Dana no podía transformarse debido a lo cansada que estaba pero se todas manera no dejó de luchar.De pronto se vio rodeada por cinco híbridos monstruosos, todos parecían aterradores pero ella no flaqueó. Uno de ellos mordió entre la unión de su hombro y cuello ocasionando que gritara sintiendo sus párpados pesados.La sangre caía a borbotones al suelo.Dana una vez más usó sus garras para deshacerse de dos de ellos pero el tercero tiró de su pelo exponiendo su cuello sangrantes.—¿Dónde está ella?—Mátame, maldito. Jamás lo sabrás. Dile s ti Alfa que nunca va a tenerla. Mi cachorra jamás se irá al Bosque oscuro.Vio la muerte reflejada en sus ojos pero no se estremeció. Iba a morir por sus cachorros y esa sería una muerte digna.De repente un rugido bestial se extendió erizándole la piel porque ella sabía quien pertenecía.Su compañero, su amor, su Kian.El Alfa saltó sobre el macho mientras Dana sentía que se estaba mareando.—¡Mamá!Sus ojos se abrieron de golpe al escuchar la voz
—Pero siempre hay una manera de cambiar el destino.Estas palabras solo las escucharon el Alfa del Este y Dana.—La manada del Este y del Oeste tienen que unirse para esto.Alessandro se giró a ver a Dana con los ojos entrecerrados. A su lado estaba Zakia irradiando calor, la muestra que seguía viva. Ella y Clara eran lo único que le importaba y haría todo por mantenerlas a salvo.Kian se tensó al lado de Dana sintiendo la furia arder en sus venas. No le estaba gustando nada el giro de los acontecimientos. Sabía que algo malo estaba sucediendo en medio de aquel silencio ensordecedor, pero de pronto se vio azotado por otra visión como los demás.—¿A qué te refieres? —preguntó Dana por medio del link en el que solo estaban ellos tres.La sacerdotisa, Alessandro y ella.—No pueden decir nada al Alfa Kian, él se siente posesivo por la Gobernante Dana pero la única manera de que ese futuro cercano no suceda es que haya un pacto de sangre entre ustedes dos.—No hay manera —rugió Alessandro—.
Kian la había sacado del lugar casi a rastras y ella sencillamente se había dejado llevar.Aquella situación era terriblemente angustiosa, Dana sentía que un valde de agua fría le había caído encima de repente después de ver aquella premonición, su corazón latía cada vez con más fuerza rememorando lo que la sacerdotisa le había dicho, había una esperanza frágil pero al mismo tiempo dolorosa y no quería pensar en ello pero si llegaba el momento, ¿Qué iba a hacer? Mientras el peligro asechara a sus hijos estaba segura de hacer cualquier locura por ellos y también por Kian, porque él también moriría si ella no tomaba acción.Una sombra asechaba el rostro de Dana cuando Kian la miró, notando que en aquel silencio autoimpuesto había algo oculto.Él quería evitarle todas aquellas emociones que estaban emergiendo dentro de ella. A pesar de la urgencia del momento necesitaba hacer algo para que su hembra no se volviera loca pensando en cómo solucionarlo.Las cosas habían cambiado para los dos
—Nunca había estado aquí a esta hora, no habría imaginado que hubieran luciérnagas —murmuró embelesada Dana.El viento azotaba su cabello enviándolo en distintas direcciones mientras que su aroma comenzaba a hacerse presente penetrando las fosas nasales de Kian quien enseguida se tensó.Sus ojos se dirigieron a ella bebiendo la embriagadora imagen de su compañera.Aquellos cuatro años solo habían reafirmado la belleza de Dana pero no era eso lo único que lo atraía de ella sino su espíritu incansable, la fuerza que poseía siempre que quería alcanzar sus objetivos y que ese nuevo objetivo fuera querer proteger a sus cachorros no tenía precio.—Esto es tan precioso.—Es lo que vi cuando me quedé aquí todos estos día. Era relajante por tiempos, luego empezaba a echarte de menos y a pensar en lo mucho que quería ser parte de la vida de mis cachorros y la tuya.Dana enseguida dirigió su mirada a Kian experimentando esa sensación de anhelo hacia él.—¿Por qué decidiste quedarte aquí y no vol
Los ojos de Kian estaban perdidos en la lujuria de tener a su compañera apretada contra su cuerpo completamente desnuda y a su merced.Dana podía decir lo que quisiera, sin embargo, él podía oler su deseo a kilómetros de distancia.Sabía sobre su necesidad de ser marcada por su macho, más aún estando en aquel celo constante.—Te daré todo lo que quieras, compañera. No tienes que negarte. Ya no es un secreto para nadie cuanto nos deseamos. Cuando nos queremos el uno al otro y no se trata de los cachorros que ya tenemos. Esto es por nosotros, por nuestro vínculo no completado.—Kian... esto no es posible ahora. Nuestra prioridad son nuestros cachorros.Él comenzó a repartir una serie de besos a lo largo de su cuello erizándole la piel a Dana quien seguía con los brazos firmemente alrededor de su cuello.—Siempre será así. Lo sé. Pero la protección de nuestros cachorros somos nosotros. Nos haremos más fuerte si nos vinculamos. Su lengua se arrastró por la marca que hace años le había he
Kieran tenía los instintos más desarrollados que los demás lobos Omegas de la manada. Nunca imagino que aquellas diferencias que tanto aborrecía por no ser normal ahora estuvieran a punto de ayudarlo.—¡Kathryn ha desaparecido, tengo horas buscándola! —había sollozado su abuela antes de que todo el suceso pasara.—¿Estás segura, abuela? Yo estaba con ella afuera. La buscaré por ti pero debes tranquilizarte.—Una vez me separaron de mi familia y no podría sobrevivir si algo así vuelve a suceder. Kathryn no es como tu padre, cariño. Ella es demasiado frágil, sigue siendo una cachorra.El llanto de su abuela provocó que el cachorro se angustiara más.Podía entender su preocupación pero el que le dijera aquellas palabras lo hizo fruncir en ceño comprendiendo algo que antes no se había planteado.Como él, su padre había crecido sin sus dos padres creyéndose solo en el mundo. No solo eso, desde que era un cachorro creció con la responsabilidad de llevar su manada al éxito y lo hizo convirti
Devanie abrió los ojos horrorizada al ver lo que estaba sucediendo.Ella había estado tratando de liberarse del agarre de aquel macho desconocido antes de escuchar el grito mental de su gemelo.—¡Devanie!Ella pudo sentir enseguida la preocupación de su hermano sobre ella y enseguida se giró buscándolo pero se horrorizó al ver lo que estaba pasando.Otro híbrido estaba ahí y había mordido la piel de Kieran ocasionando que este sangrara demasiado.Un grito ahogado salió de sus labios mientras que ella sentía la culpa recorrerla.Todo aquello era su culpa.—¡No! ¡Kieran! —sollozó intentando liberarse del agarre del macho pero este la sostuvo con más firmeza gruñendo.—Para —advirtió el macho mientras ella sollozaba con más fuerza.A penas podía ver algo por sus ojos llenos de lágrimas, pero su mirada se mantuvo enfocada en Kieran transformándose otra vez en humano al quedar inconsciente. En aquella ocasión ella no se había transformado como él, de hecho, había algo en su interior que no
Dana sentía que su corazón se iba a salir de su pecho mientras corría en forma de lobo hasta donde habían escuchado a Kieran.Se detuvieron abruptamente cuando el aroma de su cachorro desaparecía en aquel lugar.Kian la miró con preocupación mientras Dana sollozaba inquieta.—¡¿Por qué se pierde su rastro aquí?! —estalló Dana convirtiéndose en humana.Había un aroma a especias que camuflajeaba el olor de su hijo, alguien estaba cubriendo su olor.—Se lo llevaron —gimió en voz alta Dana mirando hacia los lados. Estaba al borde de la histeria.—No puede ser...—¡Kieran!Ambos comenzaron a llamarlo una y otra vez sin obtener respuesta alguna.—Debe estar adentro, sí. Con Devanie, él está bien —afirmó ella caminando rápidamente al interior de la casa siendo seguida por Kian quien no solo estaba preocupado por Kieran, sino también por el estado de Dana.A ella no le preocupaba en el más mínimo su desnudez, lo único que le importaba era saber que sus cachorros estaban a salvo.—¡Kieran!—Ki