— ¿Suki?—dije aun con mis labios pegados a los suyos—¿Qué es lo que pasa?—
Ella separo los labios de los míos y me vio con asombro.
—Lo siento no quería…—dijo bajando su mirada
—Estabas en mi sueño, estabas ahí cuando todo paso—le dije sin pensarlo.
— ¿Estaba en tu sueño?—dijo ella sonrojándose.
—Sí, pero estabas ahí cuando murió mi madre, fuiste tú la que me detuvo de hacer lo que tenía que hacer—le dije tomándole la mano— ¿Por qué te olvide? ¿Por qué no me lo dijiste cuando nos conocimos? ¿Por qué estabas ahí?—le pregunte sin soltarle la mano y sin dejar de mirarla a los ojos.
—Estas confundiendo tu sueño con la realidad, ¿Cómo pude estar yo ahí cuando eso paso?—me decía sin intentar alejar su mano y sosteniéndome la mirada.
—Estabas ahí, Suki…lo sé ahora…por favor no me mientas, ¿Quién eres? Cuéntame la verdad. Te lo suplico—le decía con los ojos llorosos.
Ella me miro durante un momento, quito su mano de la mía y me seco los ojos,
Disfrutaba de estar solo y en un lugar oscuro.No sabía si mis ojos estaban abiertos o cerrados, lo único que si sabía era que el lugar era negro, completamente negro.No sentía mi cuerpo, parecía como si solo fuera energía en un estado de calma, no me movía o al menos eso parecía, la misma oscuridad no me dejaba saberlo, todo era igual.A veces tenía la duda de si seguía vivo o había muerto, no recordaba nada, ni siquiera el cómo había llegado aquí, no tenía recuerdos, no sabía si poseía algún nombre. Ni siquiera sabía que era, no me conocía. Eso me enfurecía a veces, pero después de seguir “flotando” el enojo se me olvidaba y seguía disfrutando de esta maravillosa calma y paz.No me imaginaba en un lugar mejor, ni siquiera podía saber si existía un lugar distinto a este, pero me sentía muy feliz aquí.—Feliz cumpleaños Daniel—de repente se oyó en la infinita oscuridad, aunque se oía muy lejano, sus voces me sonaban extrañamente familiares.Se se
Eran las 5 de la mañana, aún faltaba una hora para que me despertara pero esta terrible pesadilla había hecho que me despertara sudando.Era la primera vez que yo tenía una pesadilla así de espantosa, había soñado que me caía desde una gran altura o con fantasmas después de ver una película de terror, pero jamás me había pasado algo así.Soñar que me encontraba en una terrible oscuridad sin poder moverme y después que miles de cuadros se me clavaran dentro de mi cabeza, podía ver la sangre salir y salpicar todo mi cuerpo y los alrededores.El dolor aun lo podía sentir y era es punzante, así que decidí pararme e ir a buscar una pastilla para calmarlo. Siempre estaban guardadas en el primer cajón del mueble que se encontraba en la sala. Al abrir la puerta de mi cuarto entro la luz que venía de la sala. Al parecer mi papá ya se había despertado, él siempre era el primero en despertarse, siempre lo hacía muy temprano por su trabajo.Aun con los
Inmediatamente después de hacer esa pregunta, una punzada volvió a sentirse en mi cabeza.— ¿Hijos?—me decía extrañada— ¿estás bien?—me preguntaba.—Sí, aunque parece que me quiere volver el dolor de cabeza—le contestaba.—Creo que deberías ir al médico, además no sé qué te pasa con eso de preguntarme si tengo hijos, ni siquiera tengo novio, y ¿crees que este cuerpo es de tener hijos?—me decía mientras hacia una pose de modelo.—Creo que no, pero no sé, de alguna forma sentí que necesitaba preguntártelo, pero en fin. Me empezare arreglar para irme a la escuela.Ella me dio un último vistazo y después se fue al baño a arreglarse.Yo me quede ahí sentado en la mesa, escuchando de fondo aun la televisión.Después de intentar saber porque todo me parecía extraño y hacia preguntas raras a mis familiares el dolor aumento, así que deje de pensar y me apresure a buscar mi ropa y vestirme para ir a la escuela.Hoy era 1 de noviembre, era lunes.
Solo vi que era ella y guarde el teléfono. A pesar de que sentía que leerlo, lo único que hice fui ignorarlo.El viaje fue tranquilo, se sentía que era un día festivo. Mientras iba en el transporte me preguntaba si tenía que ir. Pero sentía que tenía que estar ahí, que algo ocurriría.Cuando llegue a la escuela mire hacia el reloj y note que había llegado quince minutos antes y aun no podía entrar a la escuela, así que espere afuera sentado.Cuando habían pasado ya diez minutos, una persona de cabello ondulado, un poco regordete y de cabeza en forma de huevo se me acerco. Cuando lo tuve de frente pude ver que tenía un poco los ojos rasgados, su color eran cafés algo oscuros, llevaba un poco de barba y bigote que se notaba se había dejado crecer algunos días, el color de piel era morena y era un poco más alto que yo. Se notaba que era un chico que podía caerte bien en cuanto te hablara pero no podías confiarte de él, porque en cuanto menos lo pensaras, te clavaria u
—Dani, ¿Por qué no regresas?—era una voz dulce y melodiosa, parecía que la conocía.—Daniel, amigo, ¿Qué te pasa?—sonaba la voz de Ivan.—No lo escuches, es una persona que no te está haciendo bien—me decía la voz melodiosa.—Despierta, me estas asustando, ya estoy llamando a una ambulancia—escuchaba preocupado a Ivan.—Por favor vuelve, la vida que estas llevando es una mentira, esa no es la vida que debes tener—me decía la voz de la chica.Esperaba una contestación de Ivan, pero en cambio de eso, solo perdí el conocimiento.Después de estar en la oscuridad sin saber si estaba despierto o dormido, Ivan apareció al lado mío, lo pude ver porque de todo su cuerpo desprendía una luz color rojo que iluminaba la oscuridad.— ¿Ivan?El no digo nada solo se fue acercando a mí.En cada metro que su presencia estaba más cerca, su luz me hacía sentir temor hacia él, así que empecé a caminar hacia atrás sin importar que hubiera.Yo no
Cuando estaba entrando note que Daniel cerraba sus ojos, pensé que iba a dormir, pero los aparatos empezaron a sonar y las enfermeras corrieron empujándonos, para que lo fueran a checar.Él empezó a retorcerse, le estaba dando una convulsión, sus hermanas se quedaron en la puerta con cara de susto y los cuerpos paralizados.Yo corrí donde estaba él, pensaba que tal vez si podía tocarlo el aguantaría y se calmaría.Tal vez si yo le decía la verdad que él quería saber, tal vez si tan solo hubiera durado un poco más junto a él y no dejarlo solo, me hubiera dado cuenta que estaba a punto de pasarle esto, tenía miedo a que no aguantara y muriera, me sentía culpable.Había visto sus ojos suplicantes, con la mirada me rogaba que no me fuera, no logre ver que tenía miedo, estaba en shock de lo que había recordado, tenía miedo de él mismo y probablemente de mí, pero quería que me quedara a su lado y no pude cumplirle su
—Hola, ¿cómo estás? Mucho tiempo sin verte, quien diría que te encontraría aquí—sonó una voz a mi espalda, sabia claramente de quien era.— ¿Qué haces tú aquí? ¿Cómo me encontraste?—voltee a mirarlo, pero no encontré a la persona que yo imaginaba, en cambio vi a una persona con cabello chino, ojos color cafés y tez clara— ¿Quién eres?—no pude ocultar mi rostro de incertidumbre.— ¿Acaso no me reconoces?—me dijo tomando una pose para que lo observara mejor, pero no lo conocía. El me miro primero con emoción pero cuando vio que no tenía idea, volvió a su pose original y se acercó a mí, tanto que podía oler su aliento— Tal vez si refresco tu memoria con algún nombre, puedas recordarme—me decía aun sin alejarse de mi rostro.—Dime ¿quién eres?—le decía intentando alejarme de él, pero cuando lo hice el tomo mi mano.—Veo que no quieres jugar, pero lo pondré fácil, soy el novio de tu rival en amores—lo dijo con una sonrisa blanca como las nubes.—
Estaba en mi cama, mirando hacia el techo, recordaba todo lo que había pasado el día de hoy.No podía creer que Daniel fuera a estar muerto dentro de 2 días y no podía creer que Ivan hubiera podido regresar del lugar a donde lo envié y robarle un recuerdo a él.“Jamás lo recuperaras” fueron sus últimas palabras, mi pensamiento no paraba de dar vueltas para encontrarle un significado, pero no lograba encontrarlo, así que decidí algo que prometí jamás volver a hacer, regresar a un recuerdo.Cerré mis ojos y me desconecte del mundo terrenal y entre en mi mente, siempre había sido doloroso tener que volver a ver todos los errores que había cometido pero, los que eran más difíciles de soportar eran los que habían sido momentos felices que después terminaron en lo contrario y ahora tenía que entrar uno.En mi mente existían demasiados recuerdos y todos con una persona distinta o con un momento específico, cada uno era una puerta de un color distinto o con varios co