Mis hermanas se me quedaron mirando al escuchar el sonido de la notificación
—Sabes muy bien que mientras estamos en la mesa, está prohibido el uso del teléfono—Karla me miraba enojada
—Lo siento, solo checo quien es y qué es lo que quiere, puede ser Miguel que quiere que me conecte ya por Facebook para hacer un trabajo que nos dejaron—le decía mientras sacaba el teléfono.
Mi hermana solo frunció la boca y siguió comiendo mientras que Nohemí me miraba con cara de que no me creía nada. Miro para ver si Karla la observaba y después volteo de nuevo hacia mí y con sus manos estiro sus ojos a los lados, tratándome de decir que ella sabía que no era Miguel, si no Suki.
Con el dedo le hice señas de que se callara y no dijera nada, sino de nuevo empezaría Karla a preguntar por cosas que no quería hablar. Ella comprendió y siguió comiendo no sin antes darme una patada por debajo de la mesa.
Me aguante el dolor y voltee a mirar hacia el teléfono y leer el mensaje
Anteriormente Suki y yo platicábamos mucho después de clase mediante el WhatsApp, y las preguntas más recurrente que yo le hacía era en donde había vivido antes de llegar aquí, y como eran sus padres, que nombre llevaban, como se llevaba con ellos, si los extrañaba o si extrañaba su anterior hogar, ella muchas veces esquivaba las preguntas o me cambiaba la conversación, realmente no sabía mucho de ella a pesar de que nos llevábamos tan bien y pasábamos la mayor parte de tiempo juntos sabia lo mismo que todos sabían, ella era de doble nacionalidad, española y japonesa, había nacido en el país natal de su madre, Japón.El cabello blanco lo había heredado de su madre y el color de su piel a su padre. Ella había sido beneficiada en un programa de cambio de estudiantes de parte de su escuela y la nuestra y así fue como llego a nuestro sa
Me quede mirándolo. Examinando su cara, quería saber si era una broma, no tenía sentido esa pregunta con todo lo que había contado.— ¿Qué tiene eso que ver?— le pregunte al ver que hablaba en serio.—Tu solo contesta, ¿crees que exista algo más allá de lo que vemos o conocemos?Estaba realmente confundido, no sabía que contestar.No lo sé, creo que hay vida más allá de la tierra, es imposible que seamos los únicos privilegiados en estar con vida y con inteligencia, creo que existen energías positivas y negativas en nuestro espacio y eso hace que pensemos que existen los ángeles, demonios, Dios. Pero, no creo que existan algo como un ser omnipresente y poderoso—le dije esperando que ya pasara del tema.El me miro aún más pensativo, tomo de su juego y me contesto.Bueno, en es
Logre sentir el golpe en mi cabeza, y sentí como empezaba a salir la sangre. Aun sentía el agua caliente caer sobre mi cuerpo desnudo.Intente despertarme, pero por más que quise hacerlo no podía. Sentía cada gota que caía sobre de mí, sentía el piso mojado y frio, podía notar como el dolor aumentaba dentro de mi cabeza pero por más que yo le ordenaba a mis ojos abrirse no lo lograba, tal vez así era como se sentía estar desmayado.Empecé a entrar en pánico, pero ni eso pudo hacer que algún musculo se me moviera, así que por dentro trate de calmarme, sabía que en algún momento alguien llegaría al baño y se percatarían de mi presencia, tal vez inmediatamente me levantaran e hicieran que reaccionara o simplemente gritaría alertando a toda la familia.…—No lo hagas, por favor…perd&oacut
— ¿Suki?—dije aun con mis labios pegados a los suyos—¿Qué es lo que pasa?—Ella separo los labios de los míos y me vio con asombro.—Lo siento no quería…—dijo bajando su mirada—Estabas en mi sueño, estabas ahí cuando todo paso—le dije sin pensarlo.— ¿Estaba en tu sueño?—dijo ella sonrojándose.—Sí, pero estabas ahí cuando murió mi madre, fuiste tú la que me detuvo de hacer lo que tenía que hacer—le dije tomándole la mano— ¿Por qué te olvide? ¿Por qué no me lo dijiste cuando nos conocimos? ¿Por qué estabas ahí?—le pregunte sin soltarle la mano y sin dejar de mirarla a los ojos.—Estas confundiendo tu sueño con la realidad, ¿Cómo pude estar yo ahí cuando eso paso?—me decía sin intentar alejar su mano y sosteniéndome la mirada.—Estabas ahí, Suki…lo sé ahora…por favor no me mientas, ¿Quién eres? Cuéntame la verdad. Te lo suplico—le decía con los ojos llorosos.Ella me miro durante un momento, quito su mano de la mía y me seco los ojos,
Disfrutaba de estar solo y en un lugar oscuro.No sabía si mis ojos estaban abiertos o cerrados, lo único que si sabía era que el lugar era negro, completamente negro.No sentía mi cuerpo, parecía como si solo fuera energía en un estado de calma, no me movía o al menos eso parecía, la misma oscuridad no me dejaba saberlo, todo era igual.A veces tenía la duda de si seguía vivo o había muerto, no recordaba nada, ni siquiera el cómo había llegado aquí, no tenía recuerdos, no sabía si poseía algún nombre. Ni siquiera sabía que era, no me conocía. Eso me enfurecía a veces, pero después de seguir “flotando” el enojo se me olvidaba y seguía disfrutando de esta maravillosa calma y paz.No me imaginaba en un lugar mejor, ni siquiera podía saber si existía un lugar distinto a este, pero me sentía muy feliz aquí.—Feliz cumpleaños Daniel—de repente se oyó en la infinita oscuridad, aunque se oía muy lejano, sus voces me sonaban extrañamente familiares.Se se
Eran las 5 de la mañana, aún faltaba una hora para que me despertara pero esta terrible pesadilla había hecho que me despertara sudando.Era la primera vez que yo tenía una pesadilla así de espantosa, había soñado que me caía desde una gran altura o con fantasmas después de ver una película de terror, pero jamás me había pasado algo así.Soñar que me encontraba en una terrible oscuridad sin poder moverme y después que miles de cuadros se me clavaran dentro de mi cabeza, podía ver la sangre salir y salpicar todo mi cuerpo y los alrededores.El dolor aun lo podía sentir y era es punzante, así que decidí pararme e ir a buscar una pastilla para calmarlo. Siempre estaban guardadas en el primer cajón del mueble que se encontraba en la sala. Al abrir la puerta de mi cuarto entro la luz que venía de la sala. Al parecer mi papá ya se había despertado, él siempre era el primero en despertarse, siempre lo hacía muy temprano por su trabajo.Aun con los
Inmediatamente después de hacer esa pregunta, una punzada volvió a sentirse en mi cabeza.— ¿Hijos?—me decía extrañada— ¿estás bien?—me preguntaba.—Sí, aunque parece que me quiere volver el dolor de cabeza—le contestaba.—Creo que deberías ir al médico, además no sé qué te pasa con eso de preguntarme si tengo hijos, ni siquiera tengo novio, y ¿crees que este cuerpo es de tener hijos?—me decía mientras hacia una pose de modelo.—Creo que no, pero no sé, de alguna forma sentí que necesitaba preguntártelo, pero en fin. Me empezare arreglar para irme a la escuela.Ella me dio un último vistazo y después se fue al baño a arreglarse.Yo me quede ahí sentado en la mesa, escuchando de fondo aun la televisión.Después de intentar saber porque todo me parecía extraño y hacia preguntas raras a mis familiares el dolor aumento, así que deje de pensar y me apresure a buscar mi ropa y vestirme para ir a la escuela.Hoy era 1 de noviembre, era lunes.
Solo vi que era ella y guarde el teléfono. A pesar de que sentía que leerlo, lo único que hice fui ignorarlo.El viaje fue tranquilo, se sentía que era un día festivo. Mientras iba en el transporte me preguntaba si tenía que ir. Pero sentía que tenía que estar ahí, que algo ocurriría.Cuando llegue a la escuela mire hacia el reloj y note que había llegado quince minutos antes y aun no podía entrar a la escuela, así que espere afuera sentado.Cuando habían pasado ya diez minutos, una persona de cabello ondulado, un poco regordete y de cabeza en forma de huevo se me acerco. Cuando lo tuve de frente pude ver que tenía un poco los ojos rasgados, su color eran cafés algo oscuros, llevaba un poco de barba y bigote que se notaba se había dejado crecer algunos días, el color de piel era morena y era un poco más alto que yo. Se notaba que era un chico que podía caerte bien en cuanto te hablara pero no podías confiarte de él, porque en cuanto menos lo pensaras, te clavaria u