Narra Ryan
He intentado mantenerme lejos de Day, porque sé que mi presencia le molesta más porque yo también la engañé e impedí que viera a su padre, pero, la realidad es que no puedo seguir ocultándome mientras escucho cuanto sufre.Así que, si debe centrar su dolor en un odio hacia mí, lo aceptó. Si ese es el precio que debo pagar por mentirle a mi esposa, lo aceptaré. Así que, dejo que me golpee y desee mi muerte, sabiendo que así puede concentrarse en maldecirme y no ve como su padre entra al horno.— Es mi culpa. Lo sé, es mi culpa que esto suceda — digo intentando controlar mi llanto, pero, no me es posible.Por años, he escuchado que los hombres no lloran y menos si su familia está sufriendo, pero, no puedo cumplir con eso, cuando estoy despidiéndome de Mario Creswell, un buen socio de negocios, pero, un terrible suegro.<Me muevo rápidamente, sintiendo que esta es una carrera contra el reloj que no puedo perder. Esta vez, no puedo perder a mi hijo, un dolor así no podría soportarlo una segunda vez. Por lo que, llego a la propiedad y apenas detengo del auto, bajo y e intento entrar en la mansión.Las puertas están completamente bloqueadas, por lo que, golpeo con fuerzas para que alguien me abra la puerta. Porque mi única esperanza es que la casa tenga sus luces apagadas, porque ella quiere estar a oscuras en estos momento.— ¡Abran la puerta, por favor! — grito golpeando una y otra vez.Al ver que nadie me habla, miro a mi alrededor, buscando una sola manera para entrar en la casa. Como Day no me dio llaves de alguna parte de la propiedad Creswell, debo recurrir a la violencia y por eso, golpeo con mi codo una de las ventanas de la sala.El vidrio romperse, comienza a escucharse, pero, poco me importa ello. Mientras entro
Aunque no quiero prestarle atención a Nina, sus palabras finales me impiden ignorarla completamente, porque está relacionada con la salud de mi esposa. Así que, respiro profundo e intento calmarme.— Disculpe, señor, ¿puedo tratar su herida? Parece seria. — dice una enfermera que se acerca a mí.— No, estoy bien. solo deme un algo para cubrirla, no quiero que mi esposa se asuste con la sangre.— Pero…— Olvídelo, ire a buscar a mi esposa ahora. — digo de inmediato.— No creo que deberías…— Ryan… — dice una voz apagada que reconocería aunque perdiera la memoria.Mi mirada se centra en la mujer que camina con su suero intravenoso conectado a su brazo. Su rostro se ve muy pálido y ella parece tan débil que tengo miedo correr y que la brisa que causarían mis movimientos, fuera la brisa que borra
Intento observar que es lo que piensa ella exactamente, porque no me parece lógico que sabiendo de su embarazo, quiera divorciarse del padre de su hijo, pero, ella está muy seria para decir que es una broma.— Day…— Entiendo lo que piensas, creerás que es una locura, porque al final, no es normal que una mujer embarazada de su esposo, pida el divorcio.— ¡Claro que sí! — grito molesto.— Controla tus emociones, por favor. Si no lo haces, tendré que irme. — dice ella con seriedad.El malestar me invade y realmente me cuesta mantenerme sentado porque lo que ella me está diciendo, más lo que me pide de acuerdo con mi reacción hace que sea demasiado para mí.Aunque pensé que lo mejor era obedecer sus peticiones para que no se altere, esto supera todo lo que podría aceptar para que este tranquila. Así que, salgo del auto, cami
El pánico se apodera de mí y yo tomo a mi esposa en brazos, para correr rumbo al ascensor, de donde veo a mis escoltas corriendo para ayudarme. Ellos presionan el botón para poder subir al primer piso, mientras yo veo su pecho con leve movimiento, mientras su rostro y brazos se mantienen lejos de mi campo visual.La puerta del ascensor se abren y de inmediato, soy auxiliado. Uno de los enfermeros, sostiene su cabeza, que había quedado prácticamente colgada de su cuerpo, porque por más que la intenté acomodar en mi pecho, no fue posible.— ¡¿Qué le hiciste?! — grita su amiga, mientras yo veo mis manos donde ella estaba hace solo segundos.— Yo… solo respondí la pregunta que me hizo. — digo en un susurro.— ¡Es mentira! ¡Algo le hiciste! — grita Nina golpeando con fuerzas mi pecho.Yo no me defiendo, porque realmente merezco todo d
La debilidad sigue en mi cuerpo. Escasamente puedo mantenerme despierta y la verdad, no sé si hacerlo sea buena idea. Después de todo, estar despierta me hace recordar que estoy sola y que mi padre, ya es cenizas de lo que una vez fue un cuerpo cálido.— Todo ha pasado tan rápido. — susurro.— Amiga…— Deberías ir a casa, tu padre debe estar preocupado por ti.— Ya se enteró de la noticia, le informé que estoy contigo y no me dijo algo más. — dice Hanna.— Entiendo. Gracias por quedarte.— Es mi lugar, Day. Nina y yo estaremos a tu lado en todo lo que necesites. — dice Hanna y yo asiento.No tengo ánimo de hablar, estoy tan agotada y los mareos aparecen en cualquier momento aun estando acostada, que no me siento con ánimo para hablar o hacer algo tan simple como levantarme. Por eso, solo me quedo en silencio mirando el
La tensión aún se siente en la habitación, pero, al menos no hay ruido molesto fuera de este lugar. Así que, al menos en eso ha mejorado, como también, ha mejorado la agresividad de Ryan que se concentra en lo que hace la doctora y quizás, eso le ha dado una mirada anhelante y cero agresividad.— Ya está todo listo, por favor, futuro padre, colóquese al lado de su esposa. — pide la doctora y yo la observo seriamente.— No tan cerca, Ryan. — digo mirando a la doctora.— Está bien. — dice él.La doctora coloca el instrumento frio e invasivo en mi interior y yo agradezco no pasar por algo así desde años atrás, porque realmente es bastante incómodo.— Solo será un poco de molestia para ver a los bebés. — dice la doctora y yo abro los ojos sorprendida.— ¡¿Qué ha dicho?! &mda
La doctora se marcha y yo me levanto para poder colocarme la ropa interior, pero, Ryan de inmediato se muestra alarmado y levanta un poco las manos en señal de algo, con su mirada de pánico.— ¡No te bajes! ¡Si necesitas algo puedo buscarlo por ti!— No, gracias. — digo intentando bajarme, pero, él continúa impidiéndomelo.— Day, entiendo que quieras estar lejos de mí, pero, debes tomar en cuenta que esto es por el bien de los bebés.— Ryan, voy a ponerme mi ropa interior.Ryan mira a mi alrededor y toma mi ropa interior de un cajón en la pequeña mesa, para caminar hacia mí con la ropa interior.— Yo te ayudo.— Ryan, por favor, yo puedo hacer esto sola no va a matarme o a los bebés. — digo molesta.— ¡No digas eso, Day! ¡Por favor, no menciones la muerte relacionándolo con los beb&ea
Como humanos, creemos que para depender de alguien esta persona debe darte algo, pero, incluso en lo que no da hace falta. Mi padre no me daba el tiempo de calidad como padre, porque siempre estaba trabajando.Pero, ahora que sé que no estará, que ni siquiera sus mensajes diciéndome que está ocupado trabajando o ‘de vacaciones’ me siento muy mal. Todo el tiempo en el que no estuvo a mi lado y lo culpé de ello, me parecen anhelantes, porque al menos sabía que aunque fuera una vez a la semana lo vería.Ahora no será así. Aunque le escriba, no responderá, si me escapo, no va a buscarme, si Ryan me trata mal, no lo llamará a insultarlo. Mi padre ya no volverá, no lo hará en una semana, un mes o un año.Entonces, esta vez es diferente, porque aunque se la pasaba trabajando en la empresa o en viajes de negocios, volvía a mí y ahora, no volverá.