Narrador. Londres, Centro para señoritas Mayor Prince, hace un año. Calmil entró corriendo en la habitación que desde hacía tres años compartía con su hermana gemela Ailshe. - “Al, Al ¿Dónde estás? Tengo noticias.”- la voz de la más pequeña de los Watson era nerviosa e impaciente. La puerta de
Narrador. Gales, Cardiganshire, Aberystwyth, hace un año. Conocer todo lo que había pasado con el Rey Oscuro, gracias al único espía que les quedaba entre la manada que su hermana había usurpado, le dio ánimos para seguir con su plan. Ni siquiera sabían quién era, se había puesto en contacto con
Narrador. Gales, Cardiganshire, Aberystwyth hace un año. - “¡Que se aleje de él, o la mato!”- gruño la alfa Clarise, la loba de Ailshe, mientras esta última apenas controlaba la ira posesiva que le invadía, al ver como la omega que salía de la limusina, le entregaba una bolsa de compra, al atract
Narrador. Mar de Gales, entre Aberystwyth y Drogheda, hace un año. Mientras tanto en el barco, ajenos a todos mientras soportaban la bronca, y quejas de los otros lobos guerreros de la manada Blue Moon, los gemelos Martin, esperaban lo que sabían que seguro sería un castigo ejemplar del Alfa Desm
Irina Krytow. Krasnoyarsk, meseta de Siberia Central, hace dos años. Esa noche me acosté emocionada, como cada noche mi padre, la beta de la manada Krasnaya Luna, vino a arroparme, y a desearme que mañana fuera el mejor de mis días, había tomado esa costumbre desde que se lo había prometió a mi ma
Irina Krytow. La Sierra de la Culebra, España, hoy en día. Miré por última vez como el Alfa Ramírez, jefe de la manda, Sierra Blanca, moría a manos de del Alfa Malcon McDonald, del clan escoces, Green Mountains, mientras yo sentía el dolor que sentían toda la manada española, al ver morir a su Al
Desmond Darkness. Mientras clavaba mis colmillos en su cuello, supe que la vida del Alfa de la manada Dunkles Feuer, había acabado, hacia semanas que ese maldito y estúpido Alfa, le había retado, él quería conseguir el título de Rey de los Alfas, el idiota sólo porque podía mírame, a los ojos como
Irina Bykow. - “Decididamente, Malcon McDonald estaba totalmente loco.”- pensé mientras miraba a las afueras del Castillo de los McDonald, miles de clanes se apostaban, a la espera de asaltarlo para cobrarse su botín. Pronto se corrió el rumor de que Malcon se quería saltar todas las indicaciones