‘Grandioso, Eva. Lo hiciste enojar y mucho.’ Me digo mentalmente.
El enojo de Arnold en su mirada, no es broma como tampoco lo es su arma pegada a mi frente. Por eso, mi vista se nubla y yo me paralizo sabiendo que no está bromeando al mencionar que no tolerará la burla que tontamente he hecho hacia él.— Arnold…— Te lo diré ahora mismo, Eva: el hecho de que no te haya golpeado, amordazado o violentando verbalmente, no quiere decir que tolere todo tipo de cosa. Yo soy un caballero, aunque te sorprenda lo soy y por eso, no soy alguien violento con una mujer. Pero, Eva, todo tiene su límite y lo estás pasando.— Yo… no sé…— No vuelvas a burlarte de mí así o la advertencia será tan dolorosa que me vas a odiar y si te preocupa eso de enamorarte de mí, te diré que odiándome también me sirve, porque es un sentMi cuerpo deja de responder por varios segundos antes de siquiera respirar por falta de aire. Todo ha ocurrido tan rápido que yo miro a Arnold quien de inmediato cierra los ojos mientras más disparos se escuchan, pero no sé quién es realmente el que nos defiende.El miedo que había experimentado cuando me apuntaba con un arma, no es algo en comparación a lo que siento ahora. porque si fueron capaces de asesinar al jefe de la mafia, ¿qué hay de mí?— ¡Asesinen a todos esos bastardos! — grita alguien mientras yo siento algo caliente tocando mi pierna por breves segundos.— Arnold, despierta por favor. — susurro al poder recuperar el habla.— ¡Rápido, lleven al señor a un sitio seguro! — grita alguien, pero ni siquiera puedo concentrarme en lo que están diciendo.Ni siquiera puedo escuchar los disparos, solo puedo ver a Arnold con
Es evidente que la paciencia se ha agotado entre los hombres que protegen a Arnold por lo que le acaba de suceder a su jefe, pero, ¿acaso eso es mi culpa? El trabajo de ellos es protegerlo y luchar contra los enemigos, así que, ¿Por qué me trata de esa forma?— Estas sola, Eva. Pero, prácticamente tu vida ha sido así. Por lo que, todo estará bien. — digo entrando al quirófano.Angustiada, me marcho hacia el área donde puedo ver toda la cirugía sin estar dentro del quirófano. Pero, eso no me calma ni tampoco me ayuda a sentirme a salvo, porque las detonaciones siguen escuchándose.Por eso, las paredes vibran y yo siento que en cualquier momento podríamos morir, porque no es solo sobre mí, si no, los doctores que angustiados se miran entre sí sin saber si van a sobrevivir al enfrentamiento entre dos grupos criminales.— Arnold, debes vivir y ha
Estoy en una encrucijada, sobre todo, porque sé lo que viviré si ayudo a Arnold, ya que, me ha resaltado una y otra vez que salvar a un villano no me dará una retribución que desee, pero, este hombre cuyo nombre no conozco, quiere matarme y sin duda, si me encuentra ahora o si me encuentran los hombres de Arnold, van a matarme.Sea la decisión que tome, podría morir, porque solo con Arnold a salvo es que viviré bajo su opresión, siendo una mujer que ha perdido la libertad y en su reemplazo será sometida por el jefe de la mafia.‘Vives con él bajo sus condiciones o mueres por sus hombres por dejar que lo maten o por el hombre que ha resaltado su deseo de matarte si te encuentra.’ Me dice mi mente.Además de eso, me había prometido no dispararle a alguien y la verdad, solo podría tener mucha suerte al disparar desde aquí y matarlos antes que ellos me asesinen po
El chico me sonríe y yo lo observo dudando de su estabilidad mental, ya que, yo le he disparado y ahora es que me respeta.— Yo no tengo idea de cómo funcionan las cosas en este mundo violento, pero en mi mundo si alguien me dispara me enojaría mucho.— Lo merecía, señora Krick. Después de todo, la dejé sola.— No soy la señora Krick. Así que, por favor no me llames así.— ¿Van a seguir con la conversación o podemos moverlo antes que algo terrible suceda? — dice uno de los doctores.— Debemos marcharnos. Le pediré a los chicos que nos ayuden. — dice Andrés presionando algo en su chaleco y así es como sale su teléfono.Confundida, miro a mi alrededor implorando que no vengan más de esos hombres que desean matarme aunque yo no tengo algo que ver en esto.‘Ahora si tienes algo que ver, y
Sin duda, mi vida es más complicada de vivir que la de cualquier otro, al estar bajo el poder de un grupo que tiene conexiones con la policía, justamente las personas que se supone que están a cargo de la seguridad de las personas.‘¿Qué puedo hacer para que mi vida no se limite a un mundo del que no quiero ser parte?’ me pregunto mentalmente.Los chicos se encargan de revisar al hombre que sigue inconsciente mientras yo intento procesar lo que sucede. Los disparos continúan y yo no sé qué hacer para poder salvarme de una condena que no merezco.Como lo han dicho los chicos. Los oficiales aparecen sonriendo levemente para anunciar que todo está bien con respecto al grupo enemigo que nos ha causado tantos problemas.— Debemos marcharnos ahora, señora Krick. Ya está todo despejado para nuestra salida.— Yo…— No se preocupe, la moveré c
Los empleados de Arnold nos hacen entrar a una casa que parece muy tenebrosa, a mi alrededor, no se ve una sola casa o construcción hecha por el hombre. Por eso, dudo si realmente estamos en el mismo país o si existe la posibilidad de que hayan sido capaces de llevarme a una isla y que yo no lo haya notado.— Esta es la nueva propiedad en la que viviremos a partir de hoy. — dice uno de los chicos.— No lo puedo creer. Nosotros no acordamos que yo viviría con ustedes y…El chico le lanza un bolso que al estar abierto se pueden ver muchos dólares con valores de tres cifras en cada billete. Por lo que, la chica abre sus ojos sorprendida y de inmediato, revisa la cantidad de dinero que hay solo para sonreír complacida.— Estaré a su servicio, señor. Con esto ha comprado toda mi vida. — dice la mujer olvidando por completo el aparente miedo que tenía.— Se sup
Días despuésNunca había odiado tanto a las personas como ahora. Arnold no despierta, la enfermera disfruta de la vida de rico que no puede publicar en rees sociales, yo debo bañar a Arnold como me lo ordenaron desde el primer día y la prensa no deja de publicar videos de lo buena mujer que soy.‘La señora Krick: mujer ejemplar.’ Digo en mi mente viendo por duodécima vez como me llaman en cada reporte que hacen del narcotráfico.— Esto debe ser una maldita broma.— No entiendo porque se molesta tanto, la tienen como una héroe y para su grupo lo es, señora Krick.— No me llames así, sobre todo cuando sabes mi situación.— Asesinó al jefe de ese clan. En pocas palabras hizo algo que los hombres entrenados de su esposo, no lograron hacer. Sin duda, es un modelo a seguir para los que conocen la verdad a medias.— Para los
Arnold se acerca a mí y yo tensiono mi cuerpo sabiendo que si permito que me bese seguramente pagaré el precio… uno muy alto.— Vas a matarme. Así que, por favor aléjate de mí. — digo sintiendo que mi cuerpo esta por perder ante su cuerpo.— Puedo solucionarlo. — dice Arnold levantando un poco su cuerpo usando como soporte sus brazos.— Necesitas descansar por el bien de tu salud. Lo mejor es que te alejes de mí.— Yo no quiero. — dice Arnold sonriéndome.— Aléjate de mí, por favor. — digo con frialdad.— Vamos a ser muy felices.— Dijiste que nos están persiguiendo, lo mejor es que nos marchemos. — digo recordando lo que anteriormente había mencionado con preocupación.Arnold niega de inmediato, parece que su salud o su preocupación por ser perseguidos han quedado en el compl