Por más que intentara comprender que sucede, no me es posible, porque lo que ahora me ha dicho el señor Walter, es tan grave que debió mostrar algún síntoma y yo solo vi agotamiento en mi padre cuando me encontró después de cuatro días desaparecida.
— ¿Cómo es posible que una enfermedad tan violenta se haya mostrado tan tarde? — pregunto preocupada.— Los síntomas estaban presentes, pero, el señor Creswell solo se medicaba por su cuenta, mientras continuaba trabajando, justificando sus malestares a el agotamiento del trabajo.>> Pero, el cuerpo no pudo más y por eso, terminó desplomado en una reunión con su asistente. Rápidamente, lo llevamos al doctor y fue allí que nos dieron la noticia. En ese mismo instante, su padre debía ser internado, pero, no lo quiso.— ¿Por qué no permitiría algoIntento procesar toda la información que me ha dado el señor Walter y solo puedo llorar, al punto que mi cabeza empieza a doler y el mareo aparece causando que me tambalee. Por fortuna, el señor Walter se mueve rápido impidiendo que me caiga.— ¿Se encuentra bien? — pregunta el señor Walter.— Siento que es demasiado para procesar. Pero, tengo que hacerlo. Gracias por decirme todo esto. Ahora las fichas del rompecabezas se han unido gracias a su información. — digo levantándome de la silla.— Comprendo que es demasiado pedir, pero, ¿puede dejar que me haga cargo de su traslado? Fue mi jefe por más de treinta años, me gustaría ser parte de su sepultura. — dice el señor Walter y yo asiento.Sería demasiado descarado de mi parte, alejarlo completamente de mí, cuando al final intentó proteger a mi padre tanto como fue pos
El tiempo pasa y todo se vuelve un caos, al punto que varias personas corren a la bodega donde me encuentro con mi padre. Apenas me ven, anuncian que me han encontrado, por lo que, confirmo que tanto ruido antes, era porque no sabían dónde estaba.— ¡Maldición, Day! ¡Casi haces que me muera…! — dice Hanna y de inmediato, cubre su boca al comprender su error.— Morir no es así de sencillo, porque si uno pudiera morir del susto, yo habría muerto hace rato por la sorpresa de conocer que mi padre ha muerto. — susurro.— Lo siento, no tengo filtro en mi boca. No lo volveré a decir.— No importa. Ya no importa. — susurro.Todo queda en silencio, nadie se atreve a acercarse a mí y por eso, es Hanna quien lo hace con miedo de arruinarlo todo.— Amiga, debemos aterrizar. Necesitas volver a tu asiento.— Déjame aquí.&m
Narra RyanHe intentado mantenerme lejos de Day, porque sé que mi presencia le molesta más porque yo también la engañé e impedí que viera a su padre, pero, la realidad es que no puedo seguir ocultándome mientras escucho cuanto sufre.Así que, si debe centrar su dolor en un odio hacia mí, lo aceptó. Si ese es el precio que debo pagar por mentirle a mi esposa, lo aceptaré. Así que, dejo que me golpee y desee mi muerte, sabiendo que así puede concentrarse en maldecirme y no ve como su padre entra al horno.— Es mi culpa. Lo sé, es mi culpa que esto suceda — digo intentando controlar mi llanto, pero, no me es posible.Por años, he escuchado que los hombres no lloran y menos si su familia está sufriendo, pero, no puedo cumplir con eso, cuando estoy despidiéndome de Mario Creswell, un buen socio de negocios, pero, un terrible suegro.<
Me muevo rápidamente, sintiendo que esta es una carrera contra el reloj que no puedo perder. Esta vez, no puedo perder a mi hijo, un dolor así no podría soportarlo una segunda vez. Por lo que, llego a la propiedad y apenas detengo del auto, bajo y e intento entrar en la mansión.Las puertas están completamente bloqueadas, por lo que, golpeo con fuerzas para que alguien me abra la puerta. Porque mi única esperanza es que la casa tenga sus luces apagadas, porque ella quiere estar a oscuras en estos momento.— ¡Abran la puerta, por favor! — grito golpeando una y otra vez.Al ver que nadie me habla, miro a mi alrededor, buscando una sola manera para entrar en la casa. Como Day no me dio llaves de alguna parte de la propiedad Creswell, debo recurrir a la violencia y por eso, golpeo con mi codo una de las ventanas de la sala.El vidrio romperse, comienza a escucharse, pero, poco me importa ello. Mientras entro
Aunque no quiero prestarle atención a Nina, sus palabras finales me impiden ignorarla completamente, porque está relacionada con la salud de mi esposa. Así que, respiro profundo e intento calmarme.— Disculpe, señor, ¿puedo tratar su herida? Parece seria. — dice una enfermera que se acerca a mí.— No, estoy bien. solo deme un algo para cubrirla, no quiero que mi esposa se asuste con la sangre.— Pero…— Olvídelo, ire a buscar a mi esposa ahora. — digo de inmediato.— No creo que deberías…— Ryan… — dice una voz apagada que reconocería aunque perdiera la memoria.Mi mirada se centra en la mujer que camina con su suero intravenoso conectado a su brazo. Su rostro se ve muy pálido y ella parece tan débil que tengo miedo correr y que la brisa que causarían mis movimientos, fuera la brisa que borra
Intento observar que es lo que piensa ella exactamente, porque no me parece lógico que sabiendo de su embarazo, quiera divorciarse del padre de su hijo, pero, ella está muy seria para decir que es una broma.— Day…— Entiendo lo que piensas, creerás que es una locura, porque al final, no es normal que una mujer embarazada de su esposo, pida el divorcio.— ¡Claro que sí! — grito molesto.— Controla tus emociones, por favor. Si no lo haces, tendré que irme. — dice ella con seriedad.El malestar me invade y realmente me cuesta mantenerme sentado porque lo que ella me está diciendo, más lo que me pide de acuerdo con mi reacción hace que sea demasiado para mí.Aunque pensé que lo mejor era obedecer sus peticiones para que no se altere, esto supera todo lo que podría aceptar para que este tranquila. Así que, salgo del auto, cami
El pánico se apodera de mí y yo tomo a mi esposa en brazos, para correr rumbo al ascensor, de donde veo a mis escoltas corriendo para ayudarme. Ellos presionan el botón para poder subir al primer piso, mientras yo veo su pecho con leve movimiento, mientras su rostro y brazos se mantienen lejos de mi campo visual.La puerta del ascensor se abren y de inmediato, soy auxiliado. Uno de los enfermeros, sostiene su cabeza, que había quedado prácticamente colgada de su cuerpo, porque por más que la intenté acomodar en mi pecho, no fue posible.— ¡¿Qué le hiciste?! — grita su amiga, mientras yo veo mis manos donde ella estaba hace solo segundos.— Yo… solo respondí la pregunta que me hizo. — digo en un susurro.— ¡Es mentira! ¡Algo le hiciste! — grita Nina golpeando con fuerzas mi pecho.Yo no me defiendo, porque realmente merezco todo d
La debilidad sigue en mi cuerpo. Escasamente puedo mantenerme despierta y la verdad, no sé si hacerlo sea buena idea. Después de todo, estar despierta me hace recordar que estoy sola y que mi padre, ya es cenizas de lo que una vez fue un cuerpo cálido.— Todo ha pasado tan rápido. — susurro.— Amiga…— Deberías ir a casa, tu padre debe estar preocupado por ti.— Ya se enteró de la noticia, le informé que estoy contigo y no me dijo algo más. — dice Hanna.— Entiendo. Gracias por quedarte.— Es mi lugar, Day. Nina y yo estaremos a tu lado en todo lo que necesites. — dice Hanna y yo asiento.No tengo ánimo de hablar, estoy tan agotada y los mareos aparecen en cualquier momento aun estando acostada, que no me siento con ánimo para hablar o hacer algo tan simple como levantarme. Por eso, solo me quedo en silencio mirando el