La muerte partió como acostumbraba hacerlo cada noche cuando su se esposa se quedaba dormida, aún no se acostumbraba a alejarse de ella cada noche, es más, se le hacía cada vez más difícil apartarse, pero no podía quedarse, así que como cada vez que se marchaba le dejo arrullos y aquél gran oso de peluche junto a su esposa, la cuál despertó a los pocos minutos de que Úrsula se marchara y como solía hacerlo cada que despertaba busco a tientas a su esposa y lo que sintió la dejo desconcertada por un momento, parecía como si a su lado estuviera un oso de peluche, sobresaltada retiro la sábana y se giró rápidamente para ver lo que había tocado, pero sólo se encontró con Úrsula que la miró con cierta confusión.
-¿Qué pasa? – preguntó Úrsula aliviada de haber podido llegar a tiempo – ¿tuviste un mal sueño?- Si y me pareció sentir un oso de peluche a mi lado y no a ti – respondió Rebeca sobresaltada.-Seguías soñando – le dijo Úrsula abrazándola, al tiempo que le daba un beso enHubo un largo silencio entre las dos, un aire denso e incómodo era el que reinaba en la habitación, mientras Úrsula lloraba llena de miedo por perder a Rebeca, se sentía acorralada pero ya no podía hacer nada, Rebeca había descubierto su ausencia, encontrando un oso de peluche a su lado, trato de acercarse a Rebeca de nuevo, pero vio como se tensaba y daba un paso hacia atrás, así que desistió de su intento.- Si te lo digo, espero no me mires ni me odies como lo ha hecho el resto de los humanos sobre esta tierra – dijo con voz baja tratando de sonar lo más tranquila – sólo tu me has mirado diferente, me miraste tal como soy. Rebeca, yo soy la muerte.El rostro de Rebeca se desencajo pero a la vez parecía incrédula de lo que Úrsula le decía.-¡Que!-Yo soy la muerte, soy la encargada de llevarme las vidas de cada persona en este mundo.-Entonces muéstrame cómo es tu verdadero ser.Úrsula se volvió invisible ante los ojos de Rebeca y se movió a distintas
La muerte hacía su labor de siempre por todo el mundo, pero esta vez su estado de ánimo era demasiado triste, le dolía demasiado el amor y sobre todo le dolía el que Rebeca la rechazara, la única persona que la había mirado sin esa horrible imagen, pero todo eso había cambiado de golpe y no sólo la había mirado feo, sino que ahora hasta la despreciaba y le tenía rencor, la muerte se preguntó ¿como es que Rebeca había podido llegar a sentir todos esos sentimientos hacia ella tan rápido? Si hasta hacía a penas unas horas la besaba con deseo y amor, pero la muerte la seguía amando y nunca dejaría de hacerlo, que más daba si Rebeca la odiaba, siempre podía volver a amarla en silencio, como antes de que cruzará palabras con ella.La muerte aún sabiendo que era rechazada, no dejó de preocuparse por Rebeca, ya que cuando calculo que llegaría a casa le llevo la cena, espero un momento en la cocina y cuando la escucho entrar se fue, Rebeca a penas entrar a casa respiró aquel mismo aroma i
Úrsula desapareció ante la mirada empañada de lágrimas de Rebeca, claro que se acordaba perfectamente de aquello, del rostro de Úrsula aquel día, un escalofrío recorrió su cuerpo ¿desde hacía cuanto tiempo ese ser la estaba siguiendo sin siquiera darse cuenta? No pudo dejar de llorar esa noche, solo se quedó dormida cuando los párpados le pesaban de tanto llorar.Al día siguiente Rebeca despertó alrededor de las diez de la mañana, se alegraba de que aquel día solo trabajara hasta el medio día, porqué no tenía ánimos para ir, así que antes de hace otra cosa llamo y agradeció que su voz sonara nasal, para que su malestar fuera creíble. Cuando bajo encontró una nota en la cocina que decía:Espero que está vez te la comas.Rebeca movió la cabeza de un lado a otro, no sabía que hacer, por un lado estaba herida, pero por el otro, aquel ser siempre había querido lo mejor para ella. Pero ¿Qué no habría sido más fácil decirle la verdad desde un principio, para no l
-¿Y tu crees que a mi no? ¿acaso crees que dejó de amar o sentir en un día?-Me duele que hayamos terminado así Rebeca. Comenzaré a hacer los trámites del divorcio, vendré de nuevo cuando todo este listo. Buenas noches.La muerte le dedico una sonrisa triste y desapareció ante el rostro de sorpresa de Rebeca que no espero escuchar esas palabras que le dolieron oír de labios de Úrsula y que la hicieron llorar casi en el acto, le dolió más que el hecho de estar separadas esos últimos días y verla pocas veces, aquello eran palabras mayores.A pesar de todo lo que Úrsula representaba, se alegraba de verla a pesar de que se le hiciera difícil tenerla cerca por saber lo que era. Pero divorciarse, no, ella realmente no quería el divorcio, entonces ¿Qué era lo que realmente quería de Úrsula? ¿Qué más esperaba que hiciera?Rebeca sabía que Úrsula era quien la había amado de la única manera que deseó e imagino, pero el hecho de pensar y recordar que beso y toco a la muerte se llen
La muerte se resistió un poco, aún le dolía que la hubiera rechazado, así estuviera desesperada por besarla y abrazarla, se hizo un poco del rogar, no había sido justo como la había tratado Rebeca y aunque la amaba con todo su ser, Rebeca debía aprender que no puede juzgar a la primera, que antes de enfadarse y odiar, debía escuchar y razonar, no tan solo extrañar.Úrsula acercó su rostro al de Rebeca, quien busco un beso de los labios de Úrsula que se lo negó al interponer un dedo entre el espacio que se paraba sus bocas, con su otra mano le acaricio la mejilla para comenzar a cantarle aquel arrullo que ya Rebeca conocía, al igual que ese rostro que miró una vez en su habitación por la noche y del cual ahora estaba segura que no había sido un sueño, siempre fue Úrsula, Rebeca dejo escapar más lágrimas y Úrsula pudo verlas, Rebeca le devolvió la caricia a Úrsula en la mejilla y está en respuesta le beso la frente y no dejó de cantarle hasta que la durmió y antes de marchars
- Lo sé, un día tienes felicidad, salud y al otro ya no.- Me ha dolido mucho tu rechazó, lo he sentido hasta de una forma cruel. Se que no fue fácil enterarte de quien soy, pero creí que tu amor era lo suficientemente grande como para amarme como fuese – se sincero Úrsula – creo que nunca has tenido una idea de lo mucho que te amo Rebeca, creo que el universo es muy poco para compararlo.- Perdóname – le dijo una vez más sin poder evitar echarse a llorar – sé que me amas más de lo que yo creo que me amas. Y… yo… te amo, aún que no lo creas te he extrañado cada día y cada noche – Úrsula la abrazo con todas las fuerzas que Rebeca podía soportar – te he lastimado lo sé, pero te amo, te extraño mucho, extraño tu mirada, tus largos silencios, te extraño a ti, a todo lo que tú eres, no tengo problemas en dormir sola cada noche y de cocinar sólo para mi. Úrsula, regresa. Vuelve por favor – pidió sollozando.- Ya he regresado – respondió Úrsula hundiendo su rostr
Tras demorarse en acariciar y recorrer todo el cuerpo de Rebeca que temblaba por la excitación, Úrsula la cubrió con besos y caricias, con su lengua trazo una línea húmeda sobre su vientre y había tardado más de lo acostumbrado en tomar la miel del cuerpo de Rebeca, antes de llegar a su preciado ser, trazo su cuerpo con el suyo, escucho a su acelerado corazón y respiro sus jadeos, bebió su sudor y ahora bebería el néctar de su pasión, beso la cara interna de sus muslos antes de posarse como la mariposa en la flor, Rebeca contuvo la respiración por unos segundos y luego volvió a respirar entrecortadamente cuando Úrsula por fin tocaba tierra fértil.-¡Ah!!Dios! – exclamó Rebeca cuando Úrsula le acarició el interior con la lengua.Trazo sus líneas despacio, interior y exterior, en círculo y a todo lo largo mientras Rebeca se retorcía y le sujetaba la cabeza con ambas manos de vez en vez, al tiempo que revoloteaba el cabello de Úrsula que estaba concentrada solo en darle placer a
-¿Quieres? – le pregunto Rebeca cuando se metía su tercer bocado de comida a la boca.-No. Sabes que no necesitó comer, pero si que necesito de ti, de tus besos – y sin más Úrsula beso a Rebeca en los labios, probo de su boca lo que le ofrecía en el tenedor.-Fresas con chocolate – dijo Úrsula cuándo se apartó de Rebeca quién se puso roja como tómate – me gusta.-¿Alguna vez me miraste desnuda? – le pregunto Rebeca cuando casi terminaba de comer.-Si, cuándo lo hicimos por primera vez.-Me refiero a que si lo hiciste a escondidas.-No, eso jamás – dijo mirándola a los ojos – siempre te he respetado Rebeca y siempre lo haré – Rebeca sonrió al ver el rostro de seriedad de Úrsula.-Te creó – y le dio unas palmaditas a la delegada y delicada mano de Úrsula que estaba sentada junto a ella – si yo hubiese tenido la oportunidad de verte, lo hubiera hecho – y se carcajeo.-Ya veo por qué me lo preguntaste. Si, creo que tú no lo hubieras dudado ni un momento.Ma