Devanie clavó su mirada en él buscando ver su rostro pero todo lo que podía ver era un hombre de constitución fibrosa, demasiado alto e intimidante. Más aún cuando no podía ver su rostro pero algo que ella sí podía ver era el brillo peligroso en su mirada.—¿Quién eres?Él no respondió.Sus ojos salvajes estaban puestos sobre ella como si fuera una presa.“¿Y si es uno de los machos enviados por los ancianos? ¿Dónde está Kieran? ¿Lo tendrán?”Ella comenzó a respirar con más dificultad y miedo.“Concéntrate Devanie. Papá estuvo preparándome para algo así.”Ella miró alrededor de su habitación disimuladamente y vio que su ventana estaba cerca, sin embargo, para ella correr tendría que darle la espalda al macho y seguramente aprovecharía eso para noquearla.Él dio un paso en su dirección logrando que ella se tensara.—Eres frágil —lo escuchó arrastrar las palabras—. Una pequeña cachorra.Su acento era extraño.Nunca había escuchado nada igual y por alguna razón Devanie se estremeció, sint
—¡¿Quién…?!El Alfa del Bosque oscuro no tardó en asesinarlo rápidamente tras soltar un gruñido.—Hablas demasiado.Amarok había dejado un camino de sangre y muerte escondiendo los cuerpos de cada lobo que se había atravesado en su camino.Nadie haría que interrumpiera su meta. Él llegaría a ella de una manera u otra.Seriamente pensaba que la seguridad en aquel lugar era una vergüenza sin ser capaz de entender lo increíblemente fuerte que era frente a esos machos que lo enfrentaron.Cada vez que alguien venía él simplemente los acababa y arrastraba sus cuerpos a la habitación más cercana para no levantar sospechas de los demás que pasaran por ahí, por suerte a esa hora las habitaciones habían estado vacías. El Alfa miraba casi ofendido aquel lugar, disgustado por las preferencias “humanas” en un sitio de lobos.Nada ahí se parecía a su manada.De repente se detuvo en seco al captar aquel aroma que se coló por sus fosas nasales despertando a su lobo quien enseguida fue llamado.“Tiene
Clara apretó con fuerza la mano de Román mientras ambos se acercaba a donde se llevaría a cabo la convocatoria. Su tío ya la había visto y no parecía nada feliz.Alessandro había mandado a buscar a su sobrina por toda la manada del Este y del Oeste, donde desapareció, preocupado de que algo le hubiera pasado. Contrario a lo que dijeran todos a su alrededor, él si amaba a su hermana incluso aunque la madre de Clara fuera la heredera al trono del Este él jamás habría deseado su muerte a cambio de ser el Alfa. Alessandro había sido rechazado por todos incluyendo a su padre al ser un hijo ilegítimo, solo su hermana lo había acogido con amor, hasta que ella había escapado de casa dejándole la manada por ser el único hijo del Alfa del Este.Después de saber sobre la muerte de su hermana buscó a su hija pero nunca la encontró hasta que Clara había aparecido de nuevo en el este. Él la había estrechado en sus brazos prometiendo ocuparse de ella.Cuando la llevó a la fiesta de coronación de Dan
Dana había estado tan nerviosa en la mañana que había terminado vomitando pero solo estar a solas con sus cachorros había sido suficiente como para calmarla. Tenía claro que necesitaba mantener la cabeza fría por ellos.Kian había ido a buscarla e intentó tranquilizarla. No se había sentido menos nerviosa al ver a las personas que los esperaban para la convocatoria. Incluso aunque era consciente de que tenía la empatía de los Alfas.—Gobernantes, ha llegado la hora. Tomen asiento.Alessandro y Román se detuvieron en seco al escuchar la voz del anciano principal.A la sala comenzaron a llegar los cuatro y por último una hermosa mujer con piel trigueña.Dana la examinó cuidadosamente mientras que todos se movía para ocupar sus asientos. Por alguna razón no le gustaba aquella mujer, sus ojos verdes eran parecidos a los de una serpiente. Analítica y peligrosa.Ella era la sacerdotisa.La mujer a la que “debían convencer para no expulsar a sus cachorros de la manada”.Dana estaba completame
A medida en que los recuerdos sobre sus cachorros se reproducían para todos, Kian cada vez se sentía más colérico.La manera horrible en la que Derek se había llevado a Kieran alejándolo del cuerpo de Dana. Ella ni siquiera había podido tenerlo en sus brazos. Como espectadores todos podían sentir el dolor Dana, sus pensamientos.De repente Kian se arrepentía de no haber matado a Derek de una manera peor, incluso aunque ella misma le había pedido que acabara con él de una vez por todas. Había hecho cortes profundos con plata por todo el cuerpo del Beta, lo había dejado en el exterior encadenado a cadenas de plata que no lo dejaban curar.Pero el destino de Owen y Asling sería peor. Dana estaba esperando el momento exacto para hacerlo y Kian respetaba su decisión, sin embargo, cada segundo que pasaba se sentía más descontrolado. Su lobo quería apoderarse de él. También estaba furioso consigo mismo. Si le hubiera dicho la verdad a Dana desde el primer momento ella no hubiera sufrido, ell
Todos parecían absortos.Lejanos al momento presente y ella lo aprovechó. Modificó el futuro que Dana iba a ver en la proyección junto con el de los otros. Esos cachorros se irían y después ella se desharía del vínculo entre Dana y Kian. Durante cuatro años había logrado mantenerlos alejados pero ellos habían encontrado el camino de vuelta y ella no iba a permitirlo.Antes había usado a la hueca tonta de Asling gracias a su poder de deformación de la realidad podía engañar a Kian por un tiempo, ella sabía que él jamás se enamoraría de Asling, pero Dana sí era peligrosa.Ahora estaba ardiendo de rabia porque podía ver como se aferraba el uno al otro y Kian no la había reconocido. Ella era la causa de su cicatriz. Cuando su padre la había enviado a seducir al Alfa más joven de lo cuatro reinos para usurpar su puesto jamás se habría imaginado que se enamoraría de Kian Volkov incluso al ser dos años mayor que él. No había querido traicionarlo pero su padre la había obligado a hacerlo.Lo d
PREMONICIÓN DE ROMÁN Y CLARA:En medio de la oscuridad de la noche, la manada del Sur luchaba haciendo frente a los híbridos que habían invadido su tierra.—Clara, cariño. Debemos seguir aquí escondidas. Ellos no entrarán, Román no los dejará.—Nana, ¿Y si le pasa algo a Román? Tengo miedo. Esto nunca había pasado, los híbridos jamás habían salido del Bosque oscuro y ahora todos están rodeando las cuatro manadas. Ni siquiera podemos pedir ayuda.—Por tu cachorro, no te preocupes. Debes mantener la calma.Ella instintivamente se llevó una mano al vientre bajo sintiendo algo extraño. Su respiración se volvió errática haciéndola sentir sumamente nerviosa.—¿Qué pasa, cariño?—Hay algo mal —susurró distraídamente antes de que sus piernas se doblaran y la loba a su lado tuviera que sostenerla con preocupación.—¡Clara!—Nana, me duele mucho. Mi cachorro no está bien, algo malo está pasando…—Respira, esto seguro se debe al estrés al que estás siendo sometida. No tengas miedo ¿Sí? Respira.
Su voz se hizo más débil, ella se tambaleó ligeramente sintiéndose mareada y dolor punzante en su sien se extendió por toda su cabeza y pronto sentía que se estaba quedando sin respiración.—Nana, despierta, por favor… Nana, escúchame.Sus rodillas se doblaron abruptamente cayendo a un lado de su Nana, pronto sus ojos se cerraron y en medio de la confusión pudo escuchar un rugido que la alertó. Enseguida estuvo dentro de los brazos protectores de su compañero siendo levantada.—Clara, abre los ojos. Por favor, abre los ojos compañera.Su súplica se intensificó sacándola de la habitación después de ordenar que sacaran a su Nana de la habitación pero la hembra ya no tenía signos vitales.El dolor del corazón de Román ante este hecho fue fatal.—Clara, ¿Amor? ¿Me escuchas? Por favor, mírame. Todo está bien, acabé con todos ellos. No tienes que tener miedo, siempre te protegeré. Siempre estaremos juntos, por favor, despierta —nadie pudo escuchar la desesperación en la voz del Alfa del Sur