MARTHAAnalizar lo que me sucede con Gio Santori es complicado, la verdad es que me siento cobarde sólo de pensar por qué me tomo esa clase de atribuciones con él, pensando en una perspectiva más calmada y fría es que soy una grandísima abusadora, es cierto que la manera en la que nos conocimos no fue la ideal, sé cuál son sus planes para mí, quiere que recupere su dinero y eso debe impulsar muchas de sus decisiones para conmigo o eso quiero creer.Luego de llorar como una loca y que pacientemente esperará a que yo estuviera más calmada, para devolverme a la cama y fue cuando me di cuenta con gran horror y calor en mis mejillas que estaba en su regazo todo este tiempo, por eso su calor se sentía tan reconfortante, sentí mis mejillas tornarse más rojas de la vergüenza que sentía quemando mi pecho.—Lamento tanto lo que te hice cuando llegamos y estar llorando de esta manera ahora, seguro tu familia me odia— me sentía horrorizada con mis actos, no es propio de mí.—Mi familia es mi Nonn
GioSalí del cuarto de Martha por segunda vez consecutiva aturdido y empalmado como un quinceañero, no necesitaba estas cosas, Isolda se asomó por la puerta de su habitación.—¿Todo bien? — preguntó cuando pasé por el frente de su puerta.Di un corto asentimiento apenas perceptible y seguí a mi habitación, venía de la cocina cuando escuché el grito de Martha, lo menos que había pensado era que estuviera tocándose, todo el maldito cuarto olía a sexo, a su sexo. Sólo recordarlo me dan ganas de devolverme y culminar lo que empezamos y lo que tontamente Jimmy interrumpió.—¿En que lío me ando metiendo? —me pregunté a mí mismo en la soledad de mi habitación.Trate de dormir, sin embargo, fue en vano, seguía con una erección de campeonato, fui al baño privado de mi habitación y me di un regaderazo más frío de la historia y funcionó, mi erección era pasado, más tranquilo me recosté de mi cama y trate de descansar un poco.Al día siguiente no estaba de mejor humor, no suelo andar quedándome c
Martha¿Mi mejor amiga?Mi amiga y mi esposo, la única familia que tengo aparte de Diego me han traicionado de la manera más baja y más ruin que pueda imaginar.Gio me da en mis manos las pruebas de las más bajas de las traiciones y es tan cliché que cae en lo estúpido y duele más, porque la creí mi hermana, se suponía que era mi maldita familia y se acuesta con mi marido y cría a mi hijo como si fuera suyo, pasé tanto tiempo sentada y quieta viendo las imágenes que me sentía entumecida hasta que me levanté de repente furiosa, me sentía mal, como si tuviera rocas en mi estómago, esto no me podía estar pasando a mí.—¿Sabes quiénes son? —pregunté y respiré hondo tratando de calmarme, porque sospechaba la respuesta.—Sí — contestó con una sólo palabra y la sentí como una bala, una traición directa hacia mí.—¿Desde cuándo lo sabes? — en mi interior bullía la rabia y el dolor y sabía que quería desquitarme con alguien sin importar si era o no culpable.Me sentía más traicionada por Gio q
GioPensé que había tomado bien la noticia, hasta que fue a moverse y se cayó de culo, por lo que tuve que recogerla y caminar con ella cargada, James uno de mi más fieles y antiguos trabajadores vio muy mal a Martha y ofreció su ayuda por lo que me negué y decliné de ir a trabajar y eso... Eso era la primera vez que pasaba, dejar de ir a trabajar a causa de alguien más.—Bienvenido a todo lo nuevo— murmuré.Me pareció especialmente difícil llevarla y no porque pesará cosa que no era cierta, era como andar con una pluma, Martha se refugió en el hueco de mi cuello y su aliento me hacía cosquillas, apreté mi agarre en su cuerpo para tratar de evitar cometer alguna locura.Esta mujer me afectaba en más niveles de los que yo quería permitir, simplemente se coló en mi vida sin poder evitarlo, Martha se hacía querer de manera sutil y cuando te dabas cuenta era demasiado tarde, ya formaba parte de tu vida y hacías lo posible por protegerla, mi sentido de protección hacia Martha creció de un
GioTocar a Martha se convirtió en una necesidad física supe que tenía un inconveniente demasiado grande para ser manejado y preferí retirarme, ella no estaba lista aún para entregarse a mí, se acababa de enterar que el idiota que tiene por esposo la engañó con su mejor amiga, esas cosas no son fáciles de digerir, tengo que tener más paciencia, así que fui a mi despacho en cuanto terminé mi café y preferí irme antes de cometer una locura. Sabía que quería a Martha para mí, que era mía, aun así sé que ella no lo sabe aún, al menos no lo reconoce puesto que su cuerpo reacciona a mí, al más mínimo detalle.Pase el día entero metido entre papeles, necesitaba arreglar una disputa entre dos familia italianas que peleaban un terreno, no sólo era el Capo para ellos, contaban conmigo para muchas cosas y aunque de esto se encarga Filippo, él ahora no está.En la noche tocaron la puerta de mi despacho y estuve tentado a no responder, sin embargo, todos sabían que estaba aquí dentro.—¿Sí? — preg
MARTHANo sé qué me llevo a decir eso, simplemente salió sin más. Me quedé viendo mi taza de té apenada por el silencio que se prolongó por lo que sentí una eternidad, por mi vista periférica veo a la silueta de Gio en la oscuridad de pie con puños apretados, no se movió ni dijo nada más y me sentí aún más tonta.Tal vez deba irme, creo que sería lo mejor y no seguir metiendo la pata, no quiero que crea que digo esto porque me ha salvado, porque no es así. Sí, estoy agradecida por todo lo que ha hecho, sin embargo, siento el cambio cuando el Capo se retira y queda Gio, el hombre que también siente y padece y, como él también me ha dicho cosas como esas, yo quería... No sé, hacer lo mismo. Hacer o decir algo que me haga expresar todo lo que Gio me hace sentir.—Debo irme, es tarde— murmure entre dientes, ignorando si me escuchó o no.Me levanté lo más rápido que pude, sin embargo, antes de mi huida una mano grande y fuerte toma mi muñeca deteniéndome, quedé con el pie derecho adelante
GioEncontrarme con Martha en la cocina, para posteriormente besarla y manosearla no estaba en mi lista de cosas en la madrugada, pero así se dio y me jode que nos interrumpieran, pero está bien, podía ser paciente. La entrega que tenía en esos momentos que estábamos ¡Demonios! Cualquier hombre mataría por una mujer así. Yo lo haría.Estaba completamente seguro de lo que decía y más cuando reconoció que le gusto, es mejor eso que nada... Pensé que tenía que luchar contra sus sentimientos un poco más, pensé sinceramente que todavía quería a ese hombre que ella tanto idolatraba.—¿Algún día dejarás de huir? —la cuestione un poco irritado por la pequeña interrupción de Isolda, aunque sabía que no era culpa de la morena.Reconocía que no debíamos estar en la cocina en estas tesituras, pero es mi maldita casa y si quiero puedo hacer lo que me dé la gana.¿Debería prohibirles que salgan de su habitación luego de cierta hora?Creo que la leche se me subió a la cabeza, tal vez debo aliviarme
MARTHAMentiría si no dijera que me ponía algo nerviosa comer con la abuela de Gio y si... Busque en Google que era Nonna en italiano, no sé cuál es el nombre de la doña pues todos le dicen Nonna. Nos lavamos las manos antes de entrar y ya todo estaba servido en la mesa del comedor.—Disculpen la tardanza —expliqué, mientras entramos algo nerviosas.Isolda no había dicho nada aún y no sabía porque estaba igual de nerviosa que yo que prácticamente casi estuve con el nieto de la señora, sentí mis mejillas calentarse así que desvíe ese pensamiento y lo guarde en lo profundo de mi mente para revisar eso más tarde.—Non preoccuparti, questa volta lo lascerò scorrere¹ —la mujer estaba sería y habló un rápido italiano que poco pude entender.¹ No te preocupes, lo dejaré pasar esta vez.Vi a Gio a modo de auxilio y este se levantó de la mesa para correr mi silla y la de Isolda y tomamos asiento.—La Nonna dice que está bien, que lo dejará pasar esta vez —me traduce lo que la señora había dich