Chasqueo mis dedos y de una vez le digo que se vaya porque no resisto tenerlo frente a mí, y no es que me muera por él, ¡ya no!, lo digo porque estoy segura de que lo mato o le corto las pelotas, para que deje de andar de puto con las mujeres.
Si él no es fiel, entonces tampoco lo seré yo. Sé que ese dicho, infidelidad se paga con infidelidad es un tanto estúpido, ya que uno lo hace porque el otro lo hizo y no porque le guste hacerlo con la persona que desea.
Mi pensar es que yo lo haré con el que se me dé la regalada gana, y lo principal que debo prometerme a mi misma es no enamorarme, ya que eso seria como cometer la locura de hacer lo mismo que hice con Hunter.
—Comprendo que estés furiosa —toma su chaqueta de cuero que estaba sobre el sillón—, pero te estoy siendo de lo más sincero, lo mejor que debes hacer es alejarte de arpías celosas que lo único que envidia es lo que tienes y tu felicidad—penetra la mirada fría en mi amiga.
Ash… Sabía que se iría directo a mi amiga, es evidente el odio que ambos se tienen.
—Eres un estúpido, yo no soy la que anda follando con cualquier puta que abre las piernas —en par de segundos mi amiga explota mientras yo pongo los ojos en blanco.
¿Cómo puede caer ante las provocaciones de Hunter? Sol se debería de controlar, dado que he dicho que no volvería con él y menos ahora que he abierto mis ojos.
—Ah, amor, quiero decirte que por la noche tienes una cita con mis padres —detiene su andar y habla dándome la espalda—. Espero que no le hagas un desaire, ya que ellos no tienen la culpa de nada.
—Ella no ira a ningún lado —detengo a mi amiga al ver que iba sobre él.
—Piénsalo bebé, aunque sea la última vez —esas fueron sus últimas palabras para luego ordenarle a sus deportivos Jordán de marca, que avancen sin detenerse.
Me quedo anonada de lo descarado que es Hunter.
Sin decir ni una sola palabra camino tres pasos y me dejo caer sobre el sofá. ¿Qué es lo que debo hacer?
Piensa… Piensa… Piensa… Debo ir o de una vez dejarlo plantado.
—No me digas que consideras esa propuesta —dice con tono surgente y yo exhalo todo el aire que tenía contenido.
—No tengo idea de lo que haré —cierro los ojos fuertemente de lo frustrada que me siento.
—Levántate perra maldita —en milisegundos siento que toma del brazo y me jalan hacia delante, pero como no lo tenía previsto me voy cayendo de tapas al piso—. Perdón… perdón… perdón—se tira al piso para ayudarme, pero lo malo es que no me ayuda porque esta sobre mi cuerpo y todo su peso está sobre el mío.
—No me lastimaste maldita, pero sino te quitas, te mataré —grito enfadada.
—Lo siento —dice quitándose de mi cuerpo.
Doy media vuelta hasta quedar boca arriba. Sobo un poco mi boca angelical para luego buscar la mirada de preocupación de mi amiga, de una vez le digo que no tengo intenciones de ir, pero no sería mala idea hacerlo pagar por todo lo que me ha hecho, ya que el maldito se cree tener poder sobre mí.
—Quiero ser una perra como mi madre…
Se me acaba de ocurrir una idea macabra; puedo meterme en la cama con el hermano, no esta tan mal, me puedo acostar sin ningún arrepentimiento, aunque mi plan se puede ir al caño en el instante que el hermano me rechace porque es gay.
—Oh, no me digas que te meterás con su padre —dice llevándose una mano hacia su boca y yo blanqueo mis ojos.
—Sí que eres estúpida Sol, como crees que me metería con un abuelo arrugado —hago gesto de asco—, me comeré al hermano—relamo mis labios.
Sí, estoy dispuesta a meterme con Elliott, haré todo lo posible para que él caiga. No estoy buscando culpables y menos enfrentamientos con nadie, solo que mi ser quiere venganza y un poco de placer.
Quiero intentarlo con otra persona que no sea Hunter.
—Pero dicen que los viejitos lo hacen rico —dice mordiendo su labio inferior y yo los abro al imaginarme lo que esta perra ha estado haciendo.
—Te has metido con un abuelo —me suspendo para sentarme y verle a la cara.
—Dices que te follarás al hermano —dice admirando su manicura perfecta.
Oh, estoy sorprendida, ese rostro me dice que la muy perra se ha metido con abuelos. Pero que asco, Sol es joven y puede estar con cualquier hombre, pero jamás con un viejo.
¡Que tendrá en la cabeza!
—No cambies de tema —protesto.
—Aaahh… —rechina los labios y voltea los ojos—. Me follé a uno o tres, no lo recuerdo—dice sin tapujos mientras que yo he quedado con la boca abierta.
—No pensé que ese tipo de gusto era lo tuyo —me levanto y nuevamente vuelvo al sofá—, y como es tener sexo con los abuelitos—insisto, tengo mucha curiosidad de saber si lo hace porque quiere o por dinero.
—Fueron sugar daddy, nada importante para mí —dice con desdén.
Mi amiga Sol está muy grandecita para decidir con quien revolcarse, pero no me parece que se meta con viejitos, será que ese no es mi tipo de gustos. Mi amiga es bella por dentro y por fuera, es mayor dos años que yo y sus padres son cómodos, pero no tanto como ella quisiera.
Ella es mi mugre porque obviamente yo soy la uña, “uña y mugre”.
—No quiero que lo sigas haciendo y ahora que tienes un trabajo para darte el gusto que quieras —hablo seriamente—, ya que trabajas en las oficinas de la empresa textilera más reconocida de toda esta ciudad.
Ella tiene belleza, trabajo y todo el amor de una amiga.
—Ya no lo hago —alza la mano en forma de promesa.
Hace una semana a Sol le dieron el trabajo de supervisora, y solo se mantiene en su oficina; eso me hace feliz, y sé que a ella también porque antes ella era un agente inmobiliario. Ese trabajo da, pero no como el que tiene ahora.
—Eso espero —sentenció.
—Olvidemos ese tema y mejor dime que es lo que tienes pensado para el hermano de Hunter.
Volviendo al tema de Elliott, ese hombre que me ha retado y rechazado, no es que sea una modelo, pero tengo lo mío. Sé que puedo seducirlo, pero siempre y cuando no sea gay.
—Muchas cosas y tú me ayudarás porque ese santo lo convertiré en diablo —sonrió maliciosamente.
Estoy dispuesta hasta embrujarlo, aunque me den miedo las brujerías, eso no es lo mío.
—Me das miedo, y eso que dicen que la loca pervertida soy yo.
—Jamás en la vida he dicho que soy una santa, pero tan poco una puta.
Para mí hay que manejar a los hombres como nosotras las mujeres sabemos cómo hacerlo, ya que los hijos de puta hacen lo que quieren.
“¡La fidelidad no existe!”
Así que se jodan...
—Entonces levanta ese puto trasero y llama al imbécil de Hunter —se levanta del sofá y corre tras el teléfono.
—No lo llamaré ahora porque eso sería como “no puedo vivir sin él”.
Sol nuevamente vuelve a colocar el teléfono en su lugar, y en el instante que da media vuelta el teléfono suena. Ella me observa con el rostro asustado y mi corazón se acelera al pensar que la que está llamando es mi mamá, aunque también puede que sea Hunter.
—¿Crees que sea el estúpido de Hunter? —pregunta señalando el teléfono.
Al ver que ninguna de las dos se mueve para contestar y menos la empleada de la casa, entonces me levanto y rápidamente tomo el teléfono.
—Aló, casa de los Hassler —cada vez que uno toma el teléfono de la casa tiene que hacer referencia al apellido de mi madre.
—Krystle Hassler, me puedes decir que es lo que está pasando —grita mi madre eufórica hasta sentir el ardor en mis tímpanos.
Mi madre, ya me esperaba esta llamada.
—No sé de lo que me hablas mamá —bufo.
Trato de llevar esta conversación por otro lado, aunque soy consciente con quien estoy hablando. Es mi madre, ella sabe todo lo que sucede a mi alrededor y conoce cuando su hija miente.
—No empieces Krystle —habla con voz imponente—, quiero que me digas qué es lo que está pasando con tu novio—alejo un poco el teléfono porque un día esta señora me dejará sorda, luego de darle unos segundos al teléfono nuevamente lo vuelvo a colocar a mi oído, aunque es muy arriesgado, pero sino lo hago la señora se pondrá peor de lo que está, “es una exagerada”.
—No ha pasado nada madre —hablo con sutileza.
—Aaahh… estaba por tomar el avión, pero ahora cancelaré todo —espeta.
Ay, no. Esto es demasiado drama, mi madre exagera demasiado.
—No lo hagas mamá, ya que no tienes por qué preocuparte —hablo con tono cansado—, Hunter está en su casa y lo que sucedió en la casa se queda en la casa porque no pasó a más.
—Anderson irá por ti mi amor —escucho un gruñido y yo volteo los ojos.Ay, no… Ahora quiere mandar por mí, amo a mi madre, pero se pasa de protectora. Ella tiene que entender que ya no soy una niña, una cosa es que me dé un consejo a que me controle.—Nadie vendrá por mi madre, sé que olvidé el viaje, pero hoy tengo una cita con la familia Carrington y por nada del mundo me la perderé —sonrió de oreja a oreja.Mi madre está preocupada por mí y es obvio que se enteró de todo lo que sucedió en estas cuatro paredes, y los soplones son los hombres de seguridad, ya que los gritos se escuchaban por toda la casa. Nuevamente digo que mi madre me sigue tratando como su pequeña y eso que ya me siento más vieja que ella, por eso trato de que ella no se meta en mis cosas, aunque es imposible porque todo me lo quiere controlar.
Elliott.Jamás en mi vida me había cruzado con una chica tan ocurrente como Krystle, no puedo creer el cinismo que tiene ella y teniendo presente que es novia de mi hermano.Mi hermano siempre buscas a chicas que tengan un problema mental, aunque presiento que esa chica es el talón de Aquiles de mi hermano porque es la única que no se doblega ante él o se puede decir que ya se hartó de todas las humillaciones de mi cruel hermano, aunque hay algo que no comprendo aún y es porque mi hermano no se ha hartado de ella.¿Será que se enamoró?Aaahhh… No sé qué pensar, pero algo dentro de mí me dice que lo más seguro es que ella sea una arribista y lo único que quiere es el dinero de los Carrington, pero eso no lo voy a permitir. Lo más seguro es que ella no sabe quién es el que trabaja aquí, no es que me est&
—Qué bueno —esbozo una sonrisa fingida—. Aaahh… Quiero decirles que el apetito se me fue y lo único que quiero es ir a mi habitación.Doy media vuelta y subo las escaleras antes que me obliguen a cenar con ellos, a pesar de toda la escenita que acaba de ocurrir.No sé quién podría tener apetito después de todo este escándalo, juro que no esperaba que la cena se convertiera en algo amargo, pero el gracioso aquí es Hunter, como se le ocurre traer a su novia teniendo presente que ayer le hizo un tremendo desaire del que yo no perdonaría y menos ella que es su novia.¡Qué ingenua!—Buenas noches mi niño —tras subir las escaleras escucho la voz de mi madre.Mi madre, ah, ella siempre ha sido la mujer que más amo en el mundo, pero hay días que me pongo furioso porque siempre cubre todo lo que mi hermano hace.
Krystle.Llegando a casa tiro mi cartera sobre el sofá y me dejo caer. Exhalo fuertemente, y como loca comienzo a quitarme los tacones y me despeino el cabello.¡Esta noche fue de locos! Todo se fue al caño y todo porque ese imbécil piensa que soy una arribista que quiere el dinero de los Carrington.A regañadientes me levanto y camino descalzo hacia la cocina, es que no he probado nada de bocado y la cena en la casa de los Carrington se arruinó. Si no me equivoco son las diez de la noche y la cocinera ya debe estar dormida, por eso tengo que ir personalmente y ver que encuentro en la cocina y me serviré algo para apaciguar el hambre que tengo.Abro el congelador y saco una botella de leche, y pienso acompañarla con una torta con mortadela.—¿Qué haces aquí?—Aaahhh… —pego un grito al cielo al ser sorprendida, mi coraz&
Subiendo el primer escalón ambas nos detenemos al escuchar que el mayordomo me dice que hay un joven que exige verme y que no se irá hasta que lo reciba.—Sander, la señorita no puede recibir a nadie —Lorena le contesta mientras me encuentro navegando en mi laguna mental de quien es la persona de la que quiere verme.—Lo siento, pero la señorita Krystle me tiene que recibir si o si —exclama con voz ronca.Alzó la mirada al ver que es Elliott y no Hunter. Mis ojos se agrandan y mi corazón está que quiere salirse por completo.¡Mierda total!Levanto el pecho y quito mi brazo de la mano de Lorena. De reojo puedo ver la cara de impresionada que tiene ella al ver que ya no me encuentro con los hombros caídos y menos quejándome del dolor de espalda, pero es que ella tiene que entender que ese sexi hombre es Elliott y no es Hunter, y que mi orgullo sobrepasa todos
—No me digas que eres sobreprotector con tu hermano —entrecierro los ojos—. ¡Bueno! Tengo pensado descuartizarlo, mmm… cortarlo en pedacitos y repartirlo a las hienas como alimento—el sarcasmo lo llevó por las venas—, no me digas que tu hermano no te contó que tengo un sótano en el que tengo toda clase de animal peligroso.—¡Qué graciosa! —esboza una sonrisa fingida—. Mi hermano no está contigo porque te ama—bufa—, lo único que quiere es tu dinero o eso es lo que creo.¿Mi dinero? Ahora si ha entendido que no necesito de su dinero, pero eso de que Hunter está detrás de mi dinero me deja confundida.—¿De dónde sacaste eso? —abro mis ojos—. Tu hermano puede ser patán o mujeriego, pero eso de que quiere mi dinero—mi corazón se acelera.No es que defienda tanto a Hunte
Él se sienta sobre el sillón y me susurra que me suba sobre él. Asiento como una niña obediente. Camino hacia él, flexiono un poco las piernas. Mis ojos no se separan de los suyos. Nuestro deseo es inmenso, inexplicable, lujurioso, ardiente y pasional.Un estremecimiento me recorre el cuerpo al sentir como posa ambas manos en mi cadera y de un fuerte golpe me penetra.—Aaahhh… —grito del placer. Mis pezones están duros, mis pechos se mueven a cada embestida. Sin descanso él me penetra cinco… seis… siete… veces.Nuestras miradas se fusionan y lo animó a que siga, que me folle hasta romperme, quiero que su enorme pene me rompa hasta sangrar, que me haga gritar como una puta loca, que haga que me pierda en el mundo del placer. Asiente satisfactoriamente, le gusta, lo disfruta, lo vive, lo saborea.El placer va a hacer que ambos explotemos.El tiempo pasa, m
—Lo siento—se da una palmada en la frente—, es que era demasiado tarde—hace un emoji de perro moribundo.No, esa son excusas baratas, como es posible que me diga que ya era tarde, no… Jamás la dejaría en la nada y menos en una ocasión cuando mi cuerpo es el que sufre.—Solo por eso te la dejaré pasar, pero en la próxima no te prometo nada —hago a un lado la sábana y me abalanzo encima de su cuerpo.—Sabes que tus huesos pesan —chilla y me aparta de su cuerpo.Parpadeo un par de veces, pensando si contarlo o no. Na-ah, porque no debería, ella es mi amiga, tiene que saber lo que hace un momento me hizo el hombre que pensé que era gay.Ah, me he follado al hermano de mi exnovio.—Elliott —le suelto de golpe.—¿Elliott qué?La estúpida se hace la loca, como es posible que se olv