Jr. al fin pudó regresar a casa tras pasar varias semanas internado en la clínica. La familia estaba feliz dentro de lo que cabía. Con los meses aprendieron a aceptar lo que antes les causaba terror; el avance de la enfermedad de Jr.
Lucrecia se inclinó para darle un beso al niño que estaba en su silla de ruedas.
—Me alegra mucho que hayas regresado a casa bebé. —El niño con afecto la abrazó. Después le preguntó a Rodrigo su podía ir al jardín a ver a Snap.—Por supuesto, vamos a ver a Snap que seguro debe estar Extrañándote. —Braulio intervino.—Rodrigo por qué mejor no dejas que Lucrecia y la enfermera lo lleven, tu deberías intentar dormir un poco.—Tu padre tiene razón. —Dijo Elena.Rodrigo subió a ducharse, puso a llenar la tina, su cuerpo estaba muy cansado,
No solo Alejandro notó el gran cambio de actitud de Scarlet, Chaustre también. Sabía que ella detestaba a Alejandro, y le pareció sospechoso que de pronto actuara como una mujer enamorada.Una tarde que Alejandro no se encontraba, Scarlet fue a nadar en la piscina de la casa, y Chaustre llegó donde ella se encontraba.Scarlet estaba sumergida y se dirigía como un delfín hacia la otra punta de la piscina. Cuando sacó su cabeza para respirar se encontró con el hombre, él estaba inclinado esperando por ella.—Chaustre, qué sorpresa, ¿vienes a bañarte? —Él metió la mano el el agua y la sacó llena, el agua se derramó.—No, solo he venido a hablar contigo.—Cómo qué deseas hablar? —Él volvió a tomar agua de la piscina, delante de ella, la mantuvo en el hueco de la mano hasta que toda se escurrió.—¿Ves como no pude mantenerla por mucho tiempo? te aseguro que lo que planeas en contra de Alejandro tampoco perdurará por mucho. —Scarlet tragó saliva, nadie
Por la noche Chaustre buscó a Alejandro que estaba solo en estudio.—Alejandro, quiero aclarar lo que sucedió con tu esposa.—Creo que no hay nada que aclarar. Los dos deben aprender a respetarse y a convivir. Por ahora me conformo si dejas de fastidiarla.—No la estaba fastidiando, ella exageró.—Algo debiste decirle para que se hubiera puesto tan furiosa. Me gustaría saber de qué se trata.—Está bien, fui algo rudo con ella, le advertí que no intentara nada contra ti.—¿Por qué lo hiciste? yo no te mandé.—Lo hice porque me preocupo por ti, y ella es una mentirosa.—¿Acaso crees que no lo sé?—Tal parece que no lo sabes.—Todas lo son.—Pero ella está usando sus encantos y te enamora... creo que intenta hacerte perder la razón, algo planea. —Alejandro lanz&o
Alejandro recibió su primera invitación a la celebración de fin de año del ramo inmobiliario; era un evento en donde todos los altos ejecutivos se encontraban y realizaban un brindis por los logros obtenidos y por las metas para el año siguiente.Él le enseñó la invitación a Chaustre.—Estoy aseguro que serás el centro de atención, todos hablan de los logros que has obtenido en los pocos meses que llevas dirigiendo el grupo.—No sabes cuanto he esperado este momento, al fin voy a restregarle mi éxito a Rodrigo en la cara. Quiero verlo sintiéndose un cero a la izquierda cuando note que todos desean congraciar conmigo y a él no lo tomen en cuenta para nada.—Yo estaré ahí para celebrar tu victoria.—Sí, tu vas a estar ahí acompañandome , pero hay alguien más que asistirá conmigo y me hará sentir aún más exitoso.—¿Quién? —Alejandro puso la mirada como de serpiente.—Pienso llevar a Ana Julia; voy a presentar a mi esposa ente toda la sociedad del ramo inmobil
Scarlet notó que Antonio estaba como molesto; después que salieron del salón y volvieron a casa él estaba distante de ella.Por la tarde cuando hubo el chance de hablar a solas lo buscó:—¿Éstas enojado conmigo?—No, ¿por qué piensas que lo estoy?—Después de la práctica noté que cambió tu semblante, pensé que tal vez hice algo que no te agradó.—No tengo ninguna razón para enojarme contigo.—Dime entonces qué te sucede. —Él la tocó el hombro a Scarlet, después puso el lado externo de la mano sobre su mejilla, la miró con cierta nostalgia y le dijo:—Cuando ese momento llegue no te dejaré, me quedaré y pelearé contigo. —Ella se preocupó.—No quiero que estes aquí ese día, esta es mi guerra, no q
Por la mañana Alejandro despertó y Scarlet ya no estaba en el camarote. Había salido temprano a caminar por la playa. Quería percibir al menos un poco de libertad. Cuando regresó él estaba desayunando, con un tono áspero le dijo:—Te demoraste en regresar, por eso debí comenzar a desayunar solo.—Lo siento, creí que dormirías un poco más.Ella se sentó a comer, después él le dijo:—Me llegó la invitación al brindis de fin de año del ramo inmobiliario en México; es la primera vez que asistiré como el presidente del grupo Alcázar, y todos quieren conocerte, entonces quiero que me acompañes. Solo que allí estará Rodrigo Salvatierra y no sé si tengas algún inconveniente con eso.Él lo preguntó para ob
Al anochecer Scarlet se percató que la maleta de Julio no estaba, bajó de la habitación y mandó a uno de los hombres a buscarla en el auto, como no la encontraron Alejandro por teléfono mandó a buscarla en el avión, pero esta se había quedado en el auto de Antonio en Miami; entonces Alejandro le dijo:—No está en el avión, posiblemente se perdió en el aeropuerto, ¿Quién se encargó de subirlas?—No lo sé porque me subieron al avión en cuanto bajé del auto.—Mañana temprano vas con mi mamá a una tienda y compras todo lo que el niño necesita.—Lo siento no podré acompañarte mañana, pero puedes comprar algunas cosas mientas tanto en tu mundo infantil, me gusta esa tienda porque traen ropa de Europa.Israel y Michael estaba
LuegoAdelaida le dijo a Scarlet:—Ven con nosotras y llamaremos a la policía.—No puedo, si Alejandro se entera matará a mi familia, uno de sus hombres me puede ayudar para que ellos escapen, ustedes llévense al niño y aumenten la seguridad, pero no le digan a nadie. Ella agarró un muñeco, lo envolvió en una manta y lo metió al coche.—Así puedo engañar a los hombres que están esperándome afuera y ganar tiempo mientras regreso a la cabaña que está como a una hora de aquí, creo que será suficiente para que ustedes busquen protección. Alejandro es un tipo muy peligroso, ni se imaginan cuánto. Por eso he callado todo este tiempo.Elena estaba muda, Adelaida con cara de compasión le dijo:—¿Qué pasará contigo?<
Alejandro llegó a la cabaña, tenía en su rostro un semblante duro.—¿Dónde está?—Encerrada en la habitación principal.—Vete, llévate a los demás y mata a los ineptos que perdieron de vista al escuincle.—¿Se quedará solo?—No los necesito.—Pero señor... —Alejandro alzó la voz.—Largo, no te necesito y tampoco a esos buenos para nada. —Los hombres de Alejandro se marcharon en dos camionetas.Alejandro fue a su auto y sacó de la valija un recipiente de combustible, con absoluta calma regresó a la cabaña, no tenía prisa, en su mente ya lo tenía planeado, él sabía perfectamente lo que deseaba hacer, y sabía cómo terminaría todo.