Tengo que controlarme y disimular la ansiedad que me cargo por ver la manzana del caos, ya que no tengo nada con esa chica y ni lo pienso tener. Sacudo mi cuerpo y alejo todo pensamiento inoportuno que pueda hacer que pierda el control, también tengo que tener presente que la mocosa es de dinero y que su madre le dio una enorme suma a mi hermano.
Tengo que comunicarme con la mamá de Krystle y llegar a un acuerdo porque ese dinero no lo pienso pagar, pero tampoco permitiré que mi hermano vaya a la cárcel por culpa de la sobre protección de la señora hacia su hija.
Edgar logra alcanzarme y me susurra; “me encantan estas vacaciones”. Es increíble ver que tu propio amigo se burle de las desgracias de su amigo.
Llegando a la sala puedo ver que mis padres están afanados conversando con la chica que no rompe ni un plato, y mi pequeño hermano está que se muere de felicidad por estar al lad
—No te vayas mi niño, no podemos hacerle un desaire a la señorita Krystle —dice la madre.En el momento que la madre habla dirijo mi mirada hacia la de Elliott y puedo observar cómo su cuerpo se tensa y las gotas de sudor se deslizan por su cara. A lo lejos puedo escuchar las voces de Hunter y de Edgar, y es ahí donde Elliott se descontrola y yo disfruto de su desesperación.—Por favor —dice por lo bajo.¡Eso me gusta!, me encanta escuchar sus súplicas, ahora que sabe lo que soy capaz espero que no me vuelva a desafiar, soy una chica pasiva, pero puedo ser la perdición de cualquiera, soy tipo una bomba nuclear.Antes de alejar mi mano le doy un último apretón.—Te quedarás mi niño —insiste y Elliott asiente.Se me había olvidado que los señores Carrington nos estaban observando y espero que no hayan prestado at
—Nada de hijo madre, no es posible que venga a visitar a mi familia y lo primero que me encuentro es esto —alzo la voz interrumpiendo a mi madre.Arrastré la silla hacia atrás y antes de salir le digo a mi hermano que todo lo que está sucediendo es consecuencia de sus actos y nadie en esta puta casa tiene derecho de pagar lo que él se gastó.No quiero ser pesimista, pero no puedo evitar descontrolarme y más ahora que esa señora ha vuelto, presiento que mi estadía en esta ciudad se está acabando, pero antes de que me vaya iré donde esa señora; hablaré y escucharé lo que quiero saber.—No es para que te enfades amigo —dice Edgar detrás de mis pasos—, y mejor llama a la madre de la chica de tus fantasías—dice con tono divertido.Edgar es de las personas que no teme cuando mi furia se sobresale y es por eso que lo apreci
Elliott.—Hola, muchachote —humedece sus labios tras extender su mano.Esta señora sí que es atractiva, pero no es de migusto y aún más al ver como se me insinúa. Ah, detesto eso y ahora puedo ver dónde salió el descaro de la hija.Lo único que puedo ver y pensar de esta señora es que es capaz de obtener lo que sea, sin importar cuánto le cueste, pero lo malo es que se ha topado con pared, puesto que soy mejor negociante que ella, aunque ella tenga la estrategia de seducir.—Señora Hassler —asiento con una sonrisa—, gracias por aceptar la invitación de conversar.Estuve casi una hora para poderla contactar, y no por su número, sino porque ella se hace la difícil, ya que luego me dijo con sus propias palabras que no contesta números desconocidos y es ahí donde le contesté qu
—Por vengarse y no por amor.Después de lo de hoy me ha quedado claro que ella no tiene intenciones de regresar con mi hermano porque él pasó muchas horas rogándole y ella lo ignoraba porque su mirada estaba sobre la mía.—No te imaginas lo sorprendida que me encuentro y ahora que me has dicho cosas que me llenan de emoción, puedo decir que este día es el mejor de todos.—Eso quiere decir —me quedo atento a las ocurrencias de esta mujer.Sí, es cien por ciento idéntica a la hija, ¿por qué me prefiere a mí? ¿Será uno de sus trucos sucios?—Eso quiere decir que te dejaré todo a ti y asegúrate que tu hermano no vuelva con mi hija.Ah, todo está resuelto, esta mujer es un poco difícil, pero nada imposible para el gran Elliott Carrington.—No sé por qué la cuid
(...)—Ya nos tenemos que ir —susurro—. Oh, Elliott, nos tenemos que ir—me separo bruscamente y comienzo a buscar mi poca ropa y medio arreglarme porque parezco una loca con mi cabello alborotado.—No te preocupes —dice con tranquilidad, sin quitar la mirada de todos los movimientos que hago.—¡Que no me preocupe!, estás perdidamente loco —grito histéricamente.
Pongo en blanco mis ojos, mi madre es una exagerada porque ella hubiese impedido todo lo que hice, pero de seguro la muy mamá dejó que hiciera lo que quisiera para que disfrutara del circo.Puta, de solo intentar recordar me empieza a doler la cabeza, totalmente esto de tomar no es lo mío porque soy del grupo de personas que hace el show.—Ni me lo recuerdes mamá —paso a lado de ella y me dejo caer sobre la cama—, y si no les molesta quiero que me dejen sola—cojo la punta del edredón y cubro todo mi cuerpo.Hoy es el día en el que quiero dormir y no levantarme de la cama, esto de resaca es peor de lo que me imaginaba, además no quiero recordar lo que hice porque estoy segura de que moriré de pena moral.—Sol, quiero que vayas a la cocina por favor, ordena que preparen un caldo de pollo porque la niña está enferma —cierro mis ojos y solo escucho los gr
Elliott.Ah, gracias a Dios ya estoy en mi casa, la misma de la que añoraba estar, pensé que estaría un mes en casa de mis padres, pero las circunstancias me llevaron a esta decisión.Después de la celebración del cumpleaños de Krystle tuve que hacer una reunión familiar y decirles que había hablado con la señora Hassler e inmediatamente todos reaccionaron como locos.En un momento perdí el control y le dije que la señora tiene muchas condiciones y una de ellas es que mi hermano se aleje de Krystle, agregando que mi hermano tiene que buscar un trabajo para pagar la deuda en abonos bajos.Mi hermano no se pudo oponer, aunque quisiera, ya que mis padres le exigieron que se alejara por las buenas porque si no dejarían que la señora Hassler lo metiera a la cárcel.No quise opinar más, puesto que dije todo lo que t
***—Quiero que te comportes y dejes de renegar —espeta con furor.Ah, quiero jalarle las mechas, pero no puedo porque es mi madre y no la puedo dejar aquí, aunque quiera. ¡Mierda!Quiero levantarme de esta silla, ya me harté de estar esperando tanto tiempo y nada que aparece el dichoso empresario del que será nuestro socio, ¡qué irresponsabilidad!—Esto es aburrido —me inclino hacia delante dejando caer mi cabeza sobre la mesa—. Quiero irme—balbuceo.Desde que puse un pie en esta empresa no he dejado de quejarme tras quejarme, todo se debe a la incomodidad que siento y a la inmadurez de mi madre.—Buenos días, disculpen la demora —escucho el chillido de una mujer—. El Lic. Está aquí para atenderlas.—Corrección, buenas tardes —bufo, me incorporo para ver al mentado empresario, dueño de todo.