“Y, entonces, abrí la puerta de par en par, y ¿qué es lo que vi? ¡Las tinieblas y nada más!”

No veo nada, no escucho nada. La nada es todo y todo es nada.

No se el tiempo que llevo aquí, tampoco siento nada, no hay dolor, no hay odio, no hay nada.

Camino entre la oscuridad que todo lo envuelve miro hacia abajo y no veo nada es que como si flotase en un mar de oscuridad.

No recuerdo porque estoy aquí, no recuerdo quien soy no quien fuí, el tiempo es eterno aquí. Si hice algo mal este es el sitio para pagar por mis pecados, sola por toda la eternidad y sumida en la más profunda oscuridad.

Veo un destello de luz, cierro los ojos y los vuelvo abrir. Mi mente me debe de estar jugando malas pasadas. Porque ahora no veo nada.

Otra vez ese destello conforme aparece, desaparece. Me fijo más en él, cada poco tiempo aparece para después desvanecerse.

Un idea cruza mi mente, no tengo nada que perder, ni nada mejor que hacer por lo que comienzo a caminar hacia ese destello.

Camino por mu