Capítulo 121
Lo que Celeste no sabía era que, después de que ella se cayera del barco, Daniel, enojado y avergonzado, le disparó varios tiros. Lorenzo pensó que ella había sido baleada y por eso se había caído al agua, ¡incluso estuvo a punto de dejar de latirle el corazón! Hasta que la sacó a la orilla y confirmó que no tenía heridas de bala, pudo respirar tranquilo.

—Vi que le disparaba y tuve miedo de que te hiriera, por eso fui a empujarlo… —ella intentó explicarle.

—¡Ya estaba preparado para evitar su disparo y él no podría dármelo! ¿Por qué te metiste? Daniel solía ser matón, ¿crees tú eres su rival? ¡Y te caíste al mar y casi te ahogaste! ¡Qué tonta eres! ¡Ni siquiera sabes nadar! ¡Mañana ve a aprenderlo! —exclamó Lorenzo, volviendo a pasar la sensación asustada que había pasado la noche anterior.

Celeste tartamudeó:

—Es que…

De no ser por haberla salvado, ¡de verdad querría meterle el plato en la boca para que no pudiera hablar!

—Vaya, ¿por qué estás tan enfadado, Lorenzo?

En ese momento, s
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