Por la tarde cuando hubo el chance de hablar a solas lo buscó:
—¿Éstas enojado conmigo?
—No, ¿por qué piensas que lo estoy?—Después de la práctica noté que cambió tu semblante, pensé que tal vez hice algo que no te agradó.—No tengo ninguna razón para enojarme contigo.—Dime entonces qué te sucede. —Él la tocó el hombro a Scarlet, después puso el lado externo de la mano sobre su mejilla, la miró con cierta nostalgia y le dijo:—Cuando ese momento llegue no te dejaré, me quedaré y pelearé contigo. —Ella se preocupó.—No quiero que estes aquí ese día, esta es mi guerra, no qPor la mañana Alejandro despertó y Scarlet ya no estaba en el camarote. Había salido temprano a caminar por la playa. Quería percibir al menos un poco de libertad. Cuando regresó él estaba desayunando, con un tono áspero le dijo:—Te demoraste en regresar, por eso debí comenzar a desayunar solo.—Lo siento, creí que dormirías un poco más.Ella se sentó a comer, después él le dijo:—Me llegó la invitación al brindis de fin de año del ramo inmobiliario en México; es la primera vez que asistiré como el presidente del grupo Alcázar, y todos quieren conocerte, entonces quiero que me acompañes. Solo que allí estará Rodrigo Salvatierra y no sé si tengas algún inconveniente con eso.Él lo preguntó para ob
Al anochecer Scarlet se percató que la maleta de Julio no estaba, bajó de la habitación y mandó a uno de los hombres a buscarla en el auto, como no la encontraron Alejandro por teléfono mandó a buscarla en el avión, pero esta se había quedado en el auto de Antonio en Miami; entonces Alejandro le dijo:—No está en el avión, posiblemente se perdió en el aeropuerto, ¿Quién se encargó de subirlas?—No lo sé porque me subieron al avión en cuanto bajé del auto.—Mañana temprano vas con mi mamá a una tienda y compras todo lo que el niño necesita.—Lo siento no podré acompañarte mañana, pero puedes comprar algunas cosas mientas tanto en tu mundo infantil, me gusta esa tienda porque traen ropa de Europa.Israel y Michael estaba
LuegoAdelaida le dijo a Scarlet:—Ven con nosotras y llamaremos a la policía.—No puedo, si Alejandro se entera matará a mi familia, uno de sus hombres me puede ayudar para que ellos escapen, ustedes llévense al niño y aumenten la seguridad, pero no le digan a nadie. Ella agarró un muñeco, lo envolvió en una manta y lo metió al coche.—Así puedo engañar a los hombres que están esperándome afuera y ganar tiempo mientras regreso a la cabaña que está como a una hora de aquí, creo que será suficiente para que ustedes busquen protección. Alejandro es un tipo muy peligroso, ni se imaginan cuánto. Por eso he callado todo este tiempo.Elena estaba muda, Adelaida con cara de compasión le dijo:—¿Qué pasará contigo?<
Alejandro llegó a la cabaña, tenía en su rostro un semblante duro.—¿Dónde está?—Encerrada en la habitación principal.—Vete, llévate a los demás y mata a los ineptos que perdieron de vista al escuincle.—¿Se quedará solo?—No los necesito.—Pero señor... —Alejandro alzó la voz.—Largo, no te necesito y tampoco a esos buenos para nada. —Los hombres de Alejandro se marcharon en dos camionetas.Alejandro fue a su auto y sacó de la valija un recipiente de combustible, con absoluta calma regresó a la cabaña, no tenía prisa, en su mente ya lo tenía planeado, él sabía perfectamente lo que deseaba hacer, y sabía cómo terminaría todo.
Ella seguía apuntándole mientras lo oía hablar. De imprevisto Alejandro sacó una pistola que tenía escondida en la cintura, antes que ella reaccionara le disparó en un hombro, Scarlet gritó y su arma cayó al suelo. Rodrigo ya estaba como a un kilómetro, cuando oyó el disparó corrió aún más, el caminoera un tanto difícilde recorrer, sintió desalentado su corazón previendo lo peor. Alejandro tomó el arma del suelo, le puso el seguro y la guardó donde antes tenía la otra.—En realidad no somos tal para cual, porque yo sí sé cómo y dónde disparar, en cambio tu solo planeaste apuntar a mi pecho; y no te culpo, es solo que no estas acostumbrada a matar. —Ella agarrándose el hombro porque le dolía lo miraba con recelo. Alejandro comenzó a acercarse, en su
Alejandro se apartó de ella como dos metros, de pronto sacó un bolsillo un frasco que contenía drogas, se tomó una píldora en seco y miró a Scarlet. Ella se sentó con esfuerzo y levantó su cara, cuando lo hizo vio que Alejandro le estaba apuntando con la pistola y jaló el gatillo, de inmediato le disparó en el estómago, se metió la pistola en la cintura y se acercó a ella. Se inclinó y la cargó; después se fue hacia las escaleras, aun con ella cargada se inclinó un poco y tomó el recipiente con combustible y subió corriendo. Rodrigo disparó a la cerradura de la puerta trasera pero esta tenía varias bisagras por dentro, entonces comenzó a darle golpes para derribarla.Alejandro dejó a Scarlet tirada en el piso de la habitación boca abajo y rápido le amarró las manos, aunque ella
Alejandro no estaba tan herido como Rodrigo, y por el efecto de la droga que consumió minutos antes tenía una fuerza y resistencia descomunal. Agarró al otro del cuello y comenzó a ahorcarlo con todas sus fuerzas impulsadas por el odio. Al poco tiempo Rodrigo ya no podía más, Alejandro lo tenía fuerte contra la pared y lo estaba asfixiando. Su rostro comenzó a cambiar de color; primero enrojeció, luego tomó una tonalidad color purpura y sus ojos parecían que se saldrían de sus orbes. Alejandro podía oír los pequeños sonidos que salían de su garganta, y eso lo alentaba aún más a matarlo. De pronto se oyó un disparó, Alejandro sintió que algo le quemó la piel al lado derecho de su vientre. Bajó la mirada, luego metió su mano por un momento y la sacó con los dedos untados de sangre; entonces levantó sus ojos aterrados y miró a Rodrigo; su ira aumentó ‹‹Mal nacido›› le dijo y lo agarró con más fuerza para ahorcarlo, R
Cuando el médico se lo permitió, Rodrigo fue a ver Scarlet, una enfermera lo llevo en silla de ruedas, pues él aun no podía caminar. —¿Cómo te sientes? —Preguntó él mientras le agarró la mano. —Mucho mejor. —Permanecieron el silencio, las cosas que habían sucedió, ninguno de los dos deseaba hablar de eso. —¿Y Jr.? —Preguntó con tristeza, creyendo que tal vez el niño ya no estaba —Jr. está en la casa, sobrevivió todo este tiempo, aunque este ha sido un año difícil para él, la enfermedad avanzó... mi niño ya no camina, le cuesta mover sus brazos, necesita asistencia para comer. —Scarlet entristeció. —Quería estar con él cuando todo eso le sucediera. —Lo sé, no tuviste la culpa de lo que pasó. Mi papá me dijo que Jr. está tan feliz con su hermanito, es un verdadero milagro que lo haya podido conocer. —De verdad es un milagro que aun siga viviendo.