de escape, pero, no estoy en el asiento de conductor para marcharme y tampoco sé a dónde irme. Por lo que, lo único que puedo hacer es abrir la puerta en el lado donde Ryan no está para correr.Pero, antes de poder salir, Ryan abre la puerta y coloca sus manos en mis piernas, impidiéndome salir del auto.— ¡Ryan! — grito mientras intento alejarme de él.— Todos afuera. — ordena Ryan y los dos chicos se marchan rápidamente del auto, dejándome sola con el hombre que no solo me deja en el auto, si no que, sube a mi cuerpo.Sus manos toman las mías y las deja por encima de mi cabeza, por lo que, intento abrir la puerta que tocan mis manos, pero, por más que quiero abrirlo, no puedo hacerlo. Por lo que, me giro para enfrentarlo, pero, mis labios son atacados salvajemente por él.Intento alejarme de
Su mano se coloca en mi brazo y lo mueve suavemente causando una descarga eléctrica que me hace retroceder con temor. Porque sé cómo se comporta mi cuerpo cuando él me toca.— ¿Sabes que es lo que tanto me gusta de ti, Day?— ¿Qué es? — pregunto, aunque lo que debería hacer es huir lejos de él, la curiosidad hace que me gire y espere su respuesta.— Como eres y como tu cuerpo reacciona a mi toque. Por años, estuve soñando esto, pero, nada se compara con lo que imaginé, porque ni siquiera en mis sueños más locos, pensé que serias tan receptiva a mis toques.— Soy virgen, Ryan. Es normal que reaccione demasiado cuando nadie me ha tocado así.— Y nadie más lo hará, porque eres mía, Day. No permitiré que lo que ahora tengo, me sea arrebatado.— Me tienes, Ryan. Soy tu esposa, pe