Había pasado un mes desde que Dominic había castigado a Abigail en esa oscura habitación, un mes desde que ella sentía que se había terminado de romper, la Abigail que había salido temblando de esa habitación no era ni de cerca la chica que había llegado a esa casa, Abigail se sentía destrozada, rota y de alguna manera sentía que ya no se podia reparar.
Dominic había roto algo en ella, la había humillado en todas las formas posibles, y como sabía que no iba a conseguir nada luchando, a la chica lo único que le restaba era intentar sobrevivir en esa casa en donde cada vez le parecia más insoportable vivir, ella pasaba su tiempo en su habitación, durmiendo, o cuando se sentía de un ánimo medianamente bueno, leía un libro, se le habían quitado básicamente las ganas de vivir, estaba en una jaula de oro de la cual queria escapar, aunque
Abigail entro en la casa echa una furia, tenía rabia, con Dominic por ser un idiota, imbécil y un animal, y con ella por haber sido tan tonta como para creer que él de verdad podia concederle, aunque fuera una pequeña cosa.No entendía la logia del hombre, ¿Cómo era que funcionaba el cerebro de Dominic? De seguro el hombre no debía ser normal, ¿Por qué no queria que ella tuviera interacción con otras personas? ¿Por qué era tan extraño? Eran las preguntas que se estaba haciendo en ese momento Abigail. Y aunque no conocía las respuestas, podia llegar a una conclusión.Dominic era un enfermo, y el problema era que ella estaba atrapada con él.La chica, que estaba casi ciega de la rabia, corrió por el pasillo para llegar a su habitación y echarse a llorar, igual a como hacia siempre, pero en el camino, tropezó con un cuerpo menu
Ambas chicas entraron en la habitación, Charlotte tuvo que arrastrar a Abigail hasta allí, porque la rubia sentía que sus piernas eran unas gelatinas que no la iban a dejar avanzar más, tenía miedo, estaba temblando, y sentía que podia desmayarse en cualquier momento, sin duda alguna ella no soportaría vivir lo mismo otra vez, mucho menos cuando no había hecho nada para merecérselo. Porque ni siquiera hacia una hora que se había reunido con él y había querido escupirle lo había hecho.Por otro lado, Charlotte podia hacerse una idea clara de que se trataba eso, sabía que era por su culpa que estaban ahí, y lo único que lamentaba era que Abigail estuviera siendo arrastrada por sus errores. Aunque en realidad no eran del todo errores, amar a otra persona que no fuera Dominic no era un error, eso solo la hacía humana.Las chicas se quedaron de pie en la en
Después de salir de la habitación con el corazón completamente acelerado, Abigail llego a su habitación y se metió enseguida bajo el agua fría en su baño, necesitaba apagar lo que sentía en su interior, debía deshacerse de eso, porque ahora que estaba afuera de la habitación y que la excitación había pasado, se dio cuenta de que sentía vergüenza por lo que había hecho, había tenido sexo con otra mujer, y a pesar de todo eso le había gustado, lo había disfrutado y no sabía si eso era algo normal, o si significaba algo más, entre más corría el agua fría, más avergonzada se sentía y más preguntas se hacía a sí misma, pero había una en particular que taladraba contra su cabeza.¿Cómo iba a mirar a Charlotte a los ojos después de lo que hicieron?Sab&iacut
-¿Para qué me necesitas? – pregunto ella, sin estar atemorizada como las veces anteriores en que él se acercaba, si queria golpearla, pues ella lo resistiría, si queria que hiciera parte de alguno otro de sus espectáculos sexuales pues lo disfrutaría, ya no queria dejarse amedrentar por Dominic, por su presencia ni lo que dijera.-Quiero hablar contigo – él sentencio, sentándose en un taburete al lado de Abigail.En cuanto la chica lo vio, se dio cuenta de que había algo diferente en él, no estaba a la defensiva, o intentado atacarla, él casi parecia un ser humano normal, y Abigail no sabía que la inquietaba más, si esa nueva faceta o la faceta salvaje del hombre.-Adelante – lo animo.Él lo pensó por un par de minutos, apretó la mandíbula y se aseguró de lo que queria decir.-¡Podrás volver a
Abigail entro en la casa sintiéndose tonta por haber intentado comprender a Dominic y a todos los demonios que lo obligaban a ser como era, había sido una ingenua, por creer que él de verdad podia confiar en ella como para tener una conversación sincera, había sido tal cual a como él había dicho, tonta y ridícula, ¿Quién le había dicho que ella le importaba a Dominic? Sin duda alguna, esa había sido la idea más estúpida que se le había pasado nunca por la cabeza.A Dominic no le importaba nadie, Dominic no queria a nadie, asi era él, y no iba a cambiar, mucho menos por ella que no era más que una de las muñecas de su colección.Abi camino por el pasillo que llegaba su habitación mientras sentía la cabeza caliente y palpitándole, le dolía como los mil demonios, y a ella nunca le había gustado tomar p&iacu
La alarma de Abigail sonó a las cinco en punto, era momento de levantarse y arreglarse para lo que sería el día más importante en su vida desde que había llegado a la casa, en realidad Abigail no tenía muchas amigas en la universidad, no conocía a demasiadas personas, ella era más bien una persona solitaria, pero le gustaba aprender, sabía que lo necesitaba si queria ser alguien en la vida, pero esa mañana en particular era algo más lo que la llenaba de alegría, no era solo el acto de ir a la universidad, era el poder recuperar aunque fuera un poco la libertad que Dominic le había robado desde que la había comprado.Por fin iba a salir, por fin estaría lejos del caos, de esa endemoniada casa, de Alexis con sus pataletas, de Charlotte con sus cuestionamientos, y sobre todo, de Dominic, con sus misterios e intrigas que le ponían los pelos de punta, volvería a l
El trayecto a la universidad fue tranquilo, y más bien silencioso, Roy no puso música en el estéreo del auto y ella tampoco le iba a pedir que lo hiciera, mucho menos charlaron, ya se había dado cuenta ella que Roy no era más que el lacayo de Dominic y dudaba mucho que este último le permitiera hablar con ella, era estúpido, y Abigail lo sabía, después de todo, ella y Roy iban a pasar mucho tiempo juntos y podrían ser amigos, pero Dominic estaba demente, y odiaba a cualquier persona que pudiera acercarse a ella, o cualquiera otra de sus “Pertenencias” como las llamaba él.Y aunque había sido algo incomodo compartir el auto con un hombre que ni siquiera le dirigía la palabra y aunque había salido cabreada de la casa por la pelea con Dominic, entre más se acercaba a la universidad más se le olvidaban el resto de las cosas, empezaba a reconocer las calles p
Lastimosamente y como era natural que sucediera, la clase de literatura inglesa se terminó, antes de lo que Abigail y el resto de las chicas hubieran querido, realmente era delicioso poder escuchar hablar a Gabriel a cerca del amor, de la pasión, de lo prohibido y todas aquellas cosas que no hacían más si no incitar a sus alumnas, Abigail escucho con atención cada una de las cosas que él dijo, y aunque no tomo nota de ninguna de ellas, si las grabo muy bien en su cabeza, grabo la forma en la que hablaba de Anna Karenina, grabo su sonrisa perfecta, grabo sus ademanes y el resto de cosas que lo componían.Abigail nunca se había sentido de aquella manera, en realidad, la chica jamás se había sentido atraída por ningún hombre antes, todos le resultaban sosos, y demasiado inmaduros para su gusto, pero Gabriel era una cosa de otro mundo, Gabriel era, tal cual a como había dicho Marcia, perfec