Mi cabeza da vueltas sin mi consentimiento y mi cuerpo se sigue sintiendo pesado aun reposando en mi cama. Debía comenzar a ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío, por lo tanto, debía acotar que la inquietante presencia de Lemuel nos había dejado a Leo y a mí a solas.—Bebe de este té, te hará bien — ofrece mi esposo sentado a mi lado con una taza humeante de algo que ciertamente no quiero beber.—Estoy bien así. Si meto algo más a mi estómago dudo que permanezca allí por mucho tiempo — me quejo exhausta y cerrando mis ojos.Escucho el suspiro de paciencia de mi compañero.—La manzanilla y el hinojo calmarán tu estómago, no lo agitarán. Bébelo antes de que se enfrié. Vamos — me pide.Algo para calmar mi malestar sería bueno. Saco la bandera blanca y me siento en la cama. Leonel me pasa la taza y bebo de esta, su sabor es de hierbas, pero además de la manzanilla y el hinojo, siento más sabores.—Sabe mentolado. ¿Qué más tiene esto?—Menta y albahaca. Penélope lo hizo, dice que
Una mejor mañana era la que me esperaba este lunes o esa era la idea que trataba de implantar en mi mente. El fin de semana la pasé mal, y eso provocaba el cansancio considerable que estaba teniendo durante mis labores como emprendedora. Eran las 10 AM apenas, pero ya sentía como si hubiese hecho un maratón. Quizás me estaba sobre exigiendo mucho dadas las circunstancias, tenía que entregar en una hora el primer pedido considerable de mi emprendimiento.Con este propósito en mente, estoy enfocada en terminar el pastel de chocolate vegano, lo cubro con mi betún especial y estoy usando una espátula para darle la apariencia que deseo.—Encontré algo que puede serte de interés Clara…Quien me hablaba era Leandro, este se aproxima al mesón de la cocina donde estoy enfocada en mi obra. No le miro, sigo concentrada en dar los retoques necesarios a mi postre.—Dilo de una vez — pido.Me percato de reojo que Leandro tarda en hablar por andar revisando los alrededores. Esperaba que no saliera c
Nuestra investigación nos lleva toda la tarde y en consecuencia un almuerzo saltado, curiosamente no tengo el gran apetito. Tenía más bien apetito a descubrir el paradero de la mamá de Leonel, eso sí que sería delicioso.—Muero de hambre. ¿Habías comido pesado antes de salir? Nunca me habían hecho esperar tanto por cualquier trámite, ni tratado tan mal. ¿Qué le pasaba a esa gente? — se queja Leandro estacionándose en la casa ya.—Bienvenido al mundo estándar de la clase trabajadora — bromeo.—Hablas cómo si yo tampoco trabajara — su ceño se frunce.—Trabajar siendo un Brown es diferente a trabajar siendo un cualquiera — argumento.La cuestión es que en el hospital no le dimos nuestros nombres a la gruñona, y en la policía o a Lucía, la que dejó su contacto e identidad fui yo. A base de mentiras aparte, porque Lucía cree que Leandro es hijo de Amerie, y al policía inventé la tontería de que era una sobrina lejana de ella. No usar el apellido Brown como tal, creo que es lo mejor por los
¿Una noche de pesadillas y poco sueño es la receta perfecta para lucir cómo luzco esta mañana no? Me veía como basura y me sentía cómo basura. No importa cuánto limpie mi cara con agua del lavamanos de mi baño, seguía con las mismas ojeras y labios resecos. Mi sed, es poderosa e incomprensible para mí. Para completar el cuadro, me duele el estómago, y ni las dos veces que he hecho del número dos me ha calmado. Es decir, estoy mal por todas las partes de mi cuerpo.Oigo toques a la puerta.—Clara llevas casi una hora dentro. ¿Te encuentras bien? — eso me lo pregunta Leonel.Le abro la puerta para descartar sus preocupaciones. Pero creo que lo asusto más que aliviarlo, me mira temeroso.—Estoy bien es que amanecí con dolor estomacal y… debo descansar — digo desganada.—Descansar nada. Vamos a la clínica ya — me impone.Quiero contradecirlo, sin embargo, considerando cómo me había ido estos últimos días no lo haré.—¿No tienes trabajo? Puedo ir sola en mi… auto, o el tuyo, dame un aventó
El proceso de recuperación de mi condición va rápido desde que me diagnosticaron. También el reposo al que fui forzada a disfrutar por Leonel, me ha servido en su propósito. Aun así, esta mañana sé que no podré dormir hasta tan tarde como me estaba acostumbrando. Llevo escuchando pasos de aquí a allá, y a mi hija tratando sin mucho éxito eso de “trabajar” en silencio. Abro los ojos acurrucada en mi cama todavía para comprobar más o menos lo que esperaba. Sara estaba sentada en el piso de mi habitación junto con su padre. Los dos estaban enfocados en las manualidades del acto cultural pendiente, un acto del que había perdido pista porque tenía días sin llevar a mi hija al colegio, de eso se encargaba su padre. Los veo muy concentrados en su tarea. Sara coloreaba una gran lámina que abarcaba su propia estatura, la imagen que presentaba era la de un escenario espacial, había cráteres de Luna en la parte inferior, la Tierra a la distancia y el espacio lleno de estrellas. Y desde aquí era
Ya sabía que no sería sencillo revelarle a Sara que Leonel era su padre, y aun pasando varios minutos después de esa revelación el ambiente continua melancólico. Padre e hija siguen unidos en un abrazo que no parece romperse, no han hablado más desde las palabras de Leo.Me corresponde entonces intervenir en la situación. Me aproximo a ellos y me siento en la cama para darle el frente a estos. Toco la pierna de mi hija, pero ella la aleja.—No me toques — pide sin fuerza.Duele lo que me dice, sin embargo, debía mantener la calma.—Cariño… — susurro.Esta se encoge más y esconde su rostro en el pecho de Leonel. Él me mira sin saber qué hacer y cansado, muy cansado. Sus ojos siguen rojos, aunque se hayan secado ya.—Comprendo que estés molesta conmigo, pero lo que hice… fue por lo que creía lo mejor para las dos en ese momento. Aprendí que me equivoqué, y quisiera que lo entendieses. Lo arrepentida que estoy — confieso.—Tenía a un papá que me quería y no me lo dijiste, eres mala y ego
Espero a Lucía en la feria de comida del centro comercial en donde me citó. La espera no es muy larga, pronto visualizo a una muchacha con su uniforme de enfermería caminando torpemente entre la multitud. Alzo mi mano para que me ubiqué y su expresión cambia con ello.—Cuéntame qué pudiste encontrar — pido a ella que se acerca.—Poco, pero creo que puede ser de utilidad — comenta sentándose en la silla del frente y sacando de su morral una carpeta de plástico — Amerié Martin trabajó en los años que dijiste hasta su renuncia por su matrimonio. Acá en su expediente puedes leer el número que tenía en ese entonces, y su experiencia profesional previa.Al entregarme la carpeta, puedo leer que lo que contiene es otra carpeta de papel bastante desgastada, con una hoja de currículo en la misma condición. Se me hace complicado leer la información dada porque lo que más llama mi atención es la foto del currículo, esta mujer la madre de Leonel, me sorprende con su belleza.La sorpresa tampoco pa
Hasta donde sabía la mamá de Leonel se había ido con otro hombre, no que estaba muerta como está afirmando esta señora. Un torbellino de teorías conspirativas entra en mi cabeza, esas que siento me volverán loca.—¿Está segura de lo que está diciendo? ¿Qué está muerta? — pregunto.—Si te lo digo es porque lo recuerdo muchachita. Esta cabeza no olvida a los muertos que conoce — se señala su frente la señora.—Pero cómo fue que se enteró de su muerte, si como dice, se fue después de su matrimonio con este hombre — ayuda a indagar Leandro.—Para ver… — rememora mientras el señor de hace un rato lleva al camión una segunda manguera — su hermana quiso vender la casa hace unos años atrás. Pero no pudo hacerlo, no tenía el dinero para reparar los daños que le hicieron los indigentes antes y también Luisa se había apoderado de la casa. Mucho esfuerzo e inversión para una casa en este barrio. La dio pérdida, igual ni sabía de su existencia. Eran hermanas por parte de papá, era una herencia mat