Como un par de buenos amigos charlaron un rato degustando el postre. La verdad no se dieron cuenta a qué horas terminaron de comer, tenían puesta toda su a tensión el uno sobre el otro. Como habían puesto las cartas sobre la mesa, y se habían confesado sus sentimientos, comenzaron abiertamente a mirarse con ternura, amor y anhelo. Rodrigo de pronto se quedó mirándola con sus ojos enamorados y le dijo:
—Nunca pensé encontrarte. —Le agarró la mano—. No dudes de mi amor Scarlet. — Ella agachó por un momento la mirada, después conectó sus ojos con los de Rodrigo.
—No dudo de tus sentimientos, solo te pido que nos demos un tiempo para conocernos más, sobre todo quiero que me conozcas, que sepas bien quien soy.
—Pero siento que te conozco de toda la vida, ya te dije, no me importa el pasado, solo anhelo un futuro para los dos. —Rodrigo le insistió tanto que Scarl
Mañana estaré subiendo un nuevo capítulo.
La semana de fin de año, Elena y Braulio estaban entusiasmados porque Jr. vendría a casa por algunos días, aunque ella no estaba muy conforme, pues quería que el niño se quedara en casa. Rodrigo le confesó a Scarlet la oposición que había hecho su familia en cuanto a que ella usurpara el lugar de Ángela. Ellos estaban en el parque con Jr. paseando al perro. Mientras el niño jugaba con la mascota, ellos se sentaron en una banca. —Comprendo a tu familia, a mí también me pareció que era una locura hacerme pasar por tu esposa. —Mas sin embargo lo has hecho mejor de lo que creí, de verdad parces que fueras su madre, y no me refiero que te parezcas a Ángela, sino que le das tanto amor, no sabes cuánto le agradezco al cielo por lo que haces por mi hijo. —Bueno, Jr. en verdad se gana el cariño de cualquiera. —¿Aún te parece que es una locura? —Creo que es algo extremo, pero lo hiciste para darle felicidad a tu hijo, eso es enormemente justific
Por la tarde el portero llamó a la casa anunciando que afuera estaba el señor Israelí Salvatierra.—Sí que pase. —Dijo Regina. Después con entusiasmo le informó a Rodrigo:—¿No te imaginas quién está por entrar?—Ni idea, ¿de quién se trata?—Tu primo Israel. —Los ojos de Rodrigo se pusieron como un par de platos.—¿Y a qué viene? —Preguntó con cierto tono de molestia pensando en Scarlet.—Me imagino que debe saber que tu estas aquí y viene a saludarte.—Si a lo mejor. —Él pensó en sus adentros:"Conozco muy bien a mi primo, seguro viene a verla a ella, porque para verme a mi puede hacerlo en México".El timbre sonó, Regina iba a abrir pero Rodrigo no la dejó:—Deja, yo voy. —Cuando abri&oac
Por la noche Scarlet tenía mucha tristeza, sus temores e inseguridades acerca de su relación con Rodrigo se habían agudizado, por ello sentía ganas de cortar la relación antes de que todo se hiciera más difícil para ambos, tenía claro que las cosas que Rodrigo pensaba que ella había hecho con los hombres durante el tiempo que trabajó como bailarina serían un gran tropiezo para que su relación perdiera avanzar sin percances.La verdad Scarlet no se sentía segura de que Rodrigo en verdad pudiera superarlo como lo aseguraba, no lo conocía del todo, pero si sabía el carácter que poseía, que era volátil y que se enojaba con facilidad. Su experiencia con él en Los Ángeles hablaba claramente de lo que él pensaba de las mujeres que trabajaban como lo hacía ella de bailarina nudista, y, aunque no dudaba de su amor, si dudaba qu
Elena mandó a decorar el jardín de la casa como si se fuera a realizar una fiesta infantil, quería recibir a Jr. con mucha alegría y mandó a llamar a todos los niños de la familia.Cuando Rodrigo y Jr. llegaron ya los estaban esperando en el jardín; casi todos los Salvatierra habían asistido y hasta algunos vecinos, incluyendo a Marina Ibáñez, la eterna amiga de Elena y llevó consigo a uno de sus nietos. Ella entró con su típico talante alegre y escandalosa saludando a todos los presentes. La dama caminaba con cierta dificultad.—¿Qué te sucedió? —Preguntó Elena.—Es que mis rodillas cada día las tengo más lesionadas.Cuando entraron el niño abrazó a Braulio.—Hola abuelito.—¿Cómo ha estado mi nietecito consentido?—Bien, el abuelo Alberto
Casi al anochecer Marina se sintió fatigada, entonces Juan Carlos se encargó de llevarla de regreso a su casa junto con los niños. Después que llegaron se encontraron con Gema, la hija de Marina.—¡Ya estás aquí hija! pensé que te quedarías más tiempo con tus amigas.—Fuimos al cine, después a comer, ya no teníamos más nada por hacer, cada quien se marchó a su casa. —Ella saludó a su primo—. ¿Cómo has estado Juan Carlos?—Bien, hoy pasé la tarde con Dayanita donde los Salvatierra.—¿Cómo vas con tu nueva vida de soltero?—Bien, a partir de hoy estaré viviendo aquí por un tiempo mientras está lista
Lucrecia mandó a llamar a cada uno de los sirvientes de la casa de los Salvatierra y los reunió en el jardín, después fue a la habitación de Elena y le avisó.—Señora ya están todos en el jardín como usted ordenó.—¿No falta ninguno?—Están todos los del turno el día de hoy, mañana tocará reunir al otro chofer y al otro portero.—Está bien Lucrecia.—Señora, ¿usted piensa decirles a todos que esa muchacha es prostituta?—Por supuesto que se los voy a decir, deben estar al tanto y permanecer muy alertas con los movimientos que esa mujer haga mientras permanezca en esta casa. ¿Por qué? ¿Acaso no estás de acuerdo?—Es que tengo entendido que el señor Rodrigo firmó un contrato con ella, y no sé si sea confidencial.&md
Rodrigo volvió a la sala y no encontró a Scarlet ni a su hijo. Entonces se imaginó que habían ido al jardín, aspiró con felicidad, como recibiendo el nuevo aire de alegría que impregnaba la casa con la llegada de Scarlet, aunque aún estaba algo molesto porque no había sido recibida como él lo hubiera deseado; de pronto comenzó a soñar por un momento, imaginándose casado con ella, todos los sirvientes tratándola como a una reina y Jr. muy feliz. Luego cayó en cuenta de lo que estaba pensando y le dio risa. "Ya hasta parezco un adolescente soñando tantas teorías. Pero no, no son tonterías, quiero hacerla mi esposa". Aun con esa sonrisa que le iluminaba el rostro decidió ir al jardín. Allí Scarlet y el niño estaban jugando con el perro. Los ojos de Rodrigo se encontraron con los de Scarlet, ella notó que él estaba muy feliz, entonces se apartó de Jr. y se acercó a él. —Nunca te había visto así. —¿Así cómo? —Te noto feliz, creo qu
Por la mañana Scarlet se levantó antes que todos y se alistó para el día. Rodrigo tenía planeado llevar a Jr. al colegio, intentaba que el niño tuviera la vida lo más normal que le fuera posible. Lalita la otra muchacha de la limpieza llegó a la habitación de Jr. para atenderlo pero Scarlet ya lo había levantado y se había hecho cargo de él. —Buenos días señorita, perdón, señora, yo soy Lalita. —Hola Lalita. —Vengo a ayudar al niño a alistarse para el colegio. —No se preocupe Lalita, mientras yo estoy en esta casa me haré cargo de atenderlo. —Si señorita, eh señora. Entonces me retiro a ayudar en la cocina. —Está bien. Jr. estaba casi listo cuando Rodrigo llegó a la habitación, estaba vesti