Narra Day
Todo me parece una pesadilla, hasta que despierto y me encuentro en el mismo hospital donde perdí el conocimiento. Sabiendo donde buscar, corro implorando que solo sea un susto que mi padre me quiere hacer vivir, para que me porte bien.Pero, cuando escucho que están mencionando la hora de muerte, la realidad me golpea con fuerzas y yo me aferro a mi propio cuerpo para no derrumbarme. Las dos personas que creí serias, me observan con dolor y yo camino directamente hacia el hombre que no despierta.— Padre, tu hija rebelde está aquí, por favor, abre tus ojos. Yo seré buena, no te haré sentir molestias a partir de ahora, pero, por favor, abre tus ojos, tu niña está aquí. La niña de tus ojos está contigo, por favor, abre los ojos.— Señora… por favor. — dice alguien intentando tocarme.— ¡Que nadie me toque o juro que los matNadie más vuelve a molestarme, por lo que, lloro hasta que ya me quedo sin energía para hacerlo de forma audible. Por eso, solo mis lágrimas siguen saliendo de mis ojos, mientras yo acaricio su mano ya fría.Lo estoy viendo, es un hecho, pero, ¿Cómo puedo procesar esta información cuando me engañaron tan bien que lo hacía en la empresa trabajando? ¿Cómo es posible que un mensaje donde dice que está en la empresa, cambie a su muerte en un hospital ubicado a más de quince mil kilómetros.— Señora, necesitan llevárselo. Ya es momento. — dice un enfermero.— Llévenme con él, no quiero separarme de mi padre. — digo de inmediato— Ya no es posible, por favor, ayúdennos a que no sea difícil, si no, tendremos que medicarla. — dice el enfermero y yo me levanto para acariciar el rostro pálido
Quiero golpearlo por ello, mi padre ha muerto con un apellido que no le pertenecía y todo eso, lo hicieron para que yo no me diera cuenta de lo que sucedía, hasta que fue demasiado tarde. Por eso, estamos en este problema.— ¿En dónde puedo confirmar que mi padre se llama Mario Creswell y no Franz? — le pregunto al señor con el que hablaba.— Day…— No. De ti lo único que quiero es el maldito divorcio. Nada más. — digo con frialdad.— Bueno, puede hablar con la administración del hospital y confirmar su relación con la persona fallecida. Si tiene su documentación real, no sería un problema. — dice el médico forense.— Iré a hacer eso, mientras estoy lejos de aquí, solicito que nadie más además de mi entre a ver a mi padre. Soy su único familiar y como tal, no quiero que mi padre sea una
Por más que intentara comprender que sucede, no me es posible, porque lo que ahora me ha dicho el señor Walter, es tan grave que debió mostrar algún síntoma y yo solo vi agotamiento en mi padre cuando me encontró después de cuatro días desaparecida.— ¿Cómo es posible que una enfermedad tan violenta se haya mostrado tan tarde? — pregunto preocupada.— Los síntomas estaban presentes, pero, el señor Creswell solo se medicaba por su cuenta, mientras continuaba trabajando, justificando sus malestares a el agotamiento del trabajo.>> Pero, el cuerpo no pudo más y por eso, terminó desplomado en una reunión con su asistente. Rápidamente, lo llevamos al doctor y fue allí que nos dieron la noticia. En ese mismo instante, su padre debía ser internado, pero, no lo quiso.— ¿Por qué no permitiría algo
Intento procesar toda la información que me ha dado el señor Walter y solo puedo llorar, al punto que mi cabeza empieza a doler y el mareo aparece causando que me tambalee. Por fortuna, el señor Walter se mueve rápido impidiendo que me caiga.— ¿Se encuentra bien? — pregunta el señor Walter.— Siento que es demasiado para procesar. Pero, tengo que hacerlo. Gracias por decirme todo esto. Ahora las fichas del rompecabezas se han unido gracias a su información. — digo levantándome de la silla.— Comprendo que es demasiado pedir, pero, ¿puede dejar que me haga cargo de su traslado? Fue mi jefe por más de treinta años, me gustaría ser parte de su sepultura. — dice el señor Walter y yo asiento.Sería demasiado descarado de mi parte, alejarlo completamente de mí, cuando al final intentó proteger a mi padre tanto como fue pos
El tiempo pasa y todo se vuelve un caos, al punto que varias personas corren a la bodega donde me encuentro con mi padre. Apenas me ven, anuncian que me han encontrado, por lo que, confirmo que tanto ruido antes, era porque no sabían dónde estaba.— ¡Maldición, Day! ¡Casi haces que me muera…! — dice Hanna y de inmediato, cubre su boca al comprender su error.— Morir no es así de sencillo, porque si uno pudiera morir del susto, yo habría muerto hace rato por la sorpresa de conocer que mi padre ha muerto. — susurro.— Lo siento, no tengo filtro en mi boca. No lo volveré a decir.— No importa. Ya no importa. — susurro.Todo queda en silencio, nadie se atreve a acercarse a mí y por eso, es Hanna quien lo hace con miedo de arruinarlo todo.— Amiga, debemos aterrizar. Necesitas volver a tu asiento.— Déjame aquí.&m
Narra RyanHe intentado mantenerme lejos de Day, porque sé que mi presencia le molesta más porque yo también la engañé e impedí que viera a su padre, pero, la realidad es que no puedo seguir ocultándome mientras escucho cuanto sufre.Así que, si debe centrar su dolor en un odio hacia mí, lo aceptó. Si ese es el precio que debo pagar por mentirle a mi esposa, lo aceptaré. Así que, dejo que me golpee y desee mi muerte, sabiendo que así puede concentrarse en maldecirme y no ve como su padre entra al horno.— Es mi culpa. Lo sé, es mi culpa que esto suceda — digo intentando controlar mi llanto, pero, no me es posible.Por años, he escuchado que los hombres no lloran y menos si su familia está sufriendo, pero, no puedo cumplir con eso, cuando estoy despidiéndome de Mario Creswell, un buen socio de negocios, pero, un terrible suegro.<
Me muevo rápidamente, sintiendo que esta es una carrera contra el reloj que no puedo perder. Esta vez, no puedo perder a mi hijo, un dolor así no podría soportarlo una segunda vez. Por lo que, llego a la propiedad y apenas detengo del auto, bajo y e intento entrar en la mansión.Las puertas están completamente bloqueadas, por lo que, golpeo con fuerzas para que alguien me abra la puerta. Porque mi única esperanza es que la casa tenga sus luces apagadas, porque ella quiere estar a oscuras en estos momento.— ¡Abran la puerta, por favor! — grito golpeando una y otra vez.Al ver que nadie me habla, miro a mi alrededor, buscando una sola manera para entrar en la casa. Como Day no me dio llaves de alguna parte de la propiedad Creswell, debo recurrir a la violencia y por eso, golpeo con mi codo una de las ventanas de la sala.El vidrio romperse, comienza a escucharse, pero, poco me importa ello. Mientras entro
Aunque no quiero prestarle atención a Nina, sus palabras finales me impiden ignorarla completamente, porque está relacionada con la salud de mi esposa. Así que, respiro profundo e intento calmarme.— Disculpe, señor, ¿puedo tratar su herida? Parece seria. — dice una enfermera que se acerca a mí.— No, estoy bien. solo deme un algo para cubrirla, no quiero que mi esposa se asuste con la sangre.— Pero…— Olvídelo, ire a buscar a mi esposa ahora. — digo de inmediato.— No creo que deberías…— Ryan… — dice una voz apagada que reconocería aunque perdiera la memoria.Mi mirada se centra en la mujer que camina con su suero intravenoso conectado a su brazo. Su rostro se ve muy pálido y ella parece tan débil que tengo miedo correr y que la brisa que causarían mis movimientos, fuera la brisa que borra