Después de salir de la habitación con el corazón completamente acelerado, Abigail llego a su habitación y se metió enseguida bajo el agua fría en su baño, necesitaba apagar lo que sentía en su interior, debía deshacerse de eso, porque ahora que estaba afuera de la habitación y que la excitación había pasado, se dio cuenta de que sentía vergüenza por lo que había hecho, había tenido sexo con otra mujer, y a pesar de todo eso le había gustado, lo había disfrutado y no sabía si eso era algo normal, o si significaba algo más, entre más corría el agua fría, más avergonzada se sentía y más preguntas se hacía a sí misma, pero había una en particular que taladraba contra su cabeza.
¿Cómo iba a mirar a Charlotte a los ojos después de lo que hicieron?
Sab&iacut
-¿Para qué me necesitas? – pregunto ella, sin estar atemorizada como las veces anteriores en que él se acercaba, si queria golpearla, pues ella lo resistiría, si queria que hiciera parte de alguno otro de sus espectáculos sexuales pues lo disfrutaría, ya no queria dejarse amedrentar por Dominic, por su presencia ni lo que dijera.-Quiero hablar contigo – él sentencio, sentándose en un taburete al lado de Abigail.En cuanto la chica lo vio, se dio cuenta de que había algo diferente en él, no estaba a la defensiva, o intentado atacarla, él casi parecia un ser humano normal, y Abigail no sabía que la inquietaba más, si esa nueva faceta o la faceta salvaje del hombre.-Adelante – lo animo.Él lo pensó por un par de minutos, apretó la mandíbula y se aseguró de lo que queria decir.-¡Podrás volver a
Abigail entro en la casa sintiéndose tonta por haber intentado comprender a Dominic y a todos los demonios que lo obligaban a ser como era, había sido una ingenua, por creer que él de verdad podia confiar en ella como para tener una conversación sincera, había sido tal cual a como él había dicho, tonta y ridícula, ¿Quién le había dicho que ella le importaba a Dominic? Sin duda alguna, esa había sido la idea más estúpida que se le había pasado nunca por la cabeza.A Dominic no le importaba nadie, Dominic no queria a nadie, asi era él, y no iba a cambiar, mucho menos por ella que no era más que una de las muñecas de su colección.Abi camino por el pasillo que llegaba su habitación mientras sentía la cabeza caliente y palpitándole, le dolía como los mil demonios, y a ella nunca le había gustado tomar p&iacu
La alarma de Abigail sonó a las cinco en punto, era momento de levantarse y arreglarse para lo que sería el día más importante en su vida desde que había llegado a la casa, en realidad Abigail no tenía muchas amigas en la universidad, no conocía a demasiadas personas, ella era más bien una persona solitaria, pero le gustaba aprender, sabía que lo necesitaba si queria ser alguien en la vida, pero esa mañana en particular era algo más lo que la llenaba de alegría, no era solo el acto de ir a la universidad, era el poder recuperar aunque fuera un poco la libertad que Dominic le había robado desde que la había comprado.Por fin iba a salir, por fin estaría lejos del caos, de esa endemoniada casa, de Alexis con sus pataletas, de Charlotte con sus cuestionamientos, y sobre todo, de Dominic, con sus misterios e intrigas que le ponían los pelos de punta, volvería a l
El trayecto a la universidad fue tranquilo, y más bien silencioso, Roy no puso música en el estéreo del auto y ella tampoco le iba a pedir que lo hiciera, mucho menos charlaron, ya se había dado cuenta ella que Roy no era más que el lacayo de Dominic y dudaba mucho que este último le permitiera hablar con ella, era estúpido, y Abigail lo sabía, después de todo, ella y Roy iban a pasar mucho tiempo juntos y podrían ser amigos, pero Dominic estaba demente, y odiaba a cualquier persona que pudiera acercarse a ella, o cualquiera otra de sus “Pertenencias” como las llamaba él.Y aunque había sido algo incomodo compartir el auto con un hombre que ni siquiera le dirigía la palabra y aunque había salido cabreada de la casa por la pelea con Dominic, entre más se acercaba a la universidad más se le olvidaban el resto de las cosas, empezaba a reconocer las calles p
Lastimosamente y como era natural que sucediera, la clase de literatura inglesa se terminó, antes de lo que Abigail y el resto de las chicas hubieran querido, realmente era delicioso poder escuchar hablar a Gabriel a cerca del amor, de la pasión, de lo prohibido y todas aquellas cosas que no hacían más si no incitar a sus alumnas, Abigail escucho con atención cada una de las cosas que él dijo, y aunque no tomo nota de ninguna de ellas, si las grabo muy bien en su cabeza, grabo la forma en la que hablaba de Anna Karenina, grabo su sonrisa perfecta, grabo sus ademanes y el resto de cosas que lo componían.Abigail nunca se había sentido de aquella manera, en realidad, la chica jamás se había sentido atraída por ningún hombre antes, todos le resultaban sosos, y demasiado inmaduros para su gusto, pero Gabriel era una cosa de otro mundo, Gabriel era, tal cual a como había dicho Marcia, perfec
Alexis, que acababa de despertarse, lo primero que hizo fue ir al baño para ver cómo había amanecido de los golpes, la chica se quitó la camiseta de la pijama y se dio cuenta de que tenía todo el cuello rasguñado, además de los rasguños que también había en su cara, sentía que todo el cuerpo le dolía, sobre todo la cabeza, que Abigail había zarandeado con fuerza, había algunas partes de su cuerpo en las que incluso Abigail le había alcanzado a levantar la piel, y se sentía ofendida por eso, Abigail no sabía cómo eran las reglas del juego y ella iba a tener que enseñárselas. Porque lo cierto era que ya no toleraba más esa situación, no toleraba los desplantes de Dominic y mucho menos que prefiriera a una mosca muerta que no era capaz de darle lo que él necesitaba, Alexis no se molestó en bañarse, e
Resultaba que un par de horas en la universidad no habían sido suficiente para Abigail que queria su libertad devuelta por completo, la pasaba bien mientras estaba en sus clases, eso era cierto, pero le jodia no poder aceptar las invitaciones de sus amigas para ir a comer e incluso ir por un trago, le jodia no haberle podido decir que si al profesor, y básicamente le jodia todo lo que tenía que ver con Dominic, volver a esa casa era una tortura, era un calvario que ella ya no queria vivir más.Y sin embargo ahí estaba, bajando a desayunar un sábado después de la pelea con Alexis, quien por cierto había estado más distante que nunca.Mientras Abigail sufría por recuperar su libertad y por poder hacer tan largos como pudiera los minutos que pasaba en la universidad, Alexis sufría por algo realmente diferente, aunque no por eso, menos doloroso, Alexis estaba sufriendo por la forma en la que
Cumpliendo con su rutina de todos los días, Abigail se vistió con jeans negros, ajustados, una blusa color azul bebe de mangas cortas y las únicas zapatillas blancas que había en su closet, y fue a presentarse con Dominic para que aprobara su atuendo, igual que todos los días, haciendo lo mismo que había estado haciendo desde que llego allí, rendirle tributo a un hombre que no era capaz de darse cuenta de que lo estaba haciendo no era correcto.Ella toco a la puerta con el puño, y espero hasta que él la dejara pasar.-Tengo que irme en diez minutos – le aviso Abi sin demasiado entusiasmo.Dominic la vio de arriba abajo, frunció el ceño, y entonces se fijó en que Abigail últimamente se veia más desganada que nunca, la chica parecia aburrida, deprimida, y eso de alguna forma lo molestaba, sin duda alguna Dominic prefería la Abigail que iba a con él