Desahogarme con Austin me vino bien la verdad. Mi cabeza estaba hecha un lío y mi corazón se moría por salir a buscar a mi compañero.

De verdad me compensaba tanto mantenerme en esta posición. De verdad quería que se quedara con ella...

No tenía ganas de volver a casa, al menos no está noche por lo que decidí quedarme en casa de la abuela.

Como si este me pareciera el mejor de los escondites o el lugar más alejado de la Manada. Ya que apenas a cien metros se encontraba mi casa.

Por primera vez en días esa noche consegui dormir bien, me desperté al alba. Había dormido toda la noche no me había despertado ni una sola vez.

En mi cabeza resonó la palabra Mía, me levanté corriendo de la cama y avancé en el silencio de la casa.

Cuando llegué al salón pude ver a mi abuela sosteniendo mi pequeña en brazos. La pobre no debía haber dormido mucho en toda la noche.

No puedo negar que me sentí culpable, porque sí lo hice. La abuela vio mi cara de preocupación y me tranquilizó. Me advi