Úrsula la miró a los ojos y se dejó llevar por el lento y suave movimiento de Rebeca que seguía el compas del vals, Úrsula creía que estaba en el cielo por primera vez, el rostro de querubín que tenía delante de ella era la prueba de que el cielo podría estar en cualquier parte siempre y cuando tuvieras amor, el amor podía todo y la muerte lo estaba comprobando, era feliz muy feliz justo en ese momento y desde que conociera a Rebeca, Úrsula se dio cuenta de que nunca podría romper lo que tenía con esa hermosa mujer.
Tras su baile la comida fue servida y el alcohol comenzó a fluir casi como el agua en un río, pronto los invitados estuvieron ebrios, bailaron ya sin pena alguna y cuando parecían no poder más sus mujeres e hijos se los llevaron a casa, la fiesta termino pronto, justo como Úrsula lo había planeado, incluso hasta Augusto se había embriagado y parecía feliz, sonreía casi sin el menor motivo, para al final cuando estaban a punto de marcharse se puso a llorar.-Te haz-¡Yo nunca debo, ni puedo hacer nada! ¡yo siempre he estado vagando sola por la tierra! sola, sin ninguna compañía, emoción o sentimiento alguno – le respondió molesta – ella me ha hecho sentir todo lo que nunca jamás en toda mi existencia había sentido. Todos ustedes, los de allá arriba son amados y vistos de una manera hermosa y conviven con ellos sin que los humanos se den cuenta, pero en cambio a mí – dijo llorando – ellos me han hecho con la imagen más horrible y sólo ella me ha visto con ojos de amor, con ojos de verdad, porque ella me mira tal y como soy y yo la amó como nunca jamás imaginé podía hacerlo.-Espero no vayas a sufrir en el futuro. Tu deber era vagar por el mundo sola, sin tener en cuenta los sentimientos de quienes te rodeaban.-¿Por qué lo dices? ¿acaso va a morir? – reviso su lista con gran miedo y ansiedad - ¿Por qué no querías que amara? ¿Por qué has sido diferente conmigo?-Tú al igual que yo, sabes que ella va a morir en algún momento de esta vida
Al día siguiente por la mañana Rebeca llamó a sus padres y estos obviamente no le negaron a su hija que fuera a la librería, justamente ese día el chico que había estado allí no iría, había renunciado el viernes y sus padres no le dijeron nada para no preocuparle, ni para darle molestias y ya se las arreglarían.Úrsula le acompañó, viajaron en taxi hasta la casa de los padres de Rebeca y antes de que Úrsula se fuera, se despidieron con un beso, quedando Úrsula de ir por ella para de allí dirigirse de compras.Aquél día no se le hizo tan largo a Rebeca y de alguna manera comer otra vez con su familia le hizo sentir que solo había ido a casa de Úrsula por dos noches, pero al verse la mano izquierda con dos anillos le hacía sentirse extrañamente feliz y al mismo tiempo pensar en Úrsula y extrañarla a horrores como siempre.Sus padres no tuvieron necesidad de preguntarle cómo se sentía ahora su vida de casada, su rostro decía que estaba más que feliz y Úrsula tenía
Rebeca se dio cuenta de que Úrsula había cerrado los ojos y los apretaba con fuerza para no verse, Rebeca sonrió al ver la actitud de su esposa, su postura era rígida que parecía que la iban aventar de un precipicio, Úrsula se le figuro a Rebeca como a un infante a quien lo obligan a lavarse los dientes o darle un beso a alguna vieja desconocida.-¡Vamos! Abre los ojos Úrsula – la insto con cariño, como quién la habla a un niño.-No, no puedes obligarme.-Claro que si. Soy tu esposa y me quieres, por ese motivo tú, te miraras en el espejo.A Úrsula le sorprendió la astucia de su mujer, no cabía duda de que era inteligente y tendría que cubrirse muy bien o si no Rebeca la descubriría y no quería perderla, Rebeca sabía el poder que ejercía sobre ella, sin más Úrsula abrió los ojos pero no se miró a ella misma, en su lugar miro a Rebeca en el espejo que estaba situada a su lado abrazándola con una bella sonrisa en su rostro, Úrsula sabía que podría quedarse toda su existenc
Cuando terminaron de comer, levantaron los trastes sucios de la mesa y los lavaron, una vez terminar se dirigieron a la sala para ver las fotografías, Rebeca estaba impaciente porque Úrsula las viera, una vez allí ambas tomaron asiento y Rebeca le tendió el sobre a Úrsula quien lo tomo para enseguida mirar las fotos también embelesada, Rebeca se miraba hermosa, no pudo evitar sonreír feliz, eran las primera fotografías que tenía y tendría que ponerlas en la casa, comprar algunos portarretratos para colocarlos y darle más aspecto de hogar.-¿Te gustan? – le preguntó a Úrsula.- Como no podrían gustarme, si sale la novia más bonita – dijo sonriéndole – habrá que comprar algunos portarretratos para poner las más bonitas, obviamente todas están bonitas porque estás tú, pero hay unas que son más.Úrsula metió de nuevo las fotos en el sobre y las dejo sobre la mesa, rodeó a Rebeca con los brazos y se dejó caer de espaldas en el largo sofá con Rebeca encima, que sonrió por la pequ
Los meses fueron pasando relativamente entre lentos y otros demasiado rápido para Rebeca y Úrsula, que cada día que pasaba se sentían más cómodas la una con la otra, había más confianza entre las dos y se contaban todo lo que les pasaba día con día, aunque Úrsula tuviera que inventarse una historia diferente a diario.El mes de septiembre llegó y se acercaba rápidamente el cumpleaños de Úrsula y Rebeca estaba pensando en que debía hacer para aquél día tan especial, Úrsula ya no estaría sola nunca más, ella era su esposa y como tal tenía que hacer algo para ella.Para ese momento Rebeca hacía tres meses que había comenzado a trabajar en una pequeña editorial, dejando la librería de sus padres para dedicarse hacer algo de lo que había estudiado, aún no tenia un cargo importante pero por algo se empezaba y Úrsula le apoyaba en todo, era feliz y todos sus chequeos sobre el cáncer habían salido limpios sin nada de que temer por el momento.Para Úrsula aquél cinco de septie
Úrsula llevo sus manos a los pechos de Rebeca, los acaricio hasta sentir que sus pezones eran duros, después deslizó una mano hasta acariciar los labios de Rebeca que los entreabrió, sacó su lengua y lamio el dedo de Úrsula, lo dejo ahí y Rebeca tomó su mano y se llevo dos dedos a su boca, los chupo con un lascivo deseo, era tan sensual y erótico la forma en que lo hacía que Úrsula comenzó a excitarse, cerró los ojos y se dio cuenta de que su otra mano apretaba el seno izquierdo de Rebeca con el mismo deseo que la quemaba, retiro sus dedos de la boca de Rebeca y descendió por su abdomen, acto seguido acomodó las piernas de su esposa sobre sus hombros y descubrió que tenía una maravillosa vista de ella, pudo sentir como Rebeca se estremecía y cierto rubor se asomaba en sus mejillas, enseguida le colocó una almohada de bajo de las caderas para que la posición fuera más cómoda de esa manera, una vez en esa posición colocó una mano sobre su pubis y descendió a su ser que estaba húmedo,
La muerte partió como acostumbraba hacerlo cada noche cuando su se esposa se quedaba dormida, aún no se acostumbraba a alejarse de ella cada noche, es más, se le hacía cada vez más difícil apartarse, pero no podía quedarse, así que como cada vez que se marchaba le dejo arrullos y aquél gran oso de peluche junto a su esposa, la cuál despertó a los pocos minutos de que Úrsula se marchara y como solía hacerlo cada que despertaba busco a tientas a su esposa y lo que sintió la dejo desconcertada por un momento, parecía como si a su lado estuviera un oso de peluche, sobresaltada retiro la sábana y se giró rápidamente para ver lo que había tocado, pero sólo se encontró con Úrsula que la miró con cierta confusión.-¿Qué pasa? – preguntó Úrsula aliviada de haber podido llegar a tiempo – ¿tuviste un mal sueño?- Si y me pareció sentir un oso de peluche a mi lado y no a ti – respondió Rebeca sobresaltada.-Seguías soñando – le dijo Úrsula abrazándola, al tiempo que le daba un beso en
Hubo un largo silencio entre las dos, un aire denso e incómodo era el que reinaba en la habitación, mientras Úrsula lloraba llena de miedo por perder a Rebeca, se sentía acorralada pero ya no podía hacer nada, Rebeca había descubierto su ausencia, encontrando un oso de peluche a su lado, trato de acercarse a Rebeca de nuevo, pero vio como se tensaba y daba un paso hacia atrás, así que desistió de su intento.- Si te lo digo, espero no me mires ni me odies como lo ha hecho el resto de los humanos sobre esta tierra – dijo con voz baja tratando de sonar lo más tranquila – sólo tu me has mirado diferente, me miraste tal como soy. Rebeca, yo soy la muerte.El rostro de Rebeca se desencajo pero a la vez parecía incrédula de lo que Úrsula le decía.-¡Que!-Yo soy la muerte, soy la encargada de llevarme las vidas de cada persona en este mundo.-Entonces muéstrame cómo es tu verdadero ser.Úrsula se volvió invisible ante los ojos de Rebeca y se movió a distintas