Ella seguía apuntándole mientras lo oía hablar. De imprevisto Alejandro sacó una pistola que tenía escondida en la cintura, antes que ella reaccionara le disparó en un hombro, Scarlet gritó y su arma cayó al suelo. Rodrigo ya estaba como a un kilómetro, cuando oyó el disparó corrió aún más, el camino era un tanto difícil de recorrer, sintió desalentado su corazón previendo lo peor. Alejandro tomó el arma del suelo, le puso el seguro y la guardó donde antes tenía la otra.
—En realidad no somos tal para cual, porque yo sí sé cómo y dónde disparar, en cambio tu solo planeaste apuntar a mi pecho; y no te culpo, es solo que no estas acostumbrada a matar. —Ella agarrándose el hombro porque le dolía lo miraba con recelo. Alejandro comenzó a acercarse, en su
Alejandro se apartó de ella como dos metros, de pronto sacó un bolsillo un frasco que contenía drogas, se tomó una píldora en seco y miró a Scarlet. Ella se sentó con esfuerzo y levantó su cara, cuando lo hizo vio que Alejandro le estaba apuntando con la pistola y jaló el gatillo, de inmediato le disparó en el estómago, se metió la pistola en la cintura y se acercó a ella. Se inclinó y la cargó; después se fue hacia las escaleras, aun con ella cargada se inclinó un poco y tomó el recipiente con combustible y subió corriendo. Rodrigo disparó a la cerradura de la puerta trasera pero esta tenía varias bisagras por dentro, entonces comenzó a darle golpes para derribarla.Alejandro dejó a Scarlet tirada en el piso de la habitación boca abajo y rápido le amarró las manos, aunque ella
Alejandro no estaba tan herido como Rodrigo, y por el efecto de la droga que consumió minutos antes tenía una fuerza y resistencia descomunal. Agarró al otro del cuello y comenzó a ahorcarlo con todas sus fuerzas impulsadas por el odio. Al poco tiempo Rodrigo ya no podía más, Alejandro lo tenía fuerte contra la pared y lo estaba asfixiando. Su rostro comenzó a cambiar de color; primero enrojeció, luego tomó una tonalidad color purpura y sus ojos parecían que se saldrían de sus orbes. Alejandro podía oír los pequeños sonidos que salían de su garganta, y eso lo alentaba aún más a matarlo. De pronto se oyó un disparó, Alejandro sintió que algo le quemó la piel al lado derecho de su vientre. Bajó la mirada, luego metió su mano por un momento y la sacó con los dedos untados de sangre; entonces levantó sus ojos aterrados y miró a Rodrigo; su ira aumentó ‹‹Mal nacido›› le dijo y lo agarró con más fuerza para ahorcarlo, R
Cuando el médico se lo permitió, Rodrigo fue a ver Scarlet, una enfermera lo llevo en silla de ruedas, pues él aun no podía caminar. —¿Cómo te sientes? —Preguntó él mientras le agarró la mano. —Mucho mejor. —Permanecieron el silencio, las cosas que habían sucedió, ninguno de los dos deseaba hablar de eso. —¿Y Jr.? —Preguntó con tristeza, creyendo que tal vez el niño ya no estaba —Jr. está en la casa, sobrevivió todo este tiempo, aunque este ha sido un año difícil para él, la enfermedad avanzó... mi niño ya no camina, le cuesta mover sus brazos, necesita asistencia para comer. —Scarlet entristeció. —Quería estar con él cuando todo eso le sucediera. —Lo sé, no tuviste la culpa de lo que pasó. Mi papá me dijo que Jr. está tan feliz con su hermanito, es un verdadero milagro que lo haya podido conocer. —De verdad es un milagro que aun siga viviendo.
Cuando su madre le consiguió un teléfono, Scarlet le marcó a Antonio, de Estados Unidos la llamada se transfirió a México, él hombre entendió , ella le contó lo que sucedía con su hijo y los Alcázar. Tras escuchar todo, Antonio le dijo: —Sé cómo podemos convencerlos de realizar el estudio de ADN a tu hijo. —¿Cómo? —Prefiero no decírtelo por teléfono. —¿Puedes venir hoy mismo? —Sí, en cuanto vea una oportunidad iré. Por la noche Antonio llegó donde ella estaba, Scarlet no lo esperaba en ese momento y se sorprendió cuando lo vio atravesar la puerta. —¡No pensé que vendrías a esta hora! —Solo esperé a que estuviera sola. —De todos modos solo está madre conmigo. Ella quiso levantarse de la cama, él la ayudó y se quedaron junto a la ventana. Entonces ella le contó todo lo que sucedía y lo desesperada que se sentía.
Willy chantajeó a Braulio, el viejo estaba realmente ofendido, pero no le dio largas al asunto y le dio lo que pedía. —Aquí tiene lo que pidió, si lo que sucede con mi hijo sale a la luz pública me voy a encargar de hacerle la vida imposible. —No se preocupe ex suegro. Seré una tumba. —Usted es un sinvergüenza, después de que lo acogí en mi casa. —Luego me dejó en la calle, por eso me veo obligado a hacer este tipo de cosas. Después de ver a Braulio, Willy esperó en su casa que Antonella llegara, ya que ella era su cómplice. Riendo juntos contaron el dinero. —Esto me está gustando —Dijo Willy—. En menos de un mes obtuvimos varios millones con lo que Alejandro me dio y ahora Braulio. —La información vale dinero. Deberías pedirle también a Renato, a él tampoco le conviene que la gente se entere que su hijo tenia secuestradaa la esposade
Con el estudio de ADN no quedó duda alguna, el padre de Julio era Rodrigo, pero jurídicamente el niño seguía siendo hijo de Alejandro hasta que se comprobara ante la ley en Estados Unidos que todo era producto de un secuestro, y eso tardaría al menos un año. Andrea lloró mucho el día que devolvieron a Julio. Cargó al pequeño y le dio un beso antes de despedirse. Alexa intentó consolarla. —Lo siento tanto mamá. —Ya sé que no es mi nieto, pero siento como si me estuvieran arrancado un pedacito de Alejandro que aún me quedaba. Los Alcázar le entregaron el bebé a Scarlet en el bufete de Juan Carlos. Ella salió de allí con el bebé en sus brazos, Rodrigo, Elena y Braulio la estaban esperando en la mezzanina del edificio, todos lo cargaron, después fueron a la casa para que Jr. lo pudiera ver. Por la tarde Scarlet iba a regresar a su casa y Rodrigo se ofreció a llevarla, él estaba entusiasmado con su p
Así pasaron tres meses. Scarlet viajó a Estados Unidos por varias semanas, mediante las pruebas obtenidas se determinó el secuestro. El Divorcio y el matrimonio con Alejandro fueron anulados. Ella recuperó el apellido Salvatierra y Registró a su hijo con el apellido de su verdadero padre. Le pusieron Julio Armando, ya que Armando era el segundo nombre de Braulio. Así el niño portó el nombre de sus dos abuelos. De inmediato ella solicitó el divorció, era cuestión de semanas para que ambos firmaran los papeles y Rodrigo estaría libre para casarse con Antonella. De regreso llevó a Julio a casa de los Salvatierra, ese día Antonella no se encontraba en la ciudad. La familia celebró con un agasajo porque Julio ahora era un Salvatierra, ese día fueron Israel, su hermano y sus padres. También fueron Marina y Gema. Scarlet estaba feliz de haberse al fin librado del apellido Alcázar. Pero ahora era la señora Salvatierra, pero eso no duraría mucho.
Israel fue a la oficina de Rodrigo. —Ayer Michael y yo fuimos a la casa a ver a tu hijo, está precioso. —Gracias. —Israel suspiró y miró a Rodrigo de una forma extraña. —¿Qué sucede que me miras de esa manera? —Israel afincó el codo sobre el escritorio y acercó su cara a Rodrigo. —Michael y yo no podemos creer que Scarlet y tú teniendo todas las posibilidades de ser felices se nieguen el uno al otro. —¿Cuáles posibilidades? Las que habían ella decidió destruirlas. —Estoy seguro que ella te quiere. —Tú no estuviste ahí cuando ella me echó de su vida; prefirió refugiarse en los brazos de ese tal Antonio antes que en mí que se supone soy su esposo. Me dijo que él la ayudaría, que yo no podía hacerlo. —Tienes razonen gran parte, pero en todas las parejas suceden este tipo de cosas, y más cuando están pasando por una situación estresante como la que